Communism

196 REPERTORIO AMERICANO Si para España seria de pésimos resultados Don Manuel Azaña Por ARMANDO SOLANO De El Tiempo. Bogotá, 24 de noviembre de 1986 y seguir valiéndose como de instrumento politico de aquel americanismo artificial y fofo que prevaleció hace poco, y considerar hoy la América española como un grupo de pueblos no del todo emancipados, dispuestos a reconocer y servir la superioridad de la antigua metropoli, y poblados por gentes ligeras, alborotadoras y volubles, henchidas de un sentimentalismo azucarado y cándido, para nosotros sólo malas consecuencias traeria quedarnos estacionados en la España de pandereta. En la España garrula, bromista y pendenciera, entregada por entero a un flamenquismo vergonzante y refractaria a todo concepto serio de la vida. Fuera de que nunca fue asi España, en la etapa presente es todo lo contrario rario y el movimiento republicano llevó a los primeros puestos de la política y del Estado, a un grupo no escaso de hombres austeros y reflexivos, de fuerte vitalidad espiritual, de apasionada voluntad creadora, hombres graves, cordiales, de inteligencia sustantiva, sin ampulosidad ni cascabeleos. Don Manuel Azaña, de quien dicen los malos conocedores de España que es el estadista menos español, aludiendo a su falta de teatralidad y de patetismo, asi como probablemente a su realismo y su laborioes sin duda la figura culminante de aquel grupo. Es la figura maestra de la política española actual. Es el animador, el director y el guia de los partidos de izquierda, cuyo regreso al poder, según todas las probabilidades, se prepara para no muy tarde.
Después de un tiempo largo, volvió con el España a presentarle a Europa un hombre de Estado digno de parangonarse con los más altos y con los más sagaces del continente.
Un hombre de Estado que acendra preciosamente las tradiciones del alma española, del alma más individual, diferenciada y propia del mundo, y es simultáneamente caudillo de las nuevas concepciones sociales y del nuevo sentido político, en sus manifestaciones más audazmente avanzadas. Tal vez sea leyendo los libros y los discursos de Azaña, tar a minguno de los ideales republicanos, sin renunciar a las ambiciones emancipadoras, ni a la liberación del poder civil, y habiendo hecho en su gobierno cuanto pudo por soltar las ataduras que entumecian al país y les entregaban al latifundio al monopolio monacal las grandes fuerzas nacionales, Azañia fué, ante todo, y seguirá siendolo mañana, un reconstructor respetuoso y enamorado de la vieja, de la inmortal España. Los demagogos ignoraban, pero lo sabian muy bien el avisado político el delicada hombre de letras, que la aristocracia y el poder real no eran culpables de tradicionalismo; sino precisamente de todo lo contrario.
La monarquia será responsable de haber despilfarrado el patrimonio histórico de Espana, de haber abandonado los hondos y ricos cauces del espíritu espiritu español, de haber dejado evaporar indolentemente las esencias de una vida nacional enriquecida por siglos siglos de pensamiento, de virtud, de valor de ciencia. Lugar común es ahora que en la raiz de los más criginales inventos y de los más geniales aletazos de la humanidad, se halla la iniciativa, el presentimiento, no raras veces la teoria o la hipótesis formulados por tal monie, por tal erudito, por tal menesteroso y vivaz hijo de España. Fue la monarquia erotizante y desnacionalizadora, que preferia al interés nacional el de las dinastías y el de los aliados cosmopolitas, quien torció el rumbo de España, malogró el impetu fundador, y convirtió a esa raza, madre de cultura, en un islote olvidado del movimiento universal.
Don Manuel Azaña, repetidamente tildado por los nacionalistas de su patria, de comunista y de enemigo de la herencia hispánica, se presenta a nuestros ojos de imparciales comentaristas como el centro de una revolución cuyo fin primero es el regreso a las fuentes del auténtico modo de ser español, siempre altivo, autonómico, inclinado al libre examen y a la soberania del intelecto.
Aun dentro de la cuestión religiosa, indiscutible que está más acorde con el catolicis(Pasa a la página siguiente)
completa, Manuel Azaña Dibujo de Juan Carlos Muergo en los que se exterioriza el clásico, el escritor que maneja el idioma con sensual delectación y con señorial holgura, sin que se oculte el ardiente propulsor reformista, como se logre mejor anticipar una sintesis del doctrinario del gobernante que hay en el Es casi seguro que varios grupos de izquierda esperasen de Azaña una politica demoledora, que no dejase piedra sobre piedra de la España católica y monárquica. Sin falY San Pablo lo expresa vigorosamente cuando dice: No os engañéis, Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare eso también segara. Gálatas, sus cuerpos devendrán cada vez mejores instrumentos y vehículos para su espiritu, evolucionando hacia la perfección. 17. La Ley del Sacrificio norarla y no cumplirla, y esta falta nos lleva directamente a entrar en conflicto con la ley, produce dolor, sufrimiento. Al violarla, nos herimos nosotros mismos chocando con ella tal cual sucedería al hombre que lanzara su cuerpo violentamente contra una roca. Además, una ley natural no tiene recompensas ni castigos, solamente consecuencias, resultados, y estas consecuencias nos revelan la existencia de la ley. El placer y el dolor son la resultante respectiva del cumplimiento o de la violación de la ley, de la armonia con ella o de su incumplimiento y desatención La Ley de Acción y Reacción La Voluntad divina labora en el sentido de la Justicia, la Equidad, la Honradez, y aquellos que no la obedecen sufren inevitablemente. De aqui proviene el eterno consejo de los Sabios y Profetas de que todo aquello que va contra lo correcto, lo justo y lo puro causa dolor y sufrimiento al hombre.
El señor Budha decía: Si un hombre habla o actúa con un mal pensamiento o intención, el dolor lo sigue, como sigue la rueda el pie del buey que tira de la carreta. Si un hombre habla o actúa con un pensamiento puro, la felicidad lo sigue y lo cubre como una sombra que jamás lo abandona.
En el mundo fisico nadie niega la inviolabilidad de las leyes naturales, puesto que ella hace posible la existencia de la ciencia.
La ley es tan inviolable en los mundos superfisicos como en los fisicos, porque todos los mundos los construye y los conserva Dios, y trabaja en tres líneas diferentes que fluyen de la triple naturaleza del Espiritu, la Trinidad de nuestro Yo: por nuestra Voluntad, por nuestro Pensamiento y por nuestra Actividad. Esta enseñanza es severa con la bella severidad de la naturaleza, por cuyo medio Dios habla eternamente al mundo y trae nuestras voluntades a la armonia con la suya propia.
El hombre puede sembrar la semilla que quiera, pero habiéndola sembrado, su cosecha será de lo que sembró y no de otra cosa Gradualmente el hombre aprende a seleccionar buena semilla.
En un mundo de Ley el hombre puede caminar con paso firme: los deseos correctos le traerán objetos buenos; los buenos pensamientos construirán un perfecto carácter una actividad propia y justa modelará para él un medio ambiente propicio. Es así como Sacrificio es la efusion, derrame torrentes de Vida para el beneficio de los demás. Esta Ley de desenvolvimiento del Espiritu es aquella porque nacen y se conservan los mundos. Todas las religiones, en variedad simbólica, colocan al Sacrificio co.
mo el fundamento de la divina manifestación. Esta efusión del Espiritu Divino para dar existencia al universo, grava en el al Sacrificio como la Ley de Vida por excelencia, y nos invita a realizar que, al Espíritu.
el Sacrificio es la expresión jubilosa de la vida misma, y no un dolor o una pena, como aparece para el cuerpo. Siendo el Espiritu la directa emanación de la Vida de Dios, es un riachuelo que nace de una fuente inagotable, y cuanto más aguas da al mundo, mas le llegan de la fuente. He aqui la senda a la liberación y la felicidad. La materia atada a actividad egoista; el Espiritu liberado por actividad de sacrificio. Este triunfo de aquella; el hombre inmortal, de sus cuerpos: lo humano deviene Uno con lo divino. Concluir en la proxima entrega