REPERTORIO AMERICANO 108 ¡Así hablaba Lope. Por JOAQUIN DE LUNA De La Nación. Buenos Aires, Rep. Arg. Domingo de Diciembre de 1985 El Fénix de los Ingenios ha renacido una ver mas este verano de entre las cenizas de su envoltura corporal. de la iglesia de las Trinitarias a la plazuela de la Paja, el viejo Madrid ha sentido los pasos de Fray Lope Félix, que buscaba, sin duda, la reja de alguna de sus damas enamoradas, ya que los trapicheos y las cuitas y lances de amor resisten también a la acción demoledora del tiempo.
Volvió, pues, Lope de Vega a su Madrid de penas e ilusiones y. guiado de su natural cu.
riosidad por saber de vidas ajenas, pusosem atisbar, escudriñar y descubrir el ánima de sus compatriotas. Tendió la oreja nuestro poeta y hasta ella llegaron, distintos y precisos, los rumores de la urbe. Mas ¿qué acuece en mi buen Madrid, que tan soliviantados andan los espiritus? Tales ruidos mé turban y acongojan, al punto de que no se poner mano en mi pluma. Ningun rumor de espadas cómo olvidar pudiera ese rumor! ni de voces de caballeros atacados por rufianes, después del toque de la queda, cerca de Ins gradas de San Felipe. No son tampoco las imperiosas órdenes de los alguaciles de la Santa Hermandad: esas ordenes me las tuve por bien dadas en más de una ocasión y grus del arte forja la vida misma? Agradecido os estoy, que todo hombre es sensible a la lisonja; mas si, como decis, queréis honrarme, que mayor honor para mi que el de ver mi lengua defendida, conservada, como tesoro familiar guardado en viejas ollas? Es que acaso también vosotros la olvidasteis? No puedo siquiera sospecharlo que lo que dió la madre siempre se guarda, y herejia fuera obrar de otra manera Pujos de estudiantillo pedante me parece más bien vuestra manía, aunque no por ello el mal se me antoje menos peligroso y el pecado más venial, que no tal viven los cielos! Pecado y muy grande, mortal, de condenación y fuego eternos, es el de violar, uno y otro dia como villano a virginal doncella. la lengua de sus mayores, que es nuestro bien y nuestra hacienda toda. Por qué saltar, como un ladronzuelo, las tapias del huerto vecino, si tenéis en el vuestro tan sabrosos frutos? Los cacos fueron siempre despreciables e insensatos juntamente, ya que se afanan por tener lo ajeno, y haciendo asi no cultivan lo propio. No veis que en vuestro jardin las rosas pierden su aroma Yo fui siempre amigo de las ciudades y de cuentos de dueña y de taberna; mas si perdarais en vuestra obra maldita de la destrucción de nuestra heredad, a fe de Lope os digo que al campo me voy, en este año de mire.
torno a la capital de las Españas. Más de un cabrero encontraré en tierras de Avila que me recibirá dandome un Dios os guarde! como aquellos con los que me saludaban los engendros de mi fantasia. quizá sea mejor! Al campo me voy, pues, a platicar con mi buen pueblo avaro de su unico tesoro cuin rico y precioso. la lengua. Alli, lejos de vuestros mentideros que nunca escucharon tanta mentira como en estos años de desgracia podré recordar mis tiempos mozos con gentes sencillas que llamen al pan, pan, y al vino, vino.
Muy de mañana, después de decir la santa misa, iré al romeral cercano y entre zarzas y tomillos caminaré en compañía de alguna zagala que me haga olvidar con sus viejas consejas la mala impresión de vuestras ciudades. quien sabe si el amor. Mas silencio!
Tanto desvario me hace también desvariar!
Paris, noviembre de 1936 cias a ello, después, pude dictarlas. Serán El maestro que perdió su libro Por LUIS SANTULLANO De El Sol, Madrid.
El latino sabia lo que aconsejaba: Time hominem unius libri debemos temer al hombre con un solo libro, porque si no nos plegamos a su argumentacion picuda, acabará tirándonoslo a la cabeza. El haz abierta y radiante que puede ser un libro se convierte en prensado bloque de afiladas aristas, capaz de abrirnos en la frente una brecha, como si las ideas fuesen algo material y penetrable por via fisica acaso soldados, recién llegados a la capital alegrados por el zumo de Arganda y ávidos de recitar proezas y hechos de armas? No creo tal, que los gritos y gestos de esa gente de guerra me son familiares, que no en vano vivi con ella y con ella luché, pené y padecí.
Mas que dicen, justo cielo? El nombre de mi casquivano padre ha sido pronunciado, y con él el mio yay! el de tantas y tantas crueles que torturaron mi corazón.
De Lope, pues, se trata, y ese Lope es el de mi ánima pecadora, ya que de la Vega Carpio he sido pronunciar distintamente. Pero ahora caigo! esas fueron las voces que me conjuraron viniese durante el estio al Ma.
drid en el que vi la luz por vez primera: los conozco, aunque no son iguales los acentos que en aquel su conjuro pusieran. Entre tonta y tanta voz, las hay de quienes parecen haber olvidado nuestra lengua y hablan conta los soldados del rey de Francia, que nunca oi decir egipcianas por egipcias, ni otros términos que tienen un husmillo gálico de estirpe cierta ¡Qué le hemos de hacer! Bachi lleres habrá que pondrán orden y coto en tales desvarios del lenguaje; pues ninguna mente clara se expresa de manera turbia, ast como el agua limpida de la sierra conviene beberla en el claro cristal. Cómo! Ningún ingenio de la pluma se levanta. Que tiempos son éstos, Señor Todopoderoso de los Cielos. Ay! Ahora vislumbro que los que asi maltratan mi heredad son precisamente gentes que llevan pluma y tintero a la cintura y una congoja de lágrimas bebidas ahoga mi pecho.
No veis, desgraciados, que los galanes y las damas, los hidalgos y los rufianes, los grandes señores y las mozas del partido, los chicuelos y las dueñas, los soldados y los clerigos, el pueblo, en fin, no es comprenderán, si continuáis vuestra jerigonza de orates en furor. Queréis honrarme decisa fuer de buen español que siempre fui y de la vena que guió mi espiritu hacin la lirica y hacia la farsa de los corrales, en donde la ficción divina Cansancio mental Neurastenia Surmenage Fatiga general Aunque suene a perogrullesea mentira, hubo un tiempo muy largo en que la Humanidad no sintió necesarios los libros para que revoloteasen en el aire las más bellas teorius que siglos después habia de estabilizar y comentar la letra impresa. El divino verbo de los filósofos era más vigoroso permanente que la misma escritura. Es oportuno reuerdarlo, pues la palabra, difundida por las misteriosas ondas sembradoras a voleo AJ vuelve a participar en la propagación de la cultura, ahora de modo extenso.
La hegemonia de Gutenberg, que hizo posibles las invasiones del pensamiento y la potencia universal del periodismo, habia culminado en el siglo xvique Ortega y Gasset llama certeramente siglo educador. cuando en la misma retrasada España las obras de los enciclopedistas burlaban la frontern disfrazadas en el tejuelo con nombres de sac.
tos padres. Pero estaban cumplidas las pro fecias, y ya Schiller, quizá asentido por su amigo Goethe, acusaba al siglo de embadurnar demasiado papel. ΕΙ agrindo Forner, en tierra castellana, venia a coincidir en la ceri surat Siglo de ensayos, siglo de diccionarios, siglo de diarios.
Pronto el xix amparo la llegada de otra ilustración, la gráfica, nueva y activa azafata de la Idea. De ella viene el prodigio del cinematografo, que, unido a la radio, libra ante nuestros ojos fuerte batalla con ci libro. El éxito de las bibliotecas populars denuncia que la lucha ha de ser dura, y toimbien que el pueblo tiene hambre espiritual atrasada. Habrán de pasar algunos años antes de que se produzca la concordia y el eine y la radio. hoy parásitos del libro, halien su contenido esencial.
Entre tanto, el hombre de libros, intelectual, procura defencherse contra la acometi vidad de lo impreso. El fichero con sus fichas es el reducto del letrado ante las falanges de son las dolencias que se curan rápia amente con KINOCOLA el medicamento del cual dice el distinguido Docfor Peña Murrieta, que presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente