147 REPERTORIO AMERICANO bas. Son hijos del Sol. Son barba de cuanto ocurria delante de sus tiene las de los cinco Grandes Sa lámpagos de amenaza, albas esdos. Del Oriente vienen: cuando ojos esta raza maya! su combu cerdotes. La última de ellas es la peranzadas de un nuevo amanellegan a esta tierra son los señores rente ironia! Como cuando dice de Chilam Balám hermosamente cer de la raza, de una restaurade la tierra. Son hombres blan más adelante. Héme aqui. Soy concebida en dieciséis versiculos, ción de los Itzáes, los poseedores cos. Ay! pesada es la ter César Augusto que me sienton en el postrero de los cuales se lee: de las doctrinas ocultas y sagraWidumbre que llega dentro de recibir mi limosna en el desier ya entra en la noche mi palabra. das al occidente de la legendaria Cristianismo.
Ya está viniendo! to. es hermosa esta expre Yo que soy Chilám Balám he ex Atlántica. Después de haber esSerán esclavas las palabras, escla sión: Azul y quemado es el sem plicado la palabra de Dios sobre tudiado este libro se me ha magvos los árboles, esclavas las pie blante del jarro del cielo. El se el mundo para que la oiga toda nificado la fe en el porvenir del dras, esclavos los hombres, cuan ñor Roys declara que este pasaje la gran comarca de esta tierra, Continente; porque son hondas las do venga. Cenudo es el as es oscuro en el original. otra Padre.
raices sobre que florecerán los pecto de la cara de su dios. Todo vez la hebraica concisión en es Circulan por este libro sagrado pueblos de Indoamérica.
lo que enseña, todo lo que habla tas palabras: Correrá la sangre de los mayas rugidos tempestuo El traductor de estas Escrituras es. Vais a morir!
de los árboles y de las piedras sos de comprimida rebelión, re merece bien del Continente.
Con cuán amarga elocuencia Arderán a cielo y la tierra. BRENES MESÉN expresa la perfecta comprensión El Libro de las Profecías conNorthwestern University La prostituta parada.
La otra hermana, la medianera, no queria que sus admiradores supieran que ella tenia Por JOSE DEL VELASCO una hermana en un prostibulo. como las dos mayores vivian juntas, era natural que Envio del autor. La Habana, de agosto de 1936 ella no podia ir alli.
Evitando Era fea, fea sobre toda ponderación, con Cuando, en nuestras charlas, yo lograba Fue entonces cuando, a brazo partido, que una fealdad que inspiraba pena; pero tenia sacarle algunas de estas confesiones, no la en la mujer significa casi siempre la función indultaba en nombre de la Moral, porque un alma repleta de dulzura, de mieles. Era de la servidumbre, llegó a reunir los cenpensaba que, siendo tan fea, no cabía el infea, pero su palabra era dulce como un vatavos necesarios para comprar la habilitación so de guarapo. Se podía estar largo rato dulto sin ironia. Muy dificilmente, como la a del robusto nené que vino al mundo en un su lado, abusando del encanto de hacerla mayor, ella hubiera podido ser la querida de lecho de hospital, con regocijo de la madre hablar uno de esos personajes de gusto depurado y desesperación horrible de la mujer desamPara sus cosas íntimas era esquiva, tanto, en lo sensual, que compran los corazones de que nadie pudo hurgar en su gaveta de selas mujeres baratas. Era muy fea, muy fea!
Tropezando aqui, alli, allá: cayendo, para cretos, jamás. cuando la curiosidad impruNo la absolvia, comparandola con la artista, dente se deslizaba por aquellos vericuetos, levantarse al punto, tuvo el dolor de verse porque sabia que no era la más adecuada paen un burdel cuando su hijo tenia cuatro era un placer intelectual admirar con que fara exhibirse desnuda a presencia de viejos cilidad, manejando la evasiva, orientaba a años, al que sostenia lejos de la sentina, al 1:bidinosos y mozos de cordel. Era tan fea, cuidado de una buena mujer a quien pagasu capricho la conversación. por cauces fan fea!
ba generosamente.
serenos.
Mi alma de poeta, no obstante, la absolvia, Aquel cuadro lleno de chaferrinones, aquePara romper aquel cerco habia que ser sin dificultad alguna, plenamente, al esculia narración a retazos, recogida a tronchos, char la dulce melodia rítmica de aquella voz psicólogo, habia que ser un poco mundano hilvanada a fuero de deducciones, me daba Por eso, empleé largas semanas en estudiarde plata cariciosa y blanda. pensaba en un vislumbre lleno de sombras de lo que era la, indiferente a la murmuración de los Pael búcaro de ternuras que aquella madre esta mujer, a la que todos trataban como a nulfos. llegue a abrir el broche de su alvolcaria en las noches calladas y solemnes una prostituta y que, no obstante, en mi alma, a desatar los carchetes de las confidensobre aquel hijo de sus entrañas, al dormirma encendia todas las lámparas del respeto cias, a aspirar el olivano de su intimo se10. la indultaba como mujer mi sentimiencreter. Por eso, pude conocer una parte para colocarlas tin vacilación en el altar de to de artista, y la indultaba como madre mi de su verdad, sólo una parte, con el comprola admiración. Porque me parecia que ella corazón de hombre.
miso formal de no darla al público, de no no era una prostituta, a pesar de verla sen¡No! no era una prostituta para mi. Era divulgarla.
teda en el burdel, llamando a los viandantes, Tanto, que ahora, al escribir, demasiado madre para ser una prostituta.
vendiendo sus caricias. No; ella no era, mis como que vacila, como que pone tremores en ¿Qué importa que vendiera sus carnes de mi mano la pluma que, dócil, obedece mi ojos, una prostituta.
hembra a los machos de la lujuria? Su alma La naturalidad con que yo la trataba fue mando estaba intacta, impoluta, pura. Porque solaPor lo demás, la historia es sencilla, como la que le hizo, por decirlo así, expasionarse mente del fondo de un alma pura es posible más. Sus hermanas no la trataban, no la perun tio de pocos meandros. Una historia que, que brote la ternura, en la forma armoniosu en verdad, no merece los honores de la pumitían que las visitara. La querida del pery dulce de aquella voz fresca y cantarina que blicación, más allá del intento de apunte pasonaje no queria que el sufriera el bochorno parecía una catarata y cuyo ritmo se dilatasa breviatio de noticulas de psicoanalista.
de verla allí, porque se enfurecia de tal maba en una fermata divina. Era madre dulce, nera, que al regresar a su casa legitima, la Huérfanas las tres hermanas, de veinte de voz de plata, rítmica y sonora, como el años la esposa le daba un somaten. Eso, al menos, la mayor, de diez y seis la segunda, de madrigal de un poeta romántico. Un dia.
ocho a la sazón ella, les fué imperioso vivir le dijo en la última visita.
No quiso ir a la sentina; no quiso ir al en estrecheces para no naufragar. El padre, burdel. Me hizo el honor de recibirme como no las queria conocer y ellas no querían que a un amigo, en su tugurio. Coquetón, aseado, él las conociera, ya que vivía, como un odre Del insigne novelista español José Ma ordenadito. Manos de artista habían adereroto, goteando alcohol. La madre murió de ria de Pereda, dice José Montero en la zado las cosas todas. El pequeño, de ojos vimucho trabajar Pag. 198 de su libro Pereda (Madrid, varachos y alegres, era un primor de jacaLa mayor, se hizo querida de un persona 1919)
renda, un eterno gorjeo, un perenme agitar je, con lo que pudo vivir un poco más desde cascabeles.
ahogada, dándole lo que le sobraba a ella,. lector constante del Padre Kempis, de Fray Luis de Granada, de San Agustin, de la Ella, hablándome, le acariciaba, le besaba, que pudo subsistir por la protección desinte Madre Teresa de Avila.
le mimaba, con una delicadeza no muchas resada de una perdularia, mientras la otra hermana. la del medio vivia de artista en otra parte: veces imitada; era un sahumerio de placeres, teatral de Infima escala, explotando sin puEl maestro gustaba mucho de lecturas de goces. El pillin empezó a emborracharse.
dor sus encantos en teatrillos para gollos de selectas. Los libros de mistica, muchos de Ella, entonces, entono la canción de cuna menor eunntia y viejos libertinos. Asi, vivienlos poctas del Siglo de Oro, y el Quijote más emotiva que he oido en mi vida. Tan sobre todo, eran predilectos amigos suyos.
do, si esto es vivir, luchando contra el arDe los poetas modernos, sentia mucha afilirica, tan mistica, tan pura, tan tierna, que biente, a los diez y siete años se entregó en ción por el Duque de Rivas, en sus Roman no pude resistir la emoción. Fingi un dolor brazos del primer amante, quien la engaño ces historicos por Zorrilla, en sus leyendas; repentino y sall dejándola a los pocos díns, en estado y sin por Bretón de los Herreros, en sus letrillas; por Verdaguer, en su épico poema de La En la calle, estaba un poco avergonzado un centavo Atlántida.
de mis ojos llorosos.