255 REPERTORIO AMERICANO tienda, CRITICA AMERICANA gones. en las caderas grito: vamos a la Ya está a la venta en la Varias mujeres que se habían detenido a verla platicar con los Librería de Trejos Hnos.
soldados la siguieron dócilmente.
el último libro de En el camino la chusma fue aumentando. Todas caminaban a BRENES MESEN: grandes zancadas y a voces llamaban a sus compañeros.
Cuando llegaron a la plaza eran más de cincuenta.
La tienda estaba cerrada. Su CONTENIDO DE LA OBRA dueño habia huido a la primera alarma del campanario.
El ejército de la lliada. Leopoldo LuNo sé de dónde Dorotea consiguió una lata de alcohol y rego José Martí, poeta Alsino. Pedro Padro. las puertas de la tienda Gabriela Mistral Su rojo zagalejo era una llama propósito del ensayo Bolivar, de que se adelantaba al incendio.
Cornelio Hispano, En un momento la puerta fue Vestibulo (Julio Herrera y Reissig. Letras de América. laime Torres Bodet. una lengua azulada que amenaEl Pueblo del Sol. Augusto Aguirre zaba consumirlo todo.
Morales)
Dorotea saltó por entre las llaAlberto Guillen mas que consumían los últimos Palabras socráticas. Arturo Cancela. maderos y comenzó arrojar hacia El ánfora sedienta. Rafael Heliodoro Valle. el exterior todo lo que habia: Los dioses vuelven. Juana de Ibarbourebozos, zarapes, pañuelos.
rou. Las telas se desenrollaban como Enrique Federico Amiel. Roberto serpentinas gigantescas, la indiaGiusti. Fragmento de Roncesvalles.
na, los percales, las franelas, las Erudición y arte literario.
cambayas Algunas telas sabiancamusSolicitelo también al Administrador del Repertorio Americano cándose, pero las mujeres las apaCorreos: Letra San José de gaban con la punta de los zapatos o sacudiéndolas contra el Precio del ejemplar: suelo.
En el exterior. 00 Era una piñata que surtia a En Costa Rica, 3. 00.
medio pueblo Las llamas seguian creciendo La tienda era solamente una enor ron a llegar los federales. Eran mas voces, los mismos gritos, las me pira. Las puertas y todos los iguales a los anteriores; las mis mismas carreras, pero todos tenian detalles se perdían entre la hu mareda Entonces salió Dorotea, sofoca.
da, enrojecida, llevando la última Educación o examenes.
brazada del botin que arrojó a educación o exámenes es la opción, aun actual, señalada la mitad de la calle.
por Giner de los Rios. Giner apoyaba su tesis en otras coinciOlia a cuero, a jabón, a celudencias, asi la de Max Muller: Los exámenes estropean y desloide.
medran a nuestros jóvenes, que no tienen tiempo ni ocasión para ser perezosos. Ahora bien anadia. mis antiguos compañeros Las mujeres tenían los delan desaplicados son los que luego han sido hombres de mérito; tales rebosantes porque yo creo en la pereza inteligente, que deja al hombre tiemLos militares las miraban com po de leer para si. No vaya el lector a creer que Max Muller placidos. Nada hicieron por evise salia de la Málaga de los exámenes para entrar en el Malatarlo. Ellos iban de paso.
gón de los estudiantones holgazanes y señoritos. Mas ese punto del leer para si y no para el examinador tiene gran importancia. En esto el hombre que estaba Aunque resulte extraño y escandalice algo, la solución habrá en la torre empezó a tocar las de buscarse por abi: que el estudiante estudie menos y el procampanas.
anas. Luego bajó e insultó fesor no enseñe tanto, cuando es buen cumplidor. Generalmente a sus compañeros. Estos saltaron se pretende que los muchachos agoten la materia encerrada en a sus caballos y se lanzaron en la bombona, más o menos explosiva, del libro de texto; cuando lo deseable es que el maestro especialmente en la primera y su seguimiento.
segunda enseñanza provecte sobre sus alumnos la menor canEl pueblo por un tidad posible de conocimientos. Lo que acredita al maestro exmomento quedó en Silencio celente y su número es hoy mayor de lo que los pesimistas calculan es el arte de seleccionar lo que el alumno puede asimilar El sacristán hizo correr la voz mediante procedimientos adecuados, de modo que el saber resulte de que ya se distinguían los fevalorado en el ancho campo de la ciencia y suscite una federales como a media legua del cunda curiosidad ilimitada pueblo.
Los exámenes en este caso si tuviéramos la debilidad de admitirlos serian para averiguar en la forma más llana y Mi amigo el soldado se habia sencilla que el examinando posee ese menos posible. ese poco ido sin despedirse esencial, fundamental y trascendente en la materia determinada La criada me rescato de la muEn tan feliz circunstancia, los alumnos no tendrian que buscar la chedumbre que ya empezaba a salvación, como ahora, en la paradójica tabla de faltar a clase durante los últimos dias o semanas del curso para estudiar más agolparse en la plaza.
y superar el ritmo del maestro, completando sin él lo que de Las mujeres corrieron a ocultar el no lograron o no quisieron aprender.
su botin de telas y vituallas. Lle Los exámenes favorecen a las medianias con dario para la forvaban sobre los hombros bultos mación de minorias aguerridas mentalmente y capaces de influir de colores en el pais. Por eso escribía Paulsen: Todos los medios coercitivos para estimular al estudio son inutiles; porque solo obran Dorotea volvió a cruzar el rio sobre las apariencias, no sobre realidad, que no sufre coacción, con los zapatos ensartados en un y son perjudiciales porque debilitan el espiritu de indepedencia y dedo por las orejas de resorte.
de responsabilidad personal. La cosa merece tomarse en cuenta Unos minutos después empeza De Luis Santullano En El Sol de Madrid, 10 de junio de 1936.
armas del mismo tamaño y uniformes del mismo color.
Los ricos salieron a dar sus quejas. Me quitaron mil pesos. Hay que acabar con todos estos bandidos Me quejaré a Cerritos. Pedi té un destacamento. Corranle que van camino abajo. Irán ahorita por las Adjuntas.
De pronto recordaron el incendio de la tienda y todos a una voz rugieron. Agarren a Dorotea. Agárrenla. Vive al otro lado del rio.
Los federales optaron por apre hender a Dorotea. lo mejor los rebeldes ya iban muy lejos. Mejor hay que coger a Dorotea Medio pueblo cruzó el río. Los caballos chapaleaban el agua con sus cascos empolvados. Las mujeres se alzaban las faldas y brin caban por entre las grandes pie dras de la pasadera. algunos hombres llevaban gruesos garrotes como cuando salían a matar a un perto del mal.
Pero Dorotea no estaba. Desde su casita situada en la cumbre como un nido de águilas, vió or ganizarse la chusma de ingratos y montó en caballo, dió vuelta a la montaña dando alcance a los rebeldes con quienes se unió en sus andanzas de insurgentes.
Asi empezó sus hazañas Dorotea Jiménez, ignorada Adelita de la Huasteca, enemiga de todos los tiranos y alma de todos los motines Los ricos regresaron cariacon tecidos.
Tuvieron que darles forraje a los caballos del Gobierno.
Hacer una comida para los sol dados fieles.
Ya no pude ver más. La cria da me llevó a casa. De la otra mano llevaba a Chentito, a quien no habian tenido en cuenta los soldados aunque el pidió irse con ellos.
Cuando llegamos a casa la criada abrió su delantal. Mire señora lo que le traigo. mi madre asombrada vió unas cortezas de jabón calientes, ec.
grecidas Tira eso, dirán que nosotros hemos estado en el saqueo.
La criada salió molesta y enfu rruñada No lo tiraré. Servirá para la var los trastos.
Yo seguia colgada de su falda y cuando ella lo escondió tras del montón de la leña, a la media luz de la covacha vi algo que bri llaba como una veta, mientras mi madre y la ve cina sacaban a las chicas del po zo y comentaban los sucesos de la mañana, yo hugaba en la pas.
ta ennegrecida y blanda, encontrando como un tesoro muchas monedas de plata.