LiberalismSpain

REPERTORIO AMERICANO 831 Omisión La hubo, y lo sentimos, en la segunda parte del a. ticulo de don Pio Bolaños sobre el Maestro Vitoria. De modo, pues, que en la página 311, columna primera, párrafo segundo, linea 9, del numero anterior, anádase este renglón: con acierto Brown Scoff, el afán de resaltar que nos disculpe el amigo y colaborador. Las lainotipias nos hacen quedar inal.
posición está en América finalizando; se en.
cuentra en sus ultimos estadios y ha comenzado, también, el proceso correlativo de in tegración, de recomposición, de síntesis.
América está encontrando, otra vez, su virginidad su juventud; está encontrando si porvenir y su mañana porque el pasado autóctono y europeo está abismándose en las entrañas remotas del tiempo. En lo sucesivo, la mujer de Lot ya no quedará petrificada, de espaldas al futuro, porque el preté.
rito ha perdido su virtualidad y su fascinación. Se ha desvanecido ya para siempre el mágico hechizo.
La constatación más evidente de este aserto es el hervor, el dinamismo galopante de que es ahora vasto escenario todo el Continente Americano. Esa beligerancia encendida, esa disconformidad pugnaz de las juventudes latinoamericanas lo revelan con definida claridad. No se trata de movimientos anárquicos que desarrollan una acción incongruente, sino de un inmenso esfuerzo constructivo, de una luz fulgurante y creadora que busca, en afanosa y dilacerante brega, el punto focal de su expresión histórica y humana El europeo, por lo general, no es cons.
ciente de este proceso que arranca de un estrato profundo del alma latinoamericana y que, por eso, está destinado a una extraordinaria proyección histórica. El europeo no percibe sind la parte superficial y pintoresca de América Latina, se comporta frente a ella como un auténtico snob, ganoso de exotismos y emociones epidérmicas. América existe para el europeo como un inmenso museo o pinacoteca arqueológica, pero no co.
mo una cultura en marcha, como una vida colectiva en devenir, como una existencia fluyente, móvil y creadora. La mentalidad europea, con respecto a América, ha quedado inmóvil, petrificada, yerta, como la mujer de Lot, bajo el alucinante hechizo del pasado.
valores espirituales y culturales. De esta suerte se estableció en nuestros pueblos e!
hibridismo colonial como sistema de gobierno, como sistema politico y religioso y como realidad cultural y étnica. Ya hemos dicha que el criollo latinoamericano fué el producto de la degradación de ambas culturas y de ambos órdenes espirituales y morales. Desde entonces, América fué un Continente hibri.
do y sin valores propios, característicos y esenciales. Ningún mensaje original fué posible que articularamos para el mundo.
La Revolución de la Independencia fué el primer intento de revalidación del hombre latinoamericano, pero, desgraciadamente, fué un intento fallido. La Independencia nos trajo meras fórmulas jurídicas y politicas, que no habíamos digerido, que no podíamos digerir que fueron la simple proyección mimética de los pueblos europeos en plena revolución liberal. Se hizo la Independencia reclamándose con las frases de la Revolución Francesa y acabó afirmando y consolidando el sistema feudal de la propiedad con todos sus vicios y degeneraciones y sin ninguna de sus virtudes y excelencias. De allí csa monstruosa desarticulación de nuestra realidad jurídica, política, social y económica que se prolonga hasta los días actuales.
Mientras se multitplicaban las Constituciones avanzadas, de un liberalismo de similor, el cacique, el gamonal y el latifundio, eran las auténticas instituciones continentales y sobre las que descansa toda la economía latinoamericana. El latifundio romano, al cual Plinio atribuia la decadencia del Imperio, era un juego de niños si se le compara con las haciendas latinoamericanas que abrazan enormes extensiones de tierras, que permanecen, en su mayor parte, improductivas, y que alcanzan a veces, provincias enteras. El esclavo o el siervo de la gleba nunca sufrieron la explotación, el trato inhumano y la bestialización sistemática a que está sometido el indio en nuestros países.
El valor continental de la presente generación consiste, precisamente, en haber hecho la digestión de América, en haber refundido en su acción, en su pensamiento y en su impulso emotivo esa intuición oscura y profunda de ser la concepción y la expresión de un nuevo y vasto mensaje de la vi.
da universal. América afirma, en su actual generación, el propósito de encontrarse a si misma, de definirse en sus caracteres propios, esenciales y permanentes. Keyserling le llama el Continente del tercer dia de la Creación. y, ciertamente, de este vasto reservorio de fuerzas primitivas y desaladas debe estructurarse una nueva expresión del Espíritu.
El hombre nuevo de América, el hombre cuyo cerebro y cuya actividad reaccionan originalmente frente a las concretas realidades económicas, espirituales y morales del Continente, es el hombre de la digestión vital de América. En su pensamiento y en su acción se concilian y se funden las contradicciones que en la vida continental permane.
cían irresolubles. Es la antinomia secular de la Conquista y del Incanato, trasmutada en un todo unitario. Es la asimilación entrañada de elementos excluyentes y dispares que han de resolverse en un nuevo mensaje universal El hombre de América Latina ha solido ser el hombre devorado por los libros europeos porque carecía de una personalidad vigorosa y vitalizada; el hombre que habia perdido su facultad espontánea de reaccionar enérgica vitalmente sobre su propia realidad específica, porque era el producto de una antinomia histórica, cuyos términos se negaban y se neutralizaban reciprocamente dicho está que los hombres, como los pueblos, sólo son, en el sentido esencial de la palabra, cuando surgen de sus propias entrañas. El espiritu es autófago porque única mente vive, se manifiesta y se realiza nutriéndose de sí mismo. Las aportaciones extrañas sirven nada más que como fuerzas catalíticas cuya presencia provoca, facilita y despierta la autocreación. Esta experiencia cósmica fué olvidada por el indio y, también, por el europeo, en el fragor de la contienda.
En puridad de verdad, este olvido hizo posible el hallazgo de un nuevo camino para ei hombre.
La cultura colonial, que ha sido, también, la cultura de la República, es el calco, el mimo, la escurraja de la cultura europea.
Los hombres cultos de América han sido cultos por inducción, por galvanización indirecta, por mimetismo libresco y literario y no por asimilación y digestión vitales. El alimento que permanece extraño dentro del aparato digestivo se torna destructivo y tóxico Hemos tenido todas las toxicomanias literarias y filosóficas del Viejo Mundo. El veneno es la sustancia que no se asimila, que no se incorpora como tejido, como célula, como sangre, dentro de un organismo. Ya sabemos hasta qué punto hemos estado y estamos envenenados de snobismo europeo. No hemos querido ser sino el parvenu de la cultura y del espíritu europeos.
Pero. acabemos parafraseando al poeta supremo de América Latina imas, es nuestra el alba de oro!
INDICE y Digestión vital Si nos preguntamos cuál es la caracteriz.
tica fundamental que diferencia la presente generación de las anteriores, nos responderemos lo siguiente: en la actual generación está empezando a realizarse la asimilación, la conjugación, la digestión telurica y cós.
mica de dos mundos y de dos culturas que han coexistido, no solamente extrañas y aisladas, sino, recíprocamente, hostiles y pugnaces Desde los primeros días de la Conquista este divorcio profundo se hace evidente en todos los órdenes de la vida latinoamericana. De un lado el mundo descubierto por Colón y, de otro, el mundo que vino con Colón. La América autóctona y la Europa inva sora. El Ecuador de Atahualpa y el México de Moctezuma, frente a la España de Cortés y de Pizarro. Ambos eran entre si factores excluyentes y divergentes. Ninguno de los dos pudo asimilarse y conjugarse. Fué precisa una larga y trabajosa digestión de sí.
glos para que surgieran los órganos biológicos necesarios, capaces de trasfundir en un nuevo conjunto homogéneo y unitario, estos dos elementos excluyentes y negativos.
En los primeros siglos tuvo que triunfar, aparentemente, la fuerza de las armas y de la técnica europea. decimos aparentemente, porque el otro mundo se mantuvo, indeclinable y señero, orgulloso de su grandeza pasada y consciente, en mayor grado de lo que generalmente se cree, de sus propios Libros que le recomendamos: Tagore: El Jardinero de Amor. Trad.
de Ventura Garcia Calderón. 1. 00 Isaias Gamboa: Flores de Otoño y otras poesias. 00 Kahlil Gibran: El Loco. Trad. de Brenes Mesén 00 Paul Geraldy: Tu y Yo. Trad. de Brenes Mesén 00 José Asuncion Silva: Poesías completas.
Edición definitiva. Santiago de Chile 00 Ladislao Reymont: El vampiro. Novela.
Un vol. Pasta 00 Pedro Emilio Coll: El castillo de Elsinor.
Palabras. Editorial AMÉRICA. Madrid. 50 Emerson: Vida y Discursos Dos rols. 10. 50 Rafael Alberti: Poesía. 1924 1930. Edición de Cruz RAYA. Madrid. 1934 50 Henri Beraud: Mi amigo Robespierre. Editorial APOLO 50 Dirijase al Adr. del Rep. Am.
Correos: Letra San José de Calcule el dólar a 6. 50.