152 REPERTORIO AMERICANO Nuevos valores en la lírica centroamericana: Serafin Quiteño Por SALVADOR CANAS Envio del autor. San Salvador, enero de 1937 nidad llaman quellas poéticas loro celeste RE Para hablar del poeta, antes se hará en el espíritu religioso silencio. El poeta refleja el infinito. Es la belleza trasmutada en canto: la verdad en ofrenda mitifica. Las cosas fulgen cuando él las sueña. Universaliza sentirse expresión del misterio. Prolongación de la eterle los grandes intuitivos. Acaso Jesús no fué un poeta? Su misma prestancia divina era trasunto de los cielos. Su palabra entrañaba designios in mutables. La bondad en el conocimiento humano fué imperecede ra derramándose balsámica. Beethoven. Miguel Angel, Tolstoi.
fueron poetas. Imaginaron mundos resplandecientes. Lo fué Pitágoras al escuchar la música inconsútil de las esferas.
De la nueva generación intelectual centroamericana, Serafín Quiteño es un valor genuino. Milagro eel nacimiento de un poeta en EI Salvador. Proverbial nuestro pragmatismo dogmático.
Las gentes de esta tierra no son contemplativas.
posición geográfica, la falta de cultura estética, la carencia de una filosofía conformadora de actitudes espirituales, constituyen las causas de esa dureza para las cosas del arte.
Caso extraordinario Salarrué soñador Desde luego, no negamos la eficacia de los hombres actuantes.
Héroes son en el bregar cotidiano Dominan circunstancias saudas.
Aquí brotó el pensador recio: Alberto Masferrer. un renuevo pujante: Camilo Campos. El ritmo de los tiempos actuales es audible para los salvadoreños. Conviértenlo en actos volitivos.
El sondaje en en la psicologia de los hombres encallecidos, suscita la admiración por el poeta romántico. En muchos de los versos de Serafin. y por esto lo sentimos veces monocorde, encontramos la nota del amor en todas sus matizaciones fúlgidas. Es una etapa de su evolución Hoy individualiza el amor. Mañana lo hará universal. Sus años mozos encienden de sortilegio. No sé si es un bien que el poeta haga creer todavia en virtudes ahora mixtificadas o anuladas definitivamente.
Se nos juzgara pesimistas, o peor aún materialistas. al al emitir este juicio. Sin embargo, nos cnorguilecemos de conservar, como diamante rútilo de espiritualidad, el respeto por el ensueño. Estamos libres de los conceptos sentimentales de las cosas. Pero podemos interesarnos por el poeta en su esencia pura, al concederle trascendencia humana. Serafin parece un niño estremecido de misticismo cantándole al amor. La mujer es para el deslumbrante hechizo. Nos.
otros le quisiéramos menos romántico.
No se le puede clasificar en ninguna escuela, ni por la factura de sus versos, ni por su actitud de poeta al sentir y expresar la belleza. Mejor. asi no se limita. Su emoción fluye libérrima. Bien intencionadamente le aconsejariamos penetrar, lavado de todo prejuicio retoricista, al campo de la poesía de hoy. Los versos de Serafin carecen de esa inquietante modernidad sugestiva.
Sin desper sonalizarse, debe conocer todas acorrientes que lo actualicen. Sospechará de las modas versátiles. De los falsos corifeos. Se desorientaria entonces lamentablemente. Nuestro mismo fervor admirativo nos induce a ser sinceros con él. Debe profundizar otras modalidades. Su poesia necesita remozarse con nuevos titmos. propósito. reproducimos dos interesantes párrafos de una obra del peruano Luis Alberto Sánchez, los cuales, si no se refieren preferentemente a la poesia, si encierran conceptos acerca de una nueva literatura y de la responsabilidad cultural del moderno hombre de letras. Estos son los párrafos. Hay quienes dicen, por ejemplo, que no se progresa porque no se estudia ya latin, y comparan al intelectual del siglo XVIII con el del siglo xx, bien sea en Chile.
bien en el Perú. o en cualquier parte. Grave error. Los intelectuales del siglo XVIII podían dedicarse al latin y yo soy enemigo de este aprendizaje que tanto sirve como disciplina y como introducción al estudio de las lenguas vivas porque no tenían el imperativo de saber muchas cosas que un intelectual de hoy no debe ignorar. Un de la época de Cervantes sabía cómo actuaban los nobles, los venteros, los cagatintas, los Sangredos. las duquesas, etc.
Un escritor de ahora necesita además. tener nociones siquiera ele mentales de nuevas ciencias, cuyo estudio estorba la plena dedicación al latin: la Geografia es más complicada, la Historia ha crecido en riqueza y complejidad, la ciencia ha descubierto rutas con la electricidad: la máquina a vapor el petróleo, la radio: ba nacido la Economía Política: es casi indispensable algo de contabilidad para administrarse: se hace apremiante la necesidad de saber Inglés y Aleman, además de los clásicos idiomas románticos: ha nacido la Sociologia con Augusto Comte: han ocurrido dos revoluciones formidables, que igualan o Serafin Quiteño Retrato a lápiz de Serafin Quiteño escritor poética. Envio de Elea, Costa Rica y febrero del 37 El ojo redondo y asombrado, ancha la frente de comprensión, sonrisa de labio amargado y en el labio la canción.
El alma francamente abierta hacia el jardin de la belleza, de par en par como una puerta, rincón de alegre tristeza.
Serafin de un cielo brumoso en tornasol de bien y mal y un dulce amor saudoso por la virgen de Taxumal.
Principe desheredado de un reino de islas doradas, espantas tu dolor encabritado con sonoras carcajadas.
Llegará tu dia hermoso tu dia hermoso llegará, predestinado fabuloso, rico de amor y de verdad.
Sa larrué