REPERTORIO AMERICANO 105 Grandeza y miseria de Andrés Maria Ampére Por JOSE GALLEGO DIAZ De El Sol. Madrid escuela de Andres Maria Ampere (1775 1836)
Quien no se contenta con valorar la importancia de los descubrimientos realizados en el horizonte de la ciencia por sus más audaces exploradores y quiere ahondar en la psicologia del sabio y escrutar los intimos resortes que impulsan y aceleran la conquista de lo desconocido, tal vez no encuentro ejemplo más aleccionador que la vida, dolo.
rosa y trágica, de Andrés Maria Ampére, Si ante su obra se siente el vértigo, natural en el que se asoma a un pretil, creyendo próxima la ribera, y advierte como el cauce se ensancha más allá de todo límite, ante las vicisitudes de su existencia, ante la lucha enconada con su destino adverso, interferencia constante de angustias y triunfos, no cabr otra postura que la de acallar momentáneas inquietudes y meditar en silencio, Los años de su infancia trascurren en Poleymieux, pueblecito cercano a Lyon. Alli, su padre, Juan Jacobo Ampere, comerciante de sedas, había adquirido una finca de campo, amable residencia familiar, que permitió a sus hijos la lectura de la Enciclopedia y de los clásicos, a la sombra de los cerezos en flor. Pero aquella apacible atmósfera iba a ser turbada muy pronto por huracanes jacobinos. El 24 de noviembre de 1793, el Comité revolucionario de Lyon condena a mue te al ciudadano Ampere, por supuestasinfundadas tendencias reaccionarias. Antes de subir a la guillotina escribe a su mujer para darle el último adiós. Le recomienda que no entere a su hijo mayor, absorto en el estudio de la Mecánica Analítica de Lagrange. Unas lineas después le dice, textualmen te: Quant a mon fils, il y a rien que je attende de lui.
La muerte de su padre sumió en absoluta postración al que luego fué llamado Newton de la electricidad. Las cartas de Rousseau sobre la botánica tuvieron la virtud de despertar el entusiasmo dormido en aquel eclipse de su actividad intelectual. a los veinte años, aun convaleciente de la dramática escena, paseaba muy de mañana por las colinas que abrazan a Poleymieux, y mientras recitaba en latín las odas de Horacio, recogia florecillas, herborizaba complacido y volvía a su casa, henchido el pecho de mágicas esencias y con el pensamiento embriagado de armonias inefables.
El mismo nos cuenta como un día, des.
pués de ponerse el sol y a orillas de un solitario arroyo. conoció a Julia Carron. La historia, encantadora y sencilla de sus amores, quedó descrita en un cuaderno, redactado a modo de diario, que ha sido publicado, junto con su correspondencia, hace muy poco tiempo. He aqui algunas frases de excepcional candor: Domingo 10 de abril (1796. La he visto por primera vez. Domingo 18 de septiembre. He visto a Julia jugar a las da.
mas después de misa. Martes 18 de octubre Me he abierto a la madre, la cual no ha querido quitarme toda esperanza. Lunes 10 de abril (1797. Mientras estaban colocando unos Cristales, y en ocasión en que la señora Carron estaba fuera, he recordado a Julia que hoy era el aniversario de uno de los dias más hermosos de mi vida. Lunes 3, de junio.
Por fin han venido a vernos hoy, a las cua.
tro menos cuarto. Fuimos por el sendero central y me subi a un gran cerezo, desde donde le eché cerezas a Julia. Después vinieron mi hermana, Elisa y los demás. Yo cedi mi lugar a Francisco, quien bajó las ramas para que pudiéramos alcanzar las cerezas nosotros mismos, cosa que divertia muchísimo a Julia. Trajeron la merienda, y entonces sentose en el suelo, y yo me acosté a su lado sobre la hierba.
Yo comia las cerezas que habian estado sobre sus rodillas. Después, fuimos al jardín, en donde ella aceptó un li.
rio de mi mano. Llegamos luego a ver el arroyo. Yo le di la mano para que saltase de la tapia, y luego, las dos manos para que volviese a subir. Me senté a su lado, junto al arroyo, lejos de Elisa y de mi hermana.
las acompañamos por la tarde hasta el molino de viento, y aun me senté al lado de Julia para observar la puesta de sol, que do raba su vestido de una manera encantadora.
Se llevó un segundo lirio que aun tuve de paso ocasión de darle. Páginas y páginas teñidas de luminosa alegria, de emociones puras, elementales, que parecen evocaciones de Dafnis y Cole o de Hermann y Dorotea.
La falta de recursos impidió a los jóvenes enamorados realizar sus propósitos matrimoniales, y, como ocurre en tantos noviazgos a la española, tuvieron que aguardar algunos años. Los suegros intentaron, para abreviar la situación, dedicar al comercio a Ampere; pero la absoluta incapacidad de este para los negocios los hizo desistir de tan funesto empeño. Durante el idilio alternó sus trabajos científicos con otros literarios, revelando un talento poético nada vulgar.
El casamiento se efectuó por fin en 1799, y entonces comienza la verdadera lucha por la vida en el sentido literal de la palabra Los ingresos eran tan exiguos, que se vió obligado a dar clases de matemáticas a precios irrisorios. Ante la perspectiva de lograr un empleo fijo, solicita y obtiene un puesto de profesor en la Escuela Central de Bourg, dotado con la enorme cantidad de 600 francos anuales. Su mujer, que acaba de darie un hijo Juan Jacobo, destinado a brillar más tarde en los salones de madame Recamier se encuentra enferma y él se marcha solo a su cátedra, con el sufrimiento y la amargura de quien camina abrumado de espaldas a la fortuna. La frecuente correspondencia que mantiene con su esposa nos hace conocer el temple magnifico de su es.
píritu. Frente a esta avalancha de contratiempos, inundado de tristeza y de ternura, soporta con coraje la estación desagradable y áspera, y sólo en una carta le brota la angustia a borbotones y le dice a la confident de sus esperanzas. Será posible que tú vivas privada de tantas cosas indispensables mientras rebosan de riquezas mucho que ni siquiera las merecen?
La excesiva miseria tanta, que ni aun las medicinas necesarias podia comprar agotaron la débil naturaleza de su mujer, y el fatal desenlace no tardo en producirse, precisamente en la fecha en que, recién trasladado a la Lyon, todo hacia presumir felices augurios La condición humana, incapaz de someterse a las lineas inflexibles de una trayectoria hermética, salva en vuelo directo las dolorosas zonas de desgarramiento interior, y se eleva, en alas de su genio, a los más altos designios. Así, tras lacerante época, surge otro Ampere, no menos grande. En 1805 es nombrado repetidor en la Politécnica de Paris, merced a la influencia de Delambre y de Lagrange, los cuales habían apreciado en las Consideraciones sobre la teoría matemática del juego cualidades sobresalientes para la investigación en su joven autor. Ya en Paris, a la busca de la dicha perdida, contrae nue.
vo matrimonio con una burguesa absurda, llena de prejuicios, de ideas estrechas y de vanas ambiciones. Se concibe lo que debió de sufrir Ampere en su nueva vida conyugal, regida por el criterio de medir todas las cosas a la luz del dinero. Separados amist. samente, supo por un subalterno el nacimiento de su hija Albina. Comprobamos otra vez el incesante juego de miseria y preocupación, de alegría y de triunfo, que orló toda la vida del eminente fisico.
Su apetito insaciable por saber y descu.
brir lo llevó rápidamente a notables hallazgos. En el campo de la química, principio de Ampere Avogadro, los fundamentos de la estereoquímica, sus investigaciones sobre el cloro y el fluor, que lo condujeron a afirmar su existencia como cuerpos simples, son otros tantos ejemplos de su maravillosa actividad.
Como psicólogo su colaboración con Maine de Biran, con Destutt de Tracy y Cabanis, atestiguan la capacidad filosófica de su mente enciclopédica. Su Ensayo sobre la filosofia de las ciencias. en donde por vez primera se emplean las palabras geometria analítica y cinemática. luego tan popularizadas, representa un esfuerzo plausible encaminado a demostrar la unidad de la ciencia. En matemáticas, su Integración de las ecuaciones en derivadas parciales. publicada en 1816, así como su Aplicación del cálculo de variaciones a la mecánica. y otras Memorias sobre cálculo de probabilidades y teoría de curvas, que vieron la luz en el Journals de la Escuela Politécnica, se leen hoy tanto por la generalidad de las solucio.