REPERTORIO AMERICANO 285 de América y Paz de América. Do se realizun, ni se realizarán con la simple dicción protocolaria, por mas bella y excelsa que ésta sea, La Unión de América y la paz de América, se realizarán con los hechos, cuan do todos, convencidos de esa inmensa aspi ración, trabajemos por ella con lealtad.
En las próximas conferencias de Buenos Aires los países de América tentaran de la estabilidad de la paz internacional, como ca mino, piensa, para el engrandecimiento americano. No es ese el principio, si aquel es el ideal. Paz internacional, presupone o debiera presuponer que tenemos ya conquis.
tada la paz nacional en cada uno de estos paises. eso, desgraciadamente, no es cier to. Obra infecunda y vana resultará entonces la estabilidad de la paz internacional, como senda de elevación cultural americana, si aunque se llegara a lograr ese anhelo, no se ha logrado antes la estabilidad de la paz nacional en cada una de las nacionalidades americanas.
Buscar la paz internacional mientras la guerra intestina arde como hoguera volaz en nuestros pueblos, es utópica ansiedad infecunda y esteril para la realización de los magnos destinos de la América.
En anhelo nacional de cegar la corriente de sangre en nuestro continente, para dar paso en la resolución de todos nuestros probiemas a la razón a la sensatez, no puede detenerse a examinar si esa sangre generosa de los americanos, se derrama en la ciega lu cha entre pueblo y pueblo o en la vergon zante lid de hombres a hombres de uda mis ma nación. Que no haya más sangre, que constituye en cada gota, una mancha de oprobio para nuestro continente, debe ser el pro pósito general El camino lógico es de lo menos a lo más: de afianzar la paz nacional, a afianzamiento de la paz internacional; de la extirpación de la lucha local, a la extirpación de la lucha internacional. Cómo exigirnos los hombres de América el respeto para nuestros vecinos, si todavía no hemos apren dido a respetar a nuestros connacionales. Cómo pedirnos a los hombres de América, amor para quienes viven tras de nuestras fronteras, si odiamos, con odio de canibales a nuestros propios hermanos en nuestras propias patrias. Cómo pedirnos que resolva mos nuestros problemas exteriores con la razón y la prudencia, si no sabemos todu.
vin resolver nuestros asuntos internos sino con 18s argumentaciones de las balas, las bombas, la dinamita, y la muerte?
El reclamo primordial de América en el camino de sus conquistas, es aquilatar, cada uno por si y todas en una sola lucha ener.
gica, la conciencia nacional en nuestros pue blos. Estabilicemos la paz nacional y la uni dad nacional, en todas las repúblicas americanas ¿Cómo estabilizar esa paz nacional y eso unidad nacional en los países americanos.
como jalones indispensables para la grandeza del continente?
Conocidas que son en forma abundante las razones por que se perturba la tranquilidad en algunos de nuestros paises, no es difícil asegurar que el siego público en los pue.
blos del continente americano, sólo puede ob tenerse propiciando el respeto a las constituciones que encarnan la conciencia politica de las naciones y el respeto a las decisiones populares, que en el camino de las democracia, significan el cosseusus y la solidaridad social. Que cesen los atracos al poder.
las usurpaciones, los fraudes, la burla a la soberania de los pueblos, los sistemas de vio lencia y de opresión, y estabilicemos en forma segura y cierta el respeto a la ley, el acatamiento a las decisiones mayoritarias, la pureza en el manejo de los asuntos politicos se habrá conquistado el Supremo bien de la paz interna de estos paises consolidándose sus ciudadanos en un efectivo acercamiento unitario.
Luchemos por el triunfo de esa paz y de esa unidad nacional, que serán las bases de la paz y de la unidad internacional. Hagamos conciencia en América de esos anhelos racionales e indispensables, en fornea que, la violencia, el dolo y el fraude cometido contra una de sus Repúblicas, afectando la con ciencia continental, sea un atentado a la ci.
vilización de America.
Es de esa manera cómo los pueblos de la América pueden cooperar antes de la forma ción de la sociedad continental y de la esta bilidad de la paz internacional, convirtiendo se todos en buenos vecinos. pero entendiéndose que, un buen vecino, no debe ser un complice en las injusticias, un coautor en el fraude o la violencia politica, tampoco un silente espectador, sino un honesto y honra do cooperador moral, que coadyuve con nos otros y con todos, al implantamiento y trium fo de los cánones del derecho de la buena fe y de la justicia en muestras tierras de América Vayamos a la formación de la sociedad continental de América, pero depuremos antes los componentes de ese conglomerado ge: neral, porque de otra manera, de cuerpos en fermos, un cuerpo enfermo, corrompido y de bil se formará. como esa hora todavia no ha sonado en el tiempo de la América, nada podrá hacerse en la próxima conferencia de Buenos Aires, en donde será suscrito un Tra.
tado sin trascendencia, destinado a ser vio iudo en todo tiempo. Qué aporte digna y es timable pueden llevar al seno de esa con ferencia, los representantes de gobiernos ar bitrarios de los que ahora tenemos en Amé rica. Qué crédito se les puede conceder a quienes no han sabido cumplir con la solemne obligación contraida con sus connacionales, de cumplir y hacer cumplir su Constitución y sus Leyes. Qué garantia pueden dar para cumplimiento de Tratado conti nental, quienes no han sabido cumplir con el tratado nacional que los liga con sus pueblos. Constituye una amarga experiencia el que todo el conjunto de paises se de cuenta de que no solamente el espíritu, sino la letra misma de los arreglos internacionales se vio le con impunidad, sin consideración alguna a los más elementales principios del honor.
decia en su discurso sobre la paz el Presidonte Roosevelt, el 14 de agosto de este año, pronunciado en Chautaugua, New York: y quienes han dado en América esa amarga experiencia concurrirán y firmarán el nuevo tratado de la paz internacional y de la uni dad continental de América. Por eso no ere.
mos, no es posible que se crea en la obra fecunda de esa conferencia, ni se tenga to davia esperanzas del engradecimiento de América.
Cuando se haya cauterizado en la politica de la América Ja gangrena de los gobiernos de fuerza, estabilizándose en forma segura, firme, cierta y constante, la paz nacional en cada una de las republieas americanas, creando la unidad nacional en cada uno de nues tros países, cuando se haya borrado Amarga experiencia de violentar los tratados internacionales en su espiritu y en su letra.
y todos en América hayamos aprendido de memoria a respetar la ley y la voluntad de las mayorins, fortificando los cimientos de nuestra democracia, entonces y sólo entonces, sera posible que los pueblos del continente americano puedan realizar el excelso anhelo de cimentar la paz internacional y de formar la unidad de América, haciéndose digna de la nueva cultura y de la nueva civilización del mundo Mientras tanto, nada se hará con conte rencias internacionales, aunque fueran mil, Tiuestra América continuará siendo el pavo TOSO templo donde la violencia, la intransi gencia y la mala fe, ofician los negros ritua les de la guerra, sacriticando toda esperanza de redención JOHN KEITH Co.
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