146 REPERTORIO AMERICANO las seis de la tarde, a la hora de la comida, el abuelo bajaba a la sala y muchos miembros de la familia lo veian por primera vez durante el dia, aunque vivían bajo el mismo techo.
hasta que interés.
Entraba siempre con un aspecto jovial, recién arreglado y peinado, con las manos frias todavia del agua fresca saludando a todos y extendiendo de lejos la mano, como era su costumbre. veces si llegaba tarde cuando ya todos estaban en la mesa, apresuradamente tomaba su asiento al lado de la abuela, hacia un saludo general y pedia que nadie se levantara Sucedía que la abuelita tardaba; entonces no se sentaban a la mesa; el abuelito tomaba a alguien de la mano y empezaba a correr alrededor de la mesa. Nosotros sabiamos que había que hacer lo mismo, y formábamos una cadena. Generalmente el tio Sergio se sentaba al piano y se ponia a tocar una marcha de Rudolfi, profesor de música de León Nicolaievich Así, encabezada por el abuelo, la cadena corria alrededor de la mesa hasta que aparecia la abuelita. Entonces se rompia la cadena todo el mundo debia ocupar sus asientos. Este recuerdo, por supuesto, no se refiere a los últimos años de vida de Leon Nicolaievich Durante la comida el abuelo contaba las impresiones de su paseo, donde estuvo, a quién habia visto. Siempre trababa conversaciones con las personas que se encontraban en su camino. El abuelo se indignaba también por la labor pesada de los picapedreros que trabajaban en el empedrado. Decia que para la fabricación de varios objetos inútiles había fábricas y para un trabajo tan pesado nada habian inventado.
Por lo visto, Leon Nicolaievich bubin probado el trabajo de levantar el mazo con que se desmenuzan los grandes piedras. Hablaba de la tierra que respiraban los picapedreros, del sol que los quemaba y en general de este trabajo tan pesado.
Poliana, Su pensaplicó una vez que el hombre del organito ga las ocho y media hacia su paseo manaba con dificultad su pan, que sufria frio y tinal ineludible. En la mayoria de los casos a menudo hambre, tocando el organito, que ya lo esperaban en la puerta de la casa. Se tanto me divertia. Hasta entonces yo siem acercaba a quienes lo esperaban, suludaba, pre había pensado que estos organilleros eran sintiendo cierta turbación: escuchaba a todos, muy felices, pyes vivian rodeados por música a algunos pedia que lo esperasen alegre y un inteligente loro.
volviera para hablar detalladamente. Con otros, si sus miras y opiniones eran distintas, Una vez el abuelo me llevó al jardin 200 el abuelo no podia hablar tranquilamente logico. Alli me hablaba de la vida y las cos Muy a menudo se encantaba con sus interlotumbres de los animales, hacia preguntas al cutores y con sus ideas otras veces éstos le cuidador que nos acompañaba, completando dejaban intranquilo y nervioso por negarse a los detalles con un cuadro muy pintoresco comprender lo que para el abuelo era un de la vida de estos animales, enseñándome axioma. veces se iba a puseo malhumoracontemplarlos y a comprenderlos.
do, y después de muchas reflexiones y un esEsto ocurria en la época después de la fuerzo de voluntad volvia ya tranquilo, y emmuerte del hijo menor de León Nicolaievich, bargado de un dolor en el corazón referia alel pequeño Vanichka (diminutivo de Iván. gunos casos de incomprensión de uno de sus Era el mimado de toda la familia, el hijo de visitantes matinales.
la vejez de los abuelos, un niño muy capaz Al volver de su paseo matinal quedaba en inteligente, de gran talento para sus seis o su escritorio escribiendo hasta la una o los siete años. Hablaba a la vez tres idiomas ex dos de la tarde. Alli le servinn, separado de tranjeros, inventaba cuentos, se interesaba todos, un almuerzo, y él comía sin interrumpor las conversaciones de los mayores, ha pir su ocupación. Siempre se le pasaba en ciendo sus observaciones, que se van con limpio todo lo escrito por él durante el dia.
Al dia siguiente empezaba a hacer correccioUna vez paseando con su madre, la abue nes, completaba, cambiaba las frases, tratanlita Sofia Andreevna, por la estancia Yasnaia do de expresar con más claridad su la abuelita le explicó que esta tie miento. veces borraba y cambiaba todo.
ra le pertenecía a él y le mostró los limites, Otras veces cuando lo escrito parecia ya a lo cual el niño le objeto: terminado y estaba copiado en limpio, el Pero, mamá, si todo es de todos. abuelo de repente borraba todo y venia diVanichka me llevaba sólo diez meses: era ciendo, con disculpas, que habria que copiar mos muy amigos, jugábamos siempre juntos, de nuevo: tratar otra vez de descifrar lo esconversabamos horas enteras. Vanichka sabia crito en el margen, pues, hasta los últimos trabar con todos una amistad especial y el años, era muy parco en el uso de papel y no que lo conocía jamás podia olvidar a esta podia desacostumbrarse de su propensión a singular criaturn llenar toda la hoja.
el invierno del año 1895, a los siete años Saschenka (diminutivo de Alejandra. de de edad, Vanichka murió en Moscú de escar nuevo cambié todo. decia a su hija, la cual mi me ocultaron la noticia de su no obstante conocer muy bien su letra, se muerte, y sólo un tiempo después, por casua quedaba a veces horas enteras descifrando lidad, supe que Vanichka ya no existia, que una frase Sólo si el esfuerzo fracasaba se no lo iba a ver nunca más, y lloré desespe dirigia a él, y sucedia que tampoco él sabia radamente Después escribi una carta al hacerlo miraba la hoja de todos abuelo, en la cual, en una forma infantil y lados, y siempre conseguian descifrar su letorpe, expresé mis sentimientos. En contes. tra o la abuela o la misma Sascha, ante el tación, recibí una carta escrita a máquina pa gran asombro del abuelo.
ra que yo sola pudiera leerla. La carta re Después de sus ocupaciones, León Nicolaiezaba: vich se iba a pie o a caballo a pasear; de vez Te agradezco, mi querida nieta Anoch en cuando llamaba a alguien para que lo ka, tu cariñosa carta. Vanichka se fué de acompañase, y a veces proponia a todos hanuestro lado, Dios lo llamó a El; está alli cer un paseo a muy bien y es un pecado lamentar y lloAsí, una vez en un grupo grande, fuimos, rarlo. Pero, sin embargo, sentimos a siete verstas de Yasnaia Poliana, a visitar que no esté más con nosotros. La abuelita una fàbrica de fundición de hierro. CaminaSonia lo extraña mucho y nosotros todos mos un largo rato por la fábrica, entre lula consolamos. En verano, cuando vengas gubres máquinas: luego subimos por las escon nosotros, pasearemos juntos y habla caleras y de allí miramos hacia el metal al Temos: largamente. Te besa a ti, a tu pa rojo que antes enfriar se echaba en molpá, mamá y a tus hermanos tu amigo y des. Cuando salimos me sentia contenta de abuelo León. 16 de marzo de 1895. abandonar este infierno, y el abuelo comento todo el camino lo que acabábamos de ver, Yo no conoci a León Nicolaievich cuando Cuando ibamos a otras partes, el abuelo no hacin trabajos físicos, y los retratos que lo queria seguir un camino trazado: marchabu representan descalzo me parecian fantásticos con un paso ligero como si lo atrajese lo desy me desagradaban, como toda ficción conocido No ignorando su costumbre de caSolamente después supe de nquella épo minar mucho sin calcular sus fuerzas, la ca de la vida del abuelo cuando se podía ver abuela, durante los últimos años, se intranlo arando, cavando tierra o ejerciendo el ofi quilizaba por el si salia solo. veces mancio de albañil o de carpintero. Yo lo conoci daban a su encuentro un coche o un trineo, ya ajeno a todo lo que lo rodeaba, viviendo según la época del año. Sólo una enfermedad solitariamente en la bulliciosa cast de la o una indisposición fuerte retenían al abuelo en casa a la hora de sus acostumbrados El abuelo tenía su propia vids, separada de paseos la de todos. Se levantaba muy temprano, el Alrededor de las cinco de la tarde León mismo limpiaba su habitación, sacaba el bal Nicolaievich volvia del paseo, se desvestia y de con agua sucia, y cuando nosotros nos des se acostaba a dormir aunque fuera por mepertábamos, ya aseado y arreglado salia y dia hora. Este descanso lo mantenía mucho, a prisa pasaba cerca de nuestras ventanas. sobre todo en los últimos años de su vida.
En e latina.
Suspiraba, apie timos mucho Muy a menudo el abuelo iba a la estancia Ovsianikovo, propiedad de Tatiana Lvovna Sujotina Tolstoi, donde vivia Maria Alejandrovna Shmitt, una persona que compartia sus ideas. Ella vivia en una pequeña casita.
trabajaba en la quinta, cultivaba frutilla, comiendo sólo que crecin en ella. Era vegetariana, nunca se quejaba de nada y siempre estaba llena de ternura hacia la humanidad. todos nosotros nos queria entrañablemente, no como otros tolstoianos que trataban a toda la familia de León Nicolaievich con cierto recelo, veces mandaban de Yasnaia Poliana un coche para buscar a Maria Alejandrovna, y ella se quedaba oias enteros en la estancia Antes no habia notado una amistad especial entre la abuela y Maria Alejandrovna, pero después de la partida de León Nicolaievich y luego de su muerte, Maria Alejandrovna seguia visitando Yasnaia Poliana y parecia que era la única de todos los tolstoianos que compartia y trataba con cariño a la abuela después de su desgracia Recuerdo a las dos juntas tejiendo en la sala, conversando, como dos huérfanas, después de la muerte de León Nicolnievich. Las dos querian al abuelo, cada una a su modo, y luego las dos se habían hecho más amigus sintiendo juntas la irreparable pérdida. Hasta hoy din se me llenan los ojos de lágrimas al recordar a estas dos viejecitas unidas por la misma desgracia. En esta época la abuela Yasnaia Poliana