Marx

872 REPERTORIO AMERICANO Examen de conciencia del intelectual de Por JEAN CASSOU De Levlarán. Madrid. Mayo de 1935 El intelectual. Pero a él mis.
ra vislumbraron en si mismos mo le desagrada este vocablo. El esos espiritus de fuego escritor. El artista? En el siglo Prosiguiendo su obra crítica, xix se decía el pensador era descubre, con Marx, que todas esas el hombre que desentrañaba las razones que se da el hombre para causas y descubria entre las ideas justificar sus instituciones y sus las formas relaciones secretas, morales no son más que el efecimprevistas, que no vislumbraba to fatal de las estrictas leyes eco.
el común. en ocasiones el pen.
nomicas. partir de entonces el sador se convertia en profeta e intelectual ha operado en su men imponia su misión a los pueblos te un giro paradójico: no ceja has.
oscuros. En nuestra época se ha ta descubrir la humana, demasia.
propuesto el término clere, por el do humana maquinación que se cual se entiende al hombre que, oculta en todo aquello que los libre de los intereses temporales, hombres llaman espiritu. él, el sólo concibe el universo en funintelectual, el hombre del espiritu, ción del universo, y se mantiene sabe ya que está en la tierra y en esta posición que es relativo a un universo más En fin, el intelectual, que es un allá del cual no puede haber más poco de todo eso, y quizás algo que mentiras, un universo sobre más todavia pues presiente que el que, al fin, le es posible actuar.
definirse seria menguar y que su Esta cadena de descubrimientos, más vital disposición, su más se insinuaciones críticas, de opocreto consejo, deben consistir en siciones y de levantando velos, ser siempre algo más que si mis.
que al hombre le hacen retornar mo el intelectual, decimos, ya al hombre, lo que suele llamarque asi se le define, solo en su se la cultura. Es de uso de lo que cuarto, rodeado de sus libros, sus el intelectual se siente garante, instrumentos, sus fetiches y algu.
y experimenta el áspero y exaltanas imágenes del arte de todos los dor desco de prolongarlo de mane.
tiempos, se interroga. Voces con ra efectiva. Lleno como se halla de fusas le solicitan por doquier. El ensueños, de músicas, de aspiramundo se transforma en torno suciones y especulaciones, el intelec.
yo, intereses diversos le apremian, tual, en la tierra, en su tierra, se llamamientos contradictorios le siente zambullido en la realidad conmueven. Evoca, para hacerse La realidad, concreta, móvil, y fuerte contra este tumulto, alguque debe doblegarse, adaptarse a nas grandes figuras entre sus la figura humana. Para el la cul.
maestros: Baudelaire.
Claudicaciones tura ya no es una abstracción, ni Cézanne. Se Madera de Emilio Prieto de dónde un tropo académico, sino el esles surgia esa negativa a satisfafuerzo de las generaciones por al.
cer los gustos del público de su mismas. En lo cual hizo mal, por incluso los lazos que la retenian canzar esta realidad; es incesante tiempo, esa apetencia por un arte cerrado en si mismo, inadecuado, que era desesperar: debió, por lo ligada a la dudosa realidad del novedad, voluntad tierna y cambio. Para él, intelectual, artista, contrario proseguir la marcha mundo exterior.
inasequible Pero ¿es que hubo adelante de esas potencias de vida Esta sociedad. por qué se nie. poeta, sabio, la idea de creación jamás expresiones artisticas se confunde con la idea de revopoéticas en las que una sociedad transformarlas en acción. Mas esy de amor que en si llevaba, y gael artista, el escritor, a hablar lución su se haya reconocido lenguaje, adoptar su visión.
por entero?
to es la historia de Tolstol, que a suministrarle las imágenes tran Sin duda, en el pasado, ciertas ar Luego, reflexionando sobre las tes fueron florecientes, felices, es del intelectual ya conté una vez, y no la historia quilizadoras y armoniosas que ella condiciones en las cuales efectúa de le pide? Recorriendo entonces con su creación, comprueba que no plendidas. Mas se colocaban al servicio de los los principes. Hubo Este rechaza, pues, entre las una mirada su biblioteca, nuestrosaca nada más que de si mismo.
quimeras del pasado, o entre las intelectual piensa en el cortejo Que ese desinterés y esa libertad artes en que, no ya una élite, sino que le parecen indispensables, de lo por venir, la imagen de una de los más grandes espiritus de la el universo entero, la condición humana toda, se haya encontra las edad de oro en que el artista ha humanidad, en aquellos que, opo que constituyen su orgullo, la so do. Hubo edades de oro? En alllase materiales para edificar una niéndose sin cesar a las fijaciociedad que le rodea no se preogunos genios muy potentes se ha obra perfecta y dichosa. Pertene nes, a las paradas, a los endure cupa en absoluto de ellos, o, cuan do lo hace, es para intentar en la este presentimiento de una nece, por contrario, a una épo cimientos de los dogmas sociales, seguida utilizarlos para sus fines ca de conciencia desdichada. si hallaron en su corazón, en su ra.
edad de oro, esta abundancia es.
inmediatos.
ancia, eshemos de emplear la fórmula zón, en su sarcástico genio criti.
te regocijo del hombre Es tan sólo de rechazo o mer que son tan aficionados, desde co, los principios de una sociedad de acuerdo con el hombre y que ced a ardides tales como las tranHegel, los metafisicos. Vale decir más justa y en la cual el hombre ya sólo aspira a crear, cual un sacciones de la moda, del snoque sufre por un sentimiento de ya no fuese el enemigo del homdios. Habia algo de esa felicidad división y de contradicción. El ar. bre. Evoca a Rabelais, a Montaibismo. del segundo oficio o del en Tolstoi. Hasta que un dia, periodismo, que puede gozar de te al que ama, el arte de un Bau. gne, a Voltaire, a Nietzsche, a to los bienes que la bruscamente, se detuvo el torren. delaire, de un Mallarmé, de un dos cuantos vieron que las reglas te de alegria, porque Tolstoi, miCézanne, es desdichado.
a quienes participan consciente.
más ideales sobre las cuales se rando en su derredor, descubrió, Un arte trágico. Un arte de resis. fundamenta una sociedad, las jus.
mente en sus combinaciones. Mas en un vertigo de sorpresa, que tencia y de oposición, que niega tificaciones más sublimes, los dio. su existencia es un juego sin tin, no vivía en el seno de la edad de todos los conceptos sobre los cua.
y tal vez mañana sin dignidod.
ses mismos, no eran sino misero.
Con Ahora bien: el no posee, realmen.
oro, sino en medio de un intole. les quiere entenderse la sociedad bles ficciones interesadas.
rable infierno de vergüenzas y de de su tiempo: un arte que canta ellos sueña un hombre despojado te, más que su propia existencie, miseria. Entonces lanzó su maldi el gemido del alma solitaria, re de los mitos, y libre, un hombre y es de ella, de sus azares, de sus ción sobre la creación y la vida cogida si misma, habiendo roto desconocido aún, pero cuya figu experiencias, de sus amarguras, Mallarme, Pregunta hoy: mbre que está sem sociedad of de arte