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REPERTORIO AMERICANO 253 pensos a la cólera y la ira; se hallan siempre dispuestos a dejarse llevar la pasión, incapaces de dominar la furia. La juventud es ávida de superioridad. Sus faltas provienen de que hacen más y con más vehemencia de lo que fuera conveniente, pues son exagerados en todo, en la amistad como en el odio, y así en los demás sentimientos Si cuatrocientos años antes de Jesucristo la juventud era así como hoy, nadie podría razonablemente llantarse a engaño, como no fuera el dulce Jesús que también pudo montar en cóleriques tan poco han aprovechado los humanos el ejemplo de su habitual mansedumbre (esto quizá nos llevara a sacar las cosas de quicio, que tan desquiciadas están ya. Pretendiamos recordar que la juventud ha sido siempre un poco exagerada, según condición de la edad, y dada a desarmonia pasajera con las generaciones precedentes. El bueno de Ernesto Legouvé lo denunciaba compungido hace un siglo: Hoy, los hijos y los padres no están de acuerdo apenas en nada. En política, en filoscfía, en literatura, en religión, el desentimiento entre ellos es completo y manifiesto.
También hoy comunes estas divergencias familiares: al sensato padre conservador le sale un hijo comunista. o al contrario. Peto es más general en nuestros días el influjo del hogar sobre los muchachos conforme a leyes de imitación cumplidas en forma estridente. No seamos desmemoriadas las personas maduras: nosotros hemos llamado a los jóvenes una y muchas veces, sidmpre que los hemos necesitado.
Recordemos las palabras del ministro francés de Jouvenel a los estudiantes de todo el mundo congregados en 1928: Saber no sólo las cosas, no sólo los libros, los poetas, las historias, las ciencias; conocer al hombre, los países, por qué un pueblo piensa como piensa, siente como siente, sufre como sufre, reacciona según lo hace ante los gestos y hechos de fuera; tal es empeño que os aguarda. no seamos tampoco desagradecidos los españoles que sufrimos la Dictadura en la que lo mejor era el dictador cuando los estudiantes ayudaron a librarnos de la opresión indigna.
La juventud, aunque nos moleste, suele saber su papel y representarlo sinceramente mejor que las otras edades duchas, cautas y experimentadas. Si no lo advertimos siempre y reaccionamos contra los jóvenes, es porque suele ocurrir que mezclados con ellos o en el primer término actúe, suplantando la representación auténtica, el señorito satisfecho. así crismado por Ortega y Gasset: es un hombre que ha venido a la vida para hacer lo que le dé la gana.
Por fortuna, ese señorito, que ha encontrado al nacer la mesa bien abastecida, comienza a estar en minoría. En los últimos sucesos estudiantiles, el señorito aspirante acaso a politico ventajista ha llegado hasta el atropello de la autoridad académica y de la encanecida autoridad de los años, siempre respetada, ante la repulsa o el apartamiento censorio de los compañeros de estudios, que ya ven claro.
Tomemos nota optimista. la liquidación del señoritismo quedan aquí y allá unos saldos empieza a seguir una disposición juvenil que se da cuenta. Esas bibliotecas, esos laboratorios llenos de muchachos, mientras otros muchos aguardan a la puerta, dicen una canción de esperanzas. El seño generalmente. Los jóvenes del hoy que mirito satisfecho quería pelea, fiado su do ra al mañana admiten la lucha sana de la minar por las artes buenas o malas, esto competencia, cada hora más fuerte en las profesiones liberales y en los mismos oficios. Pelea y lucha no son términos camLa bailarina biables. La lucha puede, y hasta debe, engendrar el entusiasmo o ser animada por Colaboración. Ilustración del autor. La Habana, marzo de 1936.
éste; condición entrañadamente juvenil. Malos días aguardan a los muchachos que no alcancen a ver las cosas así. Los mejor situados hasta ahora, por ley de privilegio, sienten la presión de los nuevos concurrentes. Al redimir los brazos, la máquina pone en marcha las inteligencias capaces de superar el esfuerzo muscular. el libro de la biblioteca popular y de la edición barata abre el abanico de las posibilidades ante los ojos relucientes de curiosidad. Cada It uno en las muchedumbres de jóvenes coUTII mienza a buscar lo que le interesa técnico o social y a saber de ello tanto como otro aunque éste haya pasado por las Escuelas superiores. Ya no se adquiere la total ventaja con unas monedas en las taquillas académicas, y la vida es como aula máxima. vuelve el ágora. donde todos siguiesen, casi indifirenciadamente, los afanes solidarios. Quizá, lector, la pluma se haya deslizado un tanto. No debemos, por todo esto, escandalizarnos demasiado con lo que sucede entre los jóvenes, pues siempre ha ocurrido parecidamente. La juventud ha sido igual la una a la otra en los tiempos sucesivos. Si acaso, el cambio se ha operado en las personas mayores y en la relación con ella. Del juramento de los efebos Obedeceré las órdenes que la prudencia de los magistrados acierte a darme. Estaré sometido a las leyes, a las que ahora están en vigor y a las que el pueblo establezca. Si alguien quisiera derribar estas leyes o desobedecerSangre de caballo muerto las no lo sufrire, sino que combatiré en fa¿Cuántas arenas manchadas?
vor de ellas, solo y con todos a las proTatuaje de Cristo en Puerto mesas de las juventudes hitleristas y fas¿Cómo mugen las espadas!
cistas hay gran distancia, en descenso que se precipita al abismo. Quién inyectó tantas penas en el azul de lus venas. Si dejáramos tranquilos a los muchachos! Ya los perturbamos no poco hacién¿Qué puñales en tus manos?
dolos licenciados y doctores a los veinte o ¿Cuál cuerno que embiste a Dios? veintidos años. Archinatural que los pobres Raíces de los pantanos quieran figurar de personas maduras. Lue¡cómo se grita sin voz!
go, algo tarde, pretenderán ganar el tiempo mal empleado y llenarlo de alegria, co¿Quién inyectó tantas penas en el azul de lus venas!
mo aquel francés que al volver a su patria sólo encontraba jóvenes de cuarenta años ¿Cuántas heridas tu ceño?
arriba Escándalo sobre el ojo.
Importa que los jóvenes lo sean a su ¿Cuál domador, cuál tu dueño edad; lo que no significa un propósito te hizo bailar sobre el rojo?
inutil de apartarlos de las nobles preocupaciones colectivas. Megan Lloyd George. Quién inyectó tantas penas en el azul de fus venas?
la hija del famoso político, nos dejó una aprovechable de sus campañas ¿Cuántas serpientes aplastas?
niles: Tenemos entusiasmo sin experiencia. Cuál silbar de los venenos?
pero somos metal puro. Colocadlo en el ¿Cuál cascabel en las asſas?
crisol y podréis extraer un valioso espiritu. Cuál terremoto tus senos. Sólo que Megan ha preferido meterse a ventera. deliciosa posada con su su sonri¿Quién inyectó tantas penas en el azul de fus venas?
sa de lince burlón, en frondoso paraje de la verde Inglaterra. Ese crisol puede ser ¿Cuántos son los hijos muertos también el de la política si los muchachos en el ritmo de lus danzas?
pudieran responder al anhelo, un poco exiGeranio de los desiertos gente de Spranger: lo que la generación fué un loco creador de andanzas.
joven tiene que dar a la realidad politica es ¿Quién inyectó tantas penas un nuevo ethos político, madurado en seen el azul de fus venas. creto e impregnado paulatinamente de ciencia y voluntad políticas.
Max Jiménez ¿No es pedirles demasiado?
frase juve