REPERTORIO AMERICANO 849 vez entre nosotros. Pero vino distinta, nos miro odiándonos Habría querido abrazarle, sino hubiera estado tan sucia y llaca. La bañamos y los parásitos cubrieron el piso.
Mas que para nosotros, la alegria fue para el Kaiser. un cachorrito que ella le ensenó a saltar, jugar con la pelota y tener los pollitos en la boca sin hacerles daño. Los gritos y los mimos de este, impresionaron la China que parecia que reia a lloraba.
Se besaron, se mordieron. Aquel dia no se separaron un instante y durmieron juntos, como cuando se encuentran dos hermanos o una madre con el hijo perdido que regresa al hogar.
rrer de un lado a otro como una adementada. Me entristeció su dolor, volvió a mi lado y puso su cara dolorosa en mis manos Comprendi que se sentia amparada; al me.
nos, tenia un amigo que le comprendia. Entonces, juntos nos pusimos a buscar a los pe queños que estarian tal vez llorando. Qué busca usted, señorcito2 me rezongo el jardinro, con una sonrisa maliciosa. Donde los perritos de mi China le interrogue. Ah! Si. Fueron 7, machitos y una hem.
bra. Pero el Director lo supo y ordenó los enterremos en una lata. Aqui están, venga.
No lloraron cuando los cubrimos de tierra.
Nada vimos, sino la tierra removida. Pero la China se dio cuenta, se sentó y puso la cara en el suelo, con los ojos cerrados, gi.
moteando como una enferma, como un ser humano.
El Jardinero que cuida flores, no tuvo alma para comprender, porque todavia se rein. Yo enmudeci y solo pude atinar. Chinita. vamos, Nos fuimos a In pampa y echados sobre la hierba, lloramos juntos.
Hoy como tengo por costumbre. fui a la pampa del 39. La China se me acercó y puso su hocico caliente sobre mis piernas y sus ojos húmedos me miraron y senti que lloraban Subitamente me emocioné y por su extraña forma adverti que había dado a luz! Le acaricié alegre, sin presentir nada.
Luego conversé con ella. Chinita. donde estan los perritos y ella principio a buscarlos por toda la pampa y el jardin. No cesaba de llorar, de coDe Viñole Om ar Páginas tomadas del libro Cien cabezas que se usan Yo me acuerdo cuando comprobé el pla perfecto artista. Jaime Roca, que, sin duda pio de un libro que hiciera el Senador na alguna, es un humorista que se ignora, da cional Heriberto Martinez, bajo su firma. Le la fórmula para edificar estatuas, reproduenrostré la desvergüenza periodística. Me cir cuadros y los métodos para hacerse la queria morir! Renglón por renglón, página propaganda en los grandes rotativos, ES por página. Pensamiento por pensamiento. El en esos momentos del sopor de las digestioexplicó que sólo se trataba del olvido de las nes copiosas donde se manufactura el hom.
comillas. En tanto yo quedé postrado por bre superior. Yo le he seguido la pista a su delito: él, risueño, recibía los honores de Jaime Roca. Como artista, ha empezado por ciudadano al que todavia, de aguinaldo, se donde debieran empezar los artistas de verle da pasaje gratis y medalla con inmuni dad: Casándose con la hija del que tenia la dades. Para no volverme loco deveras, he mina (de cal. La consagración está en la tenido que hacerme el idiota. Lo hice mien libreta de cheques. Si un rotativo no nos tras pude. Agotado mi ingenio y descubier elogia, se compra todo el rotativo, y los cri.
to que yo admitia los diagnósticos precoces, ticos de arte que estan adentro. Es negocio!
para azotar, no me queda más recurso que La forma de lograr lo que no ha dado la hacer pública la razón que me ha tenido naturaleza!
cerca de las trivialidades. Estoy solidari zado con el drama de los que teniendo taJuan Carlos Petrone, página 33 del lento, no tienen pan, Marcial, en la época libro Cien cabezas que se usan de la decadencia romana, gritaba desde su cuaderno satirico: Tengo hambre, mientras El jabnli de nuestro orgullo, es una de las Lelio, para mover su vientre, gasta con lo enfermedades infecciosas que nos proporcio.
que yo podría vivir un año entero.
na más rápida difusión. La sal en los jamones es para que no se pudran. El orgullo en Yo me hago cargo de la indulgencin con un espiritu es para salvar el alma. todos que me miran todos los personajes que tenemos sal. Es decir, orgullo. Orgullo de actúan en el manejo de la administración, a nuestros defectos. Orgullo de nuestra posilos cuales mi pluma les ha dejado la mordeción. Orgullo de nuestro nacimiento. Orgullo de nuestro talento. Todos esos personajes dura. En un país donde sólo se acepta el triunfo de los asalariados, hasta parece enorque la prensa diariamente nombra; que same que un escritor no haya podido ser legis len en sus páginas: que todos conocemos por sus articulos, sus fotografias, sus opiniones Indor de provincia, siquiera Un dia salu que tanto los hincha. bueno; han tenido dando al diputado nacional Costa Méndez, me que olvidarse de su orgullo para darse al saqué el sombrero, y él, misericordioso, me responde: Póngase el sombrero. Dejeme, orgullo de ocupar la atención. No es obligale dije; asl creen que el infeliz soy yo. Hastorio que los diarios nos recuerden. Pero que ta este exilado del sentido común, me tenin nefasto es que no sepan nada de nosotros.
lastima o se adueñaba de una actitud, que Cómo puede el mundo marchar sin una noticia de que existimos? Entonces no vale deberá ser a la inversa, el dia en que desa.
mos nada?
parezca el premio a los ignorantes y a los Cuanto más visible es nuestra derrota, más analfabetos.
nos preocupa la compania de la humanidad. donde hay que sacrificar el orgullo, para Alguien preguntar ¿Pero como nos lograrlo? En las redacciones de los diarios, habla de un hombre que no tiene más titulo El copete se viene al suelo. Alle dentro se que figurar en la guia de teléfono? Pero asi menosprecia, porque el que más derecho tie.
el arte de casi todos los tiempos! Son artis nie a alarmar que es el que hace la croni tas los que no lo son. En El manual del ca es el anónimo. Es decir, es el más gran de de todos. El que no anhela sobrepasar In medida de su infelicidad con la propaganda de su nombre. Ché, Omar me decin Petrone. necesitamos una fotografia con una cara extraña y alarmante. El público tiene esperanzas de poder tener lastima de los que aparecen en las columnas: hay que complacerlo. yo, sinónimo de un actor, salia con el fotógrafo a buscar la nota cul.
minante, la foto en la que pareciera que no manejaba la intención. Los ministros se retratan con un escritorio por delante casi siempre de Ministros, el escritor, con unu pluma en la mano, el escultor, con su yeso y sus pelos desgreñados: el poeta, con su lar.
ga cara de gato del tejado; el general con sus espadas, cañones, pistolas, correas y hebillas Yo tambien tenia que dar la idea concluida de lo que el público queria que fuera.
Con esa gran bondad y comprensión de Petrone. yo era el afortunado ejemplar que necesitaba en veinticuatro horas consumar el caso mas extraño que se haya dado en las letras. Confundir, para despertors interés.
Negarme, para iniciar mi campaña en las orejas de la masa. Ser necio y estúpido, para que mediante esa apariencia fuera provecho.
sa la mortificación que se tiene, cuando uno se consuela en reconocer sus faltas. Este aire normal me aniquilaba un poco. Extremaba la nota, la postura, pero no perdia del todo las apariencias de equilibrado. Mis ar.
gumentos delustraban el brillo de mi idiotez. Si no hubiera existido ese apoyo interior, que me ofrecia este inteligente amigo confieso que yo hubiera disparado de la redacción de Critica. porque mi orgullo se habría ido al fondo de la razón. En esa ofi.
cina en la que no aceptan reclamos. No me alarmaria que todavía haya entre los periodistas algun ambicioso secreto que aguarda verme enjaulado en Vieytes. no se creu que e e es mi capricho el que le reconoce grande a Petrone. Los delirantes siempre esperan de los seres con razón. Si las fotografias alojadas en nuestra psiquis no las pudiéramos mostrar a nadie, estamos perdidos. Yo se las he mostrado a este fraternal amigo, en eso de comprender que las infamias aplaudidas no habían hecho posible nuestro engaño. Su afinidad no era fortuita. Ni mi so.
nambulismo era una teoria en su cerebro y su espiritu. Las disparatadas peripecias se enmendaban en mi angustia, al saber que Petrone las acogia con el estado de su alma.
Petrone me aseguraba que yo no soñaba despierto y que el parentesco de mi tecnica vis.
lumbraba esa libertad con la que no han contado nunen los que se sienten con el orgullo de figurar diariamente en las crónicas de los diarios.
Páginas tomadas de Division Tanke de la revista Claridad Yo no sé de donde me viene esta mania de ir al puerto, a no esperar nadie. Qué tendré yo que hacer en la Darsena, si toda mi familia está en la cárcel o en el cementerio?
Ah. Si! Voy a ver qué paisajes trae adertro de los ojos la gente que viene de ultramar. Las pupilas de los pasajeros, es un pie tio lleno de saldos de fotografins. También vi desembarcar a Roberto Noble. Sus ojos estaban vacíos. No tenia adentro ninguna calcomania. No tuvo tiempo de cosechar escenas. Su viaje fué tan corto. Pobre del que no sabe detender su igno.