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REPERTORIO AMERICANO 299 como la explicación de la influencia de los hechos económicos en la evolución de la sociedad, pero concediendo que el materialismo histórico es fácilmente vulnerable si se pretende erigirlo en ley de la naturaleza. En su comedia Pigmalión, cuando Pickering le dice a Doolittle: Pero hombre, no tiene usted moral. Doolittle le responde. Ay, caballero, mis recursos no me lo permiten! Tampoco usted tendría moral si fuera tan pobre yo. Pero hay otras obras de Shaw donde la economia presente siempre se subordina al espíritu religioso o a la doctrina política; son entonces las ideas las que influyen sobre los hechos económicos y no al revés: ejemplo, Major Barbara.
El socialismo fabiano no es marxista; pero Shaw reconoce que Marx ha hecho cambiar la actitud de todo el mundo ante los problemas sociales creados por el capitalismo (al cual hace comenzar en el siglo xv y no en la Edad Media, según estiman escritores germánicos como Sombart. en toda actitud frente al capitalismo a favor o en contra Lay antes de Marx y después de Marx, quien definitivamente destruyó la ingenua fe en la división de clases como sistema inevitable.
El expositor principal de la doctrina capitalista le parece David Ricardo, cuya famosa teoria de la renta (basada en las diferencias de calidad de las tierras cultivables) estima justa: sus consocios los esposos Webb la han extendido al capital y al interés en la industria Pero la teoria pura es la parte menor en la obra de Shaw, donde la parte principal son los estudios de problemas concretos, los proyectos de reforma social y los escritos de divulgacion La humanidad se ha vuelto odiosa bajo el sistema capitalista, piensa Shaw. Tanto los ricos como los pobres son odiosos en sí mismos. Las clases obreras, las clases comerciales, las clases profesionales, laa clases propietaria, las clases gobernantes, todas son odiosas: no tienen derecho de existir. Desesperaría yo de la humanidad si no supiera que están próximas a extinguirse y que no hay necesidad de que las reemplace nada semejante. Las críticas que Shaw dirige al sistema capitalista no se limitan a señalar defectos de funcionamiento: demuestran que el sistema no funciona (it does not work. El despilfarro es constante, tanto de riquezas como de vidas; la codicia estorba el desarrollo progresivo de la técnica (léanse las páginas de Wells sobre Edison en el capítulo de su obra reciente El trabajo, la riqueza y la felicidad del hombre. en suma, la mejor prueba de la desorganización es la existencia de la misma y la ignorancia en sociedades que poseen todos los elementos necesarios para suprimirlas. La pobreza moderna dice Shaw, no es la pobreza que se bendice en el Sermón de la Montaña: la objeción que puede oponérsele es que hace desgraciada a la gente, sino que la degrada, y el hecho de que los pobres puedan sentirse tan felices en su degradación como los ricos en su exaltación empeora las cosas. Cuando el rey de Shakespeare decía: Reposad tranquilos, los felices humildes: intranquila está la cabeza que soporta una corona. olvidaba que la felicidad no excusa la bajeza. La chispa divina que llevamos dentro de nosotros se rebela contra el soborno que quiere someternos a la degradación por la mera felicidad, cosa que puede lograr un cerdo o un borracho. La clase de pobreza que hoy existe en todas nuestras grandes ciudades degrada a los pobres e infecta de degradación a toda la vecindad en que viven. todo lo que puede degradar a una vecindad puede degradar a una nación, a un continente y, por último, a todo el mundo civilizado, que no es otra cosa que una vasta vecindad. Sus perniciosos efectos no pueden ser eludidos por los ricos. Guia de la mujer inteligente. edición inglesa de 1932, pág. 42. Ya en una de sus primeras obras, Mrs. Warren profession, había planteado el problema de la pobreza, tan degradante para los que la padecen como para los que, huyendo de ella, se refugian en actividades innobles.
Lo que Shaw propone es una lucha sin cuartel contra la pobreza, considerada, no sólo como infortunio privado, sino como mal público, como crimen nacional. Dice en la Guia (pág. 44. Debemos considerar como condición indispensable de una distribución sensata de la riqueza que todo el mundo tenga ingresos suficientes para verse libre de la pobreza. Esto no es enteramente nueVO Desde los tiempos de la reina Isabel, la ley de Inglaterra determina que no debe abandonarse a nadie a la indigencia. Si alguien pide auxilio, aun sin merecerlo, a los Guardianes de los Pobres, por hallarse en la miseria, los Guardianes deben alimentarlo, vestirlo y darle alojamiento. Pueden hacerlo a regañadientes y de manera desagradable; pueden prestar el auxilio bajo las condiciones más feas y degradantes que puedan ocurrirseles; pueden encargar al pobre un trabajo inútil y odioso, si está en aptitud de trabajar, y mandarlo a la cárcel si se niega a hacerlo; el albergue que le den puede ser un horrible asilo general, en el que se hallen hacinados en contagiosa promiscuidad el viejo y el joven, el sano y el enfermo, la muchacha inocente y la prostituta empedernida; pueden unir a la caridad el estigma social, retirándolo el voto al depauperado (si es que lo tiene) e incapacitándolo para desempeñar funciones públicas; pueden, en suma, inducir al pobre respetable y honrado a soportar cualquier calamidad antes que solicitar auxilio oficial; pero deben dar auxilio al indigente, quieran o no, si él lo pide. Hasta ahi, la ley de Inglaterra es en sus raíces una ley comunista. Toda la dureza y perversidad con que se lleva a la práctica son magnos errores, porque, en vez de salvar al país de la degradación de la pobreza, la hacen más degradante de lo que puede ser; a pesar de todo, el principio existe. reina Isabel dijo que nadie debe morir de hambre y abandono. Nosotros, después la terrible experiencia que tenemos de los efectos de la pobreza en toda la nación, debemos ir más lejos y decir que nadie debe ser pobre.
En su primera comedia, Widowers houses (Casas de viudos. expone brutalmente el problema de los barrios bajos de Londres, llenos de covachas inmundas, de casas de vecindad o conventillos que dan origen a grandes fortunas: de semejante explotación de la miseria viven tanto los que la practican a sabiendas como muchos que la ignoran. en cuanto a los padecimientos de los ricos, a quienes les hacen falta ocupaciones útiles que los libren de enfermedades innecesarias y cuidados médicos excesivos, el problema ha sido planteado de modo pintoresco en una de sus últimas comedias, Too true to be good. Demasiado verdadero para ser bueno. donde una señorita rica, víctima de su vida ociosa, de los remilgos familiares y del mercantilismo de los médicos, descubre que la única medicina que necesita es la actividad.
La solución de Shaw para los males económicos de la sociedad actual es, ya lo sabemos, la igualdad de ingresos, fórmula que explica y justifica detenidamente en su Guía. la pregunta de si es practicable el sistema que el socialismo propone, Shaw contesta que, no sólo es practicable, sino que ya lo practicamos en multitud de servicios e instituciones, y lo único que falta es extenderlo a las demás actividades económicas. Mientras en el siglo xvm parecían utópicos los museos publicos, y en el siglo xix se oponían al socialismo reparos como el de Stanley Jevons, que creia imposible implantar el servicio oficial de bultos postales, los últimos cien años han traído constantes adiciones a la lista de los servicios públicos. Aunque cada familia compra individualmente su cerveza. dice Shaw (Guía, pág. 11. todas reciben el agua de un modo comunista. Pagan un impuesto destinado a un fondo común para pagar un suministro constante de agua a todas las casas y cada cual consume la mucha o poca agua que necesita. De igual modo pagan el alumbrado, la pavimentación de las calles, los guardias que las vigilan, los puentes que cruzan los rios, la recogida y destrucción de la basura nadie se le ocurre decir: Yo no salgo nunca después que oscurece; en toda mi vida he llamado un guardia; no tengo ningún asunto en la otra orilla del rio y nunca atravieso el puente. Por lo tanto no ayudaré a pagar lo que cuestan esas cosas. Todo el mundo sabe que la vida urbana no podría existir sin alumbrado público, ni pavimentación, ni puentes, ni policía, ni limpieza, y que el inválido que nunca sale de su casa, o el ciego cuya oscuridad no puede disipar ninguna luz callejera, dependen de estos servicios públicos, para el suministro diario de alimentos, la seguridad y la salud, como cualquier persona sana. esto puede aplicarse al ejército y a la marina como a la fuerza de policía, a los faros como a los faroles de la calle, a los edificios municipales como a los del Parlamento: todas estas cosas se pagan con el dinero reunido con nuestros tributos e impuestos, y a todos benefician indistintamente. Son, en suma, comunistas.
Toda la socialización económica debe conducir, dice Shaw, a la libertad individual, al libre desarrollo de la personalidad humana, hoy oprimida por esfuerzos, preocupaciones, vanidades y deberes económicos innecesarios, a tal punto, que muy pocas son las personalidades que alcanzan a revelarse en plenitud. Ni siquiera la elección, en el amor, es libre: cada quien puede escoger sólo dentro de radio muy limitado (v. el capítulo XV de la Guía. Ni la amistad es libre. La desaparición de las diferencias artificiales entre los hombres, que se cultivan desde la cuna, hará libre el espíritu. Esta es una de las más antiguas convicciones de Shaw: oyendolo exponerla en una conferencia, concibió Oscar Wilde su conocido ensayo El alma del hombre bajo el socialismo.
Shaw, no lo olvidemos, bajo su apariencia de rudeza antisentimental, es hombre de sentimientos vivos y generosos. En su hermoso libro sobre Shaw, Chesterton recuerda que el dramaturgo irlandés ha dicho que, como vegetariano, merece la gratitud de los animales y que, cuando muera, su carro funebre deberían arrastrarlo aquellos que le deben la vida. Pero no habrá necesidad, dice Chesterton; muchos hombres y mujeres a quienes Shaw ha hecho bien ocuparán el lugar de los animales. Yo, por mi parteagrega Chesterton, que es corpulento y obe50, me ofrezco para ocupar el lugar del elefante. Continward)