DemocracyNihilism

308 RUPERTORIO AMERICANO Latina estirpe verá la gran alba futura, en un trueno de música gloriosa, millones de labios saludarán la espléndida luz que vendrá del oriente, oriente augusto en donde todo lo cambia y renueva la eternidad de Dios, la actividad infinita, y así sea esperanza la visión permanente en nosotros inclitas razas uberrimas, sangre de Hispania fecunda.
no por experiencia, Rubén conoce la descomposición social. Escuchemos este balbuceo: Sociedad sin pudor que se derroca, adornando el placer y la mentira, con testa de oro y corazón de roca.
Con la Salutación del Optimista, hemos llegado al ápice de la faraónica pirámide de la poesía castellana. Desde allí sólo hay vías de descenso hacia laderas, altas sin embargo, donde los grandes poetas del idioma hincan los hitos de sus poemas.
Como poeta social Rubén Darío, ya que da dicho, no es escritor ni cantor sistemático de las reivindicaciones proletarias.
Cuando dijo yo no soy poeta para multitudes. no aludió únicamente a la aristocracia de su arte, que consideraba estar sobre la comprensión de aquéllas. Era su horror a las luchas exterminadoras, su repugnancia a lo que no tiene atingencia con la belleza. Por eso confiesa que más que la moral es la estética lo que me im.
pulsa a combatir la rabia anárquica.
Pero en el fondo de su corazón amaba a los explotados y sentía la legitimidad de la justicia social. Su poderosa capacidad de comprensión y acaso más su fuerza de intuición, le daban la visión nítida del vasto problema que aspiran a resolver los sistemas sociales teóricos y los partidos de izquireda.
Ya en la infancia, por sus lecturas que Los años van depositando experiencia en su espíritu. En Chile, a los veinte años de edad, conoce un ambiente social más complejo que el centroamericano y un me.
dio político en que la estructura democrática se afirma. En Valparaíso observa de cerca la vida proletaria. En Azul, libro de pedrerías líricas, aflora, sin embargo, la preocupación social, en forma maravillosa.
mente irónica en La Canción del Oro, y amargamente realista en El Fardo, perfec.
to para una antología del cuento proleta.
rio.
El poeta social va creciendo, va ascen.
diendo hacia las alturas en que la visión es más clara y la atmósfera más propia del vate; allí ve el triunfo defintivo de los oprimidos y lo canta en el Salmo de la Pluma.
Temblad, temblad, tiranos, en vuestras reales sillas, Ni piedra sobre piedra de todas las Bastillas mañana quedará.
Tu hoguera en todas partes. Oh Democracia! inflamas, tus anchos pabellones son nuestras oriflamas, y al viento flotan ya.
No encorvaráse el siervo, no gemirá el esclavo; no dictará sus leyes el dueño altivo y bravo, no habrá látigo el Rey.
bajador lleva sobre sus hombros la montaña de una maldición. Nada vale ya sino el oro miserable. La gente desheredada es el rebaño para el eterno matadero.
No ve usted tanto richacón con la camisa como si fuese de porcelana, y tanta señorita estirada envuelta en seda y encaje? Entretanto, las hijas de los pobres, desde los catorce años, tienen que ser prostitutas. Son del primero que las compra. Los bandidos están posesionados de los bancos y de los almacenes. Los almacenes son el martirio de la honradez; no se pagan sino los salarios que se les antoja a los magnates, y mientras el infeliz logra comer su pan duro, en los palacios y casas ricas los dichosos se atracan de trufas y faisanes. Cada carruaje que pasa por las calles va apretando bajo sus ruedas el corazón del pobre. Esos señoritos que parecen grullas, esos rentistas cacoquimios y esos cosecheros ventrudos, son los ruines martirizadores. Yo quisiera una tempestad de sangre; yo quisiera que sonara ya la hora de la rehabilitación, de la justicia social. No se llama democracia a esa quisicosa que cantan los poetas y alaban los oradores?
Pues maldita sea esa democracia. Eso no es democracia, sino baldón y ruina. El in.
feliz sufre la lluvia de plagas; el rico goza. La prensa, venal y corrompida, no canta sino el invariable salmo del oro. Los escritores son los violines que tocan para los grandes potentados. Al pueblo no se le hace caso. el pueblo está enfangado y pudriéndose por culpa de los de arriba: en el hombre, el crimen y el alcoholismo; en la mujer, la prostitución, así la madre, así la hija, así la manta que las cobija. Conque, calcule usted. El centavo que se logra ¿para qué debe ser sino para el aguardiente? Los patronos son ásperos con los que les sirven. Los patronos, en la ciudad y en el campo, son los tiranos. Aquí le aprietan a uno el cuello, en el campo insultan al jornalero, le escatiman el jornal, le dan de comer lodo, y por remate les violan a sus hijas. Todo anda de esa manera. Yo no sé cómo no ha reventado ya la mina que amenaza al mundo, porque ya debía haber reventado. En todas partes arde la misma fiebre. El espíritu de las clases bajas se encarnará en un implacable y futuro vengador. La onda de abajo derrocará la masa de arriba; la Comune, la In.
ternacional, el nihilismo, eso es poco; falta la enorme y vencedora coalición. Todas las tiranías se vendrán al suelo: la tiranía política, la tiranía económica, la tira.
nía religiosa. Porque el cura es también aliado de los verdugos del pueblo. El canta su tedeum y reza su paternoster, más por el millonario que por el desgraciado. Pero los anuncios del cataclismo están ya a la vista de la humanidad y la humanidad no los ve; lo que verá bien será el espanto y el horror del día de la ira. No habrá fuerza que pueda contener el torrente de la fatal venganza. Habrá que cantar una nueva marsellesa, que como los clarines de Jericó, destruya la morada de los infames.
El incendio alumbrará las ruinas. El cu.
chillo popular cortará cuellos y vientres odiados; las mujeres del populacho arrancarán a puños los cabellos rubios de las vírgenes orgullosas; la pata del hombre descalzo manchará la alfombra del opulento; se romperán las estatuas de los bandidos que oprimieron a los humildes y el cielo verá con temerosa alegría, entre el es Verá campos abiertos la multitud obrera, y, quebrantando el yugo la nuca prisionera, será Búfalo el Buey.
Oh! pueblo. de esa lucha serás el gran testigo.
Llena tu troje en tanto con el dorado trigo, y aguarda el día en que suene al aire libre son de bocina y cuerno, y traiga entre sus filas el escuadrón moderno la insignia de la fe.
Después, serás coloso de larga cabellera, verás, sonriente, el ojo de la feroz pantera y el del tigre real.
y cuando desjarretes al león de crin dorada, verás que tu Dios te ha puesto dentro de su quijada dulzura de panal.
Sí; tus hinchados músculos tendrán vigor terrible; serás el soberano, serás el invencible y fuerte paladin, mas sin coraza y yelmo y sin rencor ni enojos, sin destructivas armas y sin escudos rojos de sangriento carmin. POR QUE?
Sobre el problema social Rubén vaticina, apostrofa, pinta con colores precisos Oh, Señor, el mundo anda muy mal. La y despide flamas de indignación. Copiemos sociedad se desquicia. El siglo que viene esta página que corrobora cómo sintoniza verá la mayor de las revoluciones que han ba el poeta con los que desean la demo ensangrentado la tierra. El pez grande se lición del viejo orden social: come al chico? Sea; pero pronto tendremos el desquite. El pauperismo reina y el tra Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica