358 REPERTORIO AMERICANO Cuatro venturanzas más Colaboración. Modera del autor. Costa Rica y Junio del 36 Bienaventurado el que llora porque baila su pena como piedra en el rio: redes sobre el futuro, paño sobre el ahora, jel imposible ahora!
Bienaventurado el que llora porque empapa las raices del árbol que arrancaron, que repite. eso es mío.
y qué profundas huellas, señor, las que quedaron. Bienaventurado el que pide enseñando su cria, futuro mendigo en los ojos de Dios.
Señor en desprecio, que ya nada mide, que tiende en la mano su larga agonia, Más lejos que cielo, más libre que infierno cuando tienen hambre y se bastan dos.
Bienaventurada la virgen que espera en lo eterno, que cada mañana celebra su boda, que hace el mundo un solo minuto, que se entrega toda: de azahares tan blancos que parecen luto.
Bienaventurado el que es preso de eterno homicidio, de ojo de reja, de herrumore por beso.
Bienaventurado el que es preso porque todo es presidio.
Habana 1936 мах Jiménez corazón, sino a las que están en Paris; me detuve en Zurich pa y que descansan como un boste teresaria. No comprenderian.
las antípodas del ángel descura ver al autor de Tipos psico. zo. Al instante recobré mi aplo. Por lo latinos. Por lo católf briremos que aun términos abs. lógicos. Llovin a cántaros esa mo, Verdad es que conocia por cos?
tractos, frios, como extraverti. tarde cuando mi taximetro atra experiencia la debilidad de cierYo hubiera querido que me do ertido. cobran alli vesó, en Gusnacht, un jardin que tos principes del espíritu por las diese al punto una larga confe.
temperatura. Insensiblemente, in olia a tierra mojada sensiblemente, cuando junto a la armada de un parme dejo, novelas policiales: mi bibliotecti, rencia explicativa sobre el tema: desar rica en este género de obras, ha pero sus clientes lo esperaban, chimenea los lanzamos de un si. mada por emociones contradicto sido en repetidas ocasiones sa quien sabe con qué pesada carga llon otro, estos términos. querias, ante una puerta: la del Dr. queada por su avidez. Pero a pe de complejos.
son gratos a nuestra inteligencia Jung Era debido a las largas sar de esto, no esperaba encon.
Jung me acompañó hasta el porque están asociados a la cla horas de tren, al brusco cambio trarme con Edgar Wallnce en en hall de entrada (en que volvi rificación de ciertos mecanismos de temperatura, a la lluvia, a Insa del más eminente profesor de a tomar mi paraguas al que ya obscuros. se convierten en improximidad de un gran hombre la Universidad de Zurich. Yo es.
no envidiaba. Sus dos perros no previstos reproches secretos, en No lo sé. Ello es que sentin yo taba en la gloria.
quisieron abandonarle, y tropeimprevistas injurias disimuladas. crecer y desarrollarse en mi uno Por completo reconfortada en zando en ellos bajamos juntos la Cuando un señor que se cree exde esos complejos de inferioridad tre, unos minutos después, en el escalera. El uno brincaba: el otro travertido la llama a usted intro que nos hacen sentir y represen cuarto de trabajo del Dr. Jung. taciturno, se movía con desgano.
vertida, desconfie usted, señora. tar el papel de una idiota a las Al momento, compruebo que es Extravertido el uno, introvertido Desconfie usted, señor, cuando mil maravillas. En estas lamenta alto, muy alto. Pero, cosa curio el otro, me dija darmo de cosa una señora que se cree introverti. bles condiciones entramos yo, mi sa, mis ojos, que levanto hacia riendo. No necesite preguntar cuál.
do le califica a usted de extra paraguas y mis emociones en la el, no saben de ese rostro más Pronto sabremos si Jung tenia vertido. En el fondo de su sub casa del célebre psiquiatra suizo. que la expresión de poder, de ino no razón al decir que no inteconsciencia, estas palabras van Pero mi paraguas. cuya suerte teligencia que lo baña una interesaria al público argentino. ΕΙ implicitamente precedidas de envidieba en ese momento que ligencia que avanza hacia mi co entusiasmo que despierte su libro grandisimo.
do en el hall. mientras que nos mo un enorme elefante, ocultan lo dira, Pero, de cualquier manera, sa otras (mis emociones y yo nos do todo lo demás. Una inteligen.
Según su propia confesión, TI.
limos ganando. Antes nos hubié vimos obligadas a subir la esca cia elefante! Tengo la impresión pos psicológicos. que ofrezco a ramos tratado lisa y llanamente lera. Se nos pidió que esperáse. de que esta gran inteligencia, que de brutos.
mos en una salita de paredes lo ve todo, no me ve: de que va cidos, es el fruto de casi veinte mis amigos conocidos y descono.
No obstante, recordemos siem. guarnecidas de libros. Esta espe. a pisarme y a aplastarme. InsIns. años de labor en el campo de la pre que Jung, justamente en el ra fué providencial. En varios tintivamente tiendo a apartarme psicologia práctica prefacio escrito parn la traduc. estantes vi de pronto, alineados de su camino y a arrojarle cosas.
Huxley dice que al leer los ción española, nos advierte: Mi en apretada hilera, un regimien. Las toma una por una delicada.
división en tipos es más bien un bros de Jung sentimos que su co.
to de novelas policiales. La lle mente, con esa extrema destreza nocimiento intuitivo del ser hu.
aparato critico destinado depu. gada de la paloma con la rama increible de los elefantes. ya rar y ordenar un vasto material de olivo no debió producir en mano es profundo como el de el se trate de arrancar un tronco de psicológico extraido de la expecorazón de Noé alegria mayor que arbol, ya de abarajar un terrón fieso que una obra como Tipos Dostoievski. En cuanto a mi, con.
riencia, pero en modo alguno uti. la que produjo en el mio este de azúcar. asi conversamos.
lizable en el sentido de poner a descubrimiento Me anunciaba Pero de pronto me dice algo psicológicos me ha conmovid tanto como los hermanos Kara.
los individuos su etiqueta singu también: tierra. que estoy rumiando todavia, y mazov larmente y prima vista. buen Homo Sum. pensé. Leian, creo que, de esa entrevista, es la entendedor.
pues, en casa del Dr. Jung (él observación digna de repetirse. Lector amigo: si quiere hacer se de Tipos psicológicos, edi o los suyos. estas historias sóli. Al preguntarle yo si no desearia tados por Sul, Buenos Aires, le En octubre de 1934, di un pe. damente tontas que se leen en la dar conferencias en la Argentina, costaria por ahl de 15. 00 el queño rodeo al regresar de Roma min, que se leen en las de ustedes me contesta: Para qué? No in.
ejemplar. 590 páginas.