REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1936 lueves 12 de Marzo Tomo XXXI Núm. 13 Año XVII No. 749 Diurambo a Juxna de Ibarbourou El eclecticismo en la Etica (3)
Don Manuel Arana Comentario una carta farlisica SUMARIO Ventura Garcia Calderón Recado sobre Anthero de Quental. Gabriela Mistral Dr. Marcel Bonhomme Niños ladrones. Angel Osorio Armando Solano Antologia de la poesia nera hispanoamericana Emilio Ballagas Luis de Zulueta Tuan del Camino Los dictadores, El Cesar de serrin. Luis Calvo Adela Formoso de Obregon Ditira bo a Ju a na de Ibarbourou Por VENTURA GARCIA CALDERON De La Prensa. Buenos Aires, Rep. Argentina. 18 de Agosto de 1985 Bruselas en fiesta, donde las noches de noche constelada de penas ni esas neblinas la exposición se irisan de fuentes cambiandel norte que prefiere la exquisita poetisa tes, me llega un chorro de luces verbales, un belga Maria Gevers cuando escribe su canlibro enlucerado como dice, con flamante ción para que los cinco sentidos aprendan y perfecto neologismo, la mayor escritora a amar la lluvia o le ruega a ésta pluie, de América. Estampas de la Biblia por o douce que sea madrina del niño que le Juana de Ibarbourou.
ha nacido.
Sea mi primer asombro de lector que la No, Juana de Ibarbourou no puede renunautora no haya querido llevar antes su eanciar al sol. Como otro belga genial de lengua taro fresco a las fuentes de Samaria o Jeflamenca, Guido Gezele, ella repetiria ante rusalén, tan predestinada me parecia a la el cerezo florido en la mañana: Gracias por simplicidad de la Biblia y a su fervor. La in lux. Una acción de gracias es cada maaventura de esta mujer continúa siendo exdrugada suya. Nadie ha cantado más francatraordinaria. Para aproximarla y catarla memente en español el sano y matinal apetito Jor, evocamos las obras y las vidas de sus de amor. Mirad cómo a su lado Gabriela hermanas gemelas de Francia, de Bélgica o Mistral parece extranjera o menos nuestra, de Inglaterra que también sintieron gravicuando se pone a maldecir al amado muerto.
tar sobre una tersa frente el don fatal y la Aratos nos eriza la carne como esas Puricorona de espinas fragantes. En nuestra hissimas coloniales, apuñaleadas en la sombra, toria literaria sólo otra Juana podria comque llenan la hornacina con la exageración parársele, si las condiciones de tiempo y de de sus siete dolores. Hay misterios araucalugar no fueran otras. Sor Juana Inés de la nos y secretos de noche austral, la del extreCruz, que ponía en su amor al Crucificado mo Sur de Chile donde las florestas no tietan sospechosos impetus de amante y nos dinen pájaros, en esa saña de Gabriela que jo a los hombres las verdades con su gentil cabria en un antiguo tríptico: Amor, materdonaire, no puede servirnos de término de nidad y santidad, todo frustrado y ofendido.
comparación para averiguar lo que nos imDenla conventos que fundar, una Cuba por Porta saber y lo que desearíamos fijar: có libertar como a su maestro Marti y la vida mo, entre que limites de recato, puede y Juana de Ibarbourou será tal vez posible para este retoño ameridebe ser poeta una mujer de nuestra raza cano de Santa Teresa Mirad como en su gioJuana de Ibarbourou nació a la vida de riosa madurez olvida las expresiones sencilas letras pagana, sin bautizar, como todos tamos seguros de que nuestro amor de his. llas, recarga de eléctricas oscuridades de nulos temperamentos geniales. Sus primeros panoamericanos no podrá parecerse jamás a be su sintaxis y al fin de su jornada, junto libros son de founesa capricante en las pra ese arrobamiento inmóvil, un poco linfática un calvario, don Luis de Góngora la espera deras matinales que el tirso de la mano go y literario con los brazos abiertos bierna, pero observad como desde entonces Las cosas del alma, tan brumosas en ese La admirable escritora nos da el mal su franqueza lirica no llega y es mejor clima norteño, ocurren aquí en más humana ejemplo que ya nos dieron tantos otros que asi sea. al agresivo impudor de la di y binndo paisaje. Si en cada mujer de Amé maestros de América, como si nuestra fatavina condesa de Francia y Rumania. Podrá rica se adentran las brumas sevillanas de lidad fuera huir de la luz hacia las noches objetarse tal vez que a una mujer le es plau Bécquer si el poema del amor entre nos embrujadas de Goya. Acabaremos todos sible decir en Paris lo que no es licito expre otros, como en la India de Tagore, está lleno asf, buscando frases oscuras retorcidas cosur en Montevideo. Parece mediocre objec de suspiros, de silencios, de miradas suspen mo las anotaciones marginales de los Cación ésta. Si, por discreción congenital, nues sivas; si una sonrisa triste es la expresión prichos. Cuando medito en el porvenir litra Juana evita lindo desparpajo de Ana usual de nuestra musa, en cambio, esta uru terario de América me corren culebrillas por de Noailles, también rehuye. porque es laguaya comienza a cantar con la franqueza el espinazo. En fin de cuentas, todos queretinn. la perpetua reticencia sentimental de la mocita de Surán que iba preguntando mos escribir como ese presidente argentino que se nos antoja Hoña alguna vez en la In por los caminos del Cantar de los Canta que inventó un nuevo conceptismo a medio glaterra prerrafaclista. De ejemplo puede res si nadie había encontrado al que ama camino entre la pedantería y la brujeria, paservirnos Isabel Barret, extenuada de liris ba su alma Par primera vez en nuestras ra asombrar las multitudes primarias.
mo y de tisis, cuando Roberto Browning lle letras la enamorada sudamericana halló su Cuando nos alejamos del vargasvilismo altisa a visitarla, todo lleno de palabras ensor acento cabal. Voz de murmullo como el arro sonante es para caer en el oscurismo o en tijadas y de penas confusas donde aflora una yo que canta entre los tréboles, sonata de la literatura cuneiforme de Ins últimas coInglaterra secreta y sin clave para el latino estío y sol de miel por qué ha de ser lu madas que aspira con fruición a no ser comcomo los sonetos de amor de Shakespeare. no siempre. gorjeo de mirlo espectador prendida y lo consigue casi siempre. Esta Divino suele ser el diálogo mudo de esa pa que sabe trasmutar la luz en sonido. Su ho claridad latina. de qué me sirvió. gemis reja, pero al leer sus sendas confidencias es in predilecta no es alba de Julieta ni la nuestro gran Rubén en su madurez, blasfe