374 REPERTORIO AMERICANO La ascensión Envio del autor. Costa Rich, junio de 1986 La noche llega a mi con paso lerdo, marchan las sombras en desfile muco, y para huir de mi presente rudo por caminos románticos me pierco.
Horas extintas de placer. Me acuerdo de lo que iba a ser y que no pudo: se repite tu imagen a menudo en el libro de estampas del recuerdo.
Mi pecho se satura de añoranza como de melodia una romanza: callase el corazón, que, fié tu asilo, los ojos cierro por seguirle vierdo, y bien ceñido a mi dolor asciendo como una araña por su propio hilo.
Julián Marchena MAXI Madera de Max Jimenez sea este de rapiña y propiedad privada en que vivimos.
rà suficiente para que al animal se le haga la boca agua. Asi se ha formado un reflejo condicionado. Cualquier sentido, ya sea lu vista o el olfato, puede suplir el estimula para un reflejo condicionado.
De este modo, ha sido posible medir has ta qué punto un perro puede manifestar la diferencia entre notas de distinto tono, más agudas o más graves, o cuánto tiempo nere sita un animal para olvidar o alterar un reflejo que ha sido establecido. aun ha sido posible hacer que los animales tengan ataques nerviosos y curarlos luego. En otras palabras, disponemos ahora de un medio po.
deroso para analizar la naturaleza de esta easy de hábitos, tremendamente complicada, que es el sistema nervioso de los mo miferos.
No hay que insistir en la trascendencia que esto tiene para el futuro de la humanidad, pero entre las muchas conclusiones importantes que derivan de ello, menciona re solamente una: Uno de los argumentos más comunes que oimos de aquellos que oponen la transición de una forma adquisitiva de sociedad a una forma cooperativn, es que la naturaleza humanu nunca puede cambiar. asi es inútil esperar ningún mejoramiento. Muy al con trario de esto, el sistema nervioso está apren.
diendo todo el tiempo y lejos de ser encadenado por una especie de pecado original. les plástico y muy capaz de reaccionar bajo la influencia de un buen ambiente que no Ivan Petrovitch, como lo Hamaban los sabios rusos, fué discipulo del gran alemán Karl Ludwig en cuyo laboratorio de Leip.
zig estudió al lado de nuestros LauderBrunton y Gaskell. Sus propios discipulos fueron casi como las arenas del mar, tan amplia fue su influencia, Quizá uno de los más grandes fue Nenski que se especializó en Bioquímica y cuyo nombre lo lleva ahora el famoyo Instituto de Polonia.
Ahí están Wedensky y Babinsky, dos fnmosos neurólogos, London y Babkin, bien conocidos como investigadores de la digestión; y ahi está Orbeli que ahora ocupa la cátedra de Fisiologia que tuvo Pavlov en la renombrada Academia Medico. Militar de Leningrado De las generaciones más jóvenes, están Anrep que fué profesor asistente en Cam.
bridge antes de ser director de la Escuela de Fisiologia de la Universidad de Egipto, en el Cairo Antes de 1917, Ivan Petrovitch había sido un socialista tibio, pero la desorganización y dificultades del tiempo de la Revolución de octubre, lo hicieron volverse contra el partido bolchevique.
peridad socialista, Pavlov fue siendo más y más provisto de todo lo que necesitaba. Además, lleghi a darse cuenta de que los bolcheviques realmente querían lo que había predicado acerca de la más eficaz diseminación de la ciencia médica y biológica de la higiene y cuidado de los niños. Así, en los diez últimos años de su vida, fué una po.
derosa columna de los planes del Partido Comunista y participó en grande en la organización de la biologia you ctica.
La apreciación de su trnoj lia sido uni.
versal. En 1904 recibió el Premio Nobel de Biologia, cuando este premio comenzaba a darse. Ya en 1908, la Sociedad Inglesa de Fisiologia lo eligió Miembro Honorario ho nores semejantes le fueron concedidos por cientificos de todos los países civilizados.
En el Congreso Internacional de Fisiolo.
gia, celebrado en Edinburgo en 1923, fué recibido con una gran ovación, como yo bien lo recuerdo. Pero eso no fue nada comparado con el aplauso estruendoso con que acogieron a la más venerable figura cabeza y barbas blancas, en el Congreso Interna.
cional (1935. cuando saludo a los delegados a la desde la tribuna del gran salón del palacio Uritsky, aquel mismo salón que 18 años antes había visto el primer Congreso de toda In Unión de los Soviets.
Pavloy y Lenin serán recordados a través de la historia, como uno de los maravillosos dones que Rusia ha ofrecido al siglo xx.
Figuras portentosas que señalan el camino hacia el nuevo mundo, la llegada del cual nadie podrá impedir.
Sin embargo, aquelos que eran responsa.
bles de la ciencia y de la medicina rusas, no desmayaron en su afán de ayudarlo por todos los medios disponibles, de tal mane.
ra que, paso a paso en el camino de la pros