204 REPERTORIO AMERICANO Un salmo en que vibre la herencia del dolor supremo, el heroísmo campal de los abuelos remotos, y la pavura del mártir y la piedad del santo.
Bien sé que las desgastadas rutinas teologales son un lento ejercicio de contrición de las almas; pero me apremia volcar toda mi escoria y mis oros frente al enigma del cielo y al hervor de la vida; porque todas las conciencias tienen una fe propia y una razón de ser particular e inconfundible que el oráculo guarda entre sus más recónditas claves, pero que un día flotan sobre el cristal de la muerte. el coro clamoroso se extenderá por la tierra, la oración ecuménica subirá a las alturas desde millares de pechos sin consignas ni dogmas.
Será la oración mágica de las conciencias libres, de las criaturas lavadas en el Jordán del llanto, purificadas en el crisol del remordimiento para ganar la visión de la vida perdurable.
Tendrá Caín voz límpida, grave acento de apóstol Judas, y convincente tónica de resurrecto aquel que hirió al Profeta del Amor en el costado.
Desclavaremos de la cruz las palomas del Cristo, y un vuelo de conciliación pasará sobre el mundo antes de que el Armagedon aperciba sus huestes para el duelo apolíptico y la carga siniestra.
Alberto Velázquez Guatemala, 1954.
Quiere decir mi boca un de profundis anchuroso que de mi pecho se escape como una solfatara.
Un salmo convulsivo como un sollozo de azufre, cual una carcajada de lava antigua y profunda que acumule el amor encendido de las edades y contenga la angustia mística de los milenios.
Un salmo que apague el odio y extinga las injurias y sobre los beligerantes trace un arcoiris.
Un salmo que aunque emerja como un bólido entre el llanto, ponga en las criaturas la transparencia que no tienen y de a las cosas el sentido santamente puro con que las hizo la mano del Divino Alfarero.
Quiero decir un salmo de erupción y de borrasca en que la rebeldía eterna haga insólita crisis.
Un salmo que me derribe mi castillo de naipes para volver a edificar sobre la misma arena una nueva arquitectura más humana y más mía.
Un salmo que borrándome mis trillados caminos me obligue a abrirme paso a través de inédita senda.
Un salmo con gemido y temblor, húmedo de sangre como parto de mujer que da vida a un héroe.
Un salmo como un gran río que se salga de madre y fecunde las playas estériles de mi vida.
Un salmo que me prepare a morir gozosamente, definitivamente, como el cordero y el pasto.
Alberto Velázquez, poeta de Guatemala, autor de OJOS SIN LLANTO y amigo devoto y leal de REPERTORIO AMERICANO, estuvo meses atrás, entre la vida y la muerte. Tuvo dos agonías y una resurrección. Se levantó de la fatal postración como por obra de milagro, cuando sus médicos conservaban ape.
nas una brizna de esperanza respecto de su rescate. Es por eso que en el presente poema no debe extrañar dos expresiones que de otro modo quedarían incomprendidas por el lector; al volver de la orilla de la eternidad al mundo. y los cuatro versos que más adelante expresan: no he trascendido la densa cortina del misterio, pero ví para atrás a la humanidad bella y loca y descubrí que toda alma lleva oculta una yesca que ansía ha.
cerse llama en un holocausto sublime. Es la experiencia de una agonia.
La vida sigue siendo patrimonio de este espíritu que alienta bajo la servidumbre ineluctable de la poesía, y sus producciones acusan, después de esa dura prueba, mayor madurez que antes.
Juan, tú exhalaste un alarido cósmico y eterno que hizo estremecer a Herodes y temblar a la tierra porque poseías una verdad incontenible que anhelaba abrirse paso a través de tus ímpetus.
Yo buscaría en las sombras el carbón de tu acento para encender el mío en la misma chispa sagrada y despertar de su sopor al arcángel dormido en las caliginosas cavernas del ser humano.
No he trascendido la densa cortina del misterio, pero ví para atrás a la humanidad bella y loca y descubrí que toda alma lleva oculta una yesca que ansía hacerse llama en un holocausto sublime.
Si acertara con los incandescentes apóstrofes que eran luz de relámpago en boca de los profetas, los diría ante un ara que ignoran los adalides, vueltos como están de espaldas a la eternidad pura.
LAS ENFERMEDADES DEL PERIODONCIO (Estudio sobre la piorrea)
Por el Dr. Brenes Espinach Esta obra interesa hasta a los que poco sabemos del asunto.
Prof. García Monge. lo considero una contribución valiosa y muy práctica Dr. Allen (Presidente de la Academia Americana de Periodontologia)
Quiero decir un salmo sin precedentes, que encienda mi sér como una nueva zarza agorera y divina y arrase con el fraude de los sepulcros blanqueados.
Un salmo que ahuyente los embustes como a ratas de un barco que se va a pique entre las olas convulsas.
Precio 50 Dls. Americanos, cheques cobrables en Bancos de de Repertorio Americano.
San José Apt. Letra Costa Rica.
Lo diré en una cumbre prócer con voz de milagro.
Se me unirán los exhombres del guiñapo y la mugre, los que ya padecieron la expiación de los réprobos y envenenaron su corazón de roncas blasfemias; los que perdieron el patrimonio de la esperanza en las diabólicas encrucijadas del destino, y el que dejó lo mejor de sí mismo en los combates sin alcanzar la razón de matar o de ser muerto.
Me harán coro los huraños sin redención posible desde los campos de concentración del anatema, los que también llevan el embrión de un salmo en el alma sin intentar siquiera el más furtivo balbuceo.
REVISTA IBEROAMERICANA Directores: Julio Jiménez Rueda Francisco Monterde Fernando Alegría también se unirán a mi voz los insobornables, los puros de corazón, los de los altos designios, los ligeros de equipaje, manumisos dolientes que vienen de retorno de un credo prefabricado para burlar a los ciegos corazones con hambre, Secretaría: Box 60, Univ. of New Mexico Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica