REPERTORIO AMERICANO 103 TRATADO DEL ATLANTICO Arturo Mejía Nieto mos expresado en preceptos que contrastan acentuadamente entre sí. Mientras en Río se habla de obligar. en el Tratado del Atlántico sólo se recomendará. Mientras en Rio se concede la gracia de no forzar a los ejércitos a luchar contra los deseos de su propio gobierno, en el pacto con los europeos se suLordina todo, expresamente, a la Constitución Política de cada quien. Nada mejor que transcribir los dos preceptos de Rio de Janeiro, frente a los dos del Tratado del Atlántico.
MORAZÁN Presidente de la desaparecida República Centroamericana RIO DE JANEIRO Art. 90 Las partes establecen por medio del presente, un consejo, en el cual cada una de ellas estará representada, para que estudie los asuntos concernientes a la manera de aplicar este tratado. El consejo. establecerá inmediatamente una Comisión de Defensa que recomendará las providencias necesarias para aplicar los artículos 30 y 50.
Art. 11. Este tratado será ratificado y y sus cláusulas cumplidas por las partes, de acuerdo con sus respectivos procedimientos constitucionales.
El alcance real de esas diferencias notorias, así como las circunstancias políticas que han conducido a ellas, aunque de mucho interés, no caben en los límites de este artículo.
Pero sí cabe entregar a la opinión pública esta pregunta de innegable significado práctico. No está obligado el Gobierno de México a declarar, ante los términos del Tratado del Atlántico, que nuestro país, al igual que los Estados Unidos, sólo participará en cualquier ronflicto futuro, una vez que nuestro Congreso de la Unión en uso de la soberanía y dentro de sus atribuciones constitucionales examine el caso concreto y se decida por la afirmativa?
Es patente que sí.
Hacerlo a tiempo será reafirmar, patrióticamente, los perfiles autónomos de México.
Art. 30.
II. solicitud del Estado o Estados directamente atacados y hasta la decisión del órgano de consulta del sistema interamericano.
cada una de las partes contratantes podrá determinar las medidas inmediatas que adopte individualmente en cumplimiento de la obligación contenida en el párrafo precedente de acuerdo con el principio de la solidaridad continental. El órgano de consulta se reunirá sin demora con el fin de examinar esas medidas y acordar las de carácter colectivo que convenga adoptar.
Art. 20. Las decisiones que exijan aplicación de las medidas mencionadas en el arsículo 89 serán obligatorias para todos los Es1ados signatarios del presente tratado que lo hayan ratificado, con la sola excepción de que ningún Estado estará obligado a emplear la fuerza armada sin su consentimiento.
Editorial NOVA Buenos Aires 1947.
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Con el Administrador del Rep. Amer.
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Tacubaya, 30 de marzo de 1949. Se puede gobernar sin estadística. Es un editorial de La Prensa de Buenos Aires. de octubre de 1949)
sido, por desgracia, raros los ejeriplos de su utilización con fines de propaganda. Sería fácil mencionar algunos muy llamativos, en que la producción, el comercio y, para abreviar, la transformación económica aparecían con signos realmente excepcionales, como corresponde a todo plan de propaganda, o sea de exhibición de presuntas bondades y éxitos resonantes.
Vale más dejar de lado esos antecedentes, puesto que la lección de la historia está fresca en el recuerdo. Pero forzoso es insistir en la anomalía que significa la vida de un pueblo sin estadística. Cuál es su presente, cuál será su mañana, cuál su futuro mediato, en el orden de su comercio, de su producción, de su consumo, de su vivienda, de su instrucción, de su riqueza, de sus facilidades para viajar y transportar cosas, de sus lecturas, de los recursos para preservar y cuidar su salud; en fin, de todo aquello que directa o indirectamente se vincula con su existencia?
Sólo la estadística puede decirlo. Donde la estadística no se lleva al día y objetivamente, o donde no se la publica, se vive a ciegas y con la amenaza permanente de lo ignorado.
Dr. García Carrillo La función de la estadística es fundamental en la vida de los pueblos. No se concibe un gobierno ordenado y regular sin el auxilio permanente de ese instrumento de información. Hasta las más simples actividades priva.
das necesitan el conocimiento de datos referentes a las condiciones generales del escenario en que se desarrollan y a los factores particulares susceptibles de influir en su normalidad, porque únicamente de esa manera es dable actuar con una relativa base de seguridad, en el presente y en el porvenir. Claro está que aun cuando se parta de la base de cálculos fundados sobre hechos comprobados, nunca se anulan totalmente los riesgos, pues no faltan fenómenos inesperados, que escapan a toda previsión, ya dependan de la voluntad humana o se encuentren fuera de su dominio, como ocurre, por ejemplo, con muchos accidentes de la naturaleza. Pero aun en esos supuestos y en lo que directamente es obra de la naturale.
za, la estadística reviste importancia esencial, ya que gracias al ininterrumpido adelanto de las ciencias, cada día se acrecienta más el conocimiento anticipado de algunos de esos fenómenos y el de los medios adecuados para atenuar sus efectos.
Eso es lo que sucede con las predicciones del tiempo y con todas las observaciones meteorológicas. Estudiados los períodos de lluvia, las alternativas de la temperatura ambiente, las consecuencias y duración de las sequías, se llega a la apreciación científica de los ciclos para extraer de esas conclusiones la experiencia que autorice a pronosticar lo que puede sobrevenir. Mas para alcanzar esos resultados es indispensable registrar primero las lluvias y las temperaturas, llevar anotaciones, compilar planillas, comparar cifras, relacionar las observaciones unas con otras y, en una palabra, practicar el balance ilustrativo que es, en definitiva, y resumen, la estadística. Todo ese trabajo útil para un hombre agricultor, ganadero, fabricante es de inmenso beneficio para la colectividad. Un país no vive con orden si no se sabe cuántos seres forman su población, cómo se divide ésta en cuanto atañe al trabajo, a la educación, a las profesiones, a la salud, al comercio, a las perspectivas de evolución económica; en fin, a todos los aspectos grandes y los detalles menores de su existencia. La cuestión interesa tanto a los gobiernos como al pueblo mismo; seguramente más a éste que a aquéllos, porque los gobiernos son transitorios por definición. Pero, de todos modos, el interés es común y no es fácil comprender en qué forma puede ser gobernada acertadamente una nación en que la estadística no presta públicamente, y sobre todo seriamente, es decir, de modo fehaciente, su inestimable concurso. Cómo podrían un importador, un floricultor, un transportador, un comerciante minorista, atender responsablemente sus negorios si carecen de datos sobre lo que pueden introducir, produ, in, transportar o vender, dentro de condiciones normales, si no conocen siquiera apro.
ximadamente las posibilidades del mercado en que trabajan. Cómo podrían instalarse escuclas, crearse hospitales, incorporar a la economía ras circunstancialment: improductiv. si no Se sabe con certeza dónde, con qué medios y cuáles perspectivas conviene hacerlo?
Librada como comúnmente suen: hallarse la estadística a organismos oficiales, no han CARDIOLOGIA (Radioscopía y Electrocardiografia. METABOLISMO, VENAS VARICOSAS.
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