REPERTORIO AMERICANO 89 Xavier Villaurrutia (En Rep. Amer. Si alguna vez, la frase estereotipada que se aplica a una persona que acaba de fenecer, de que ha dejado un hueco difícil de llenar en la actividad a que se ha dedicado toda su vida es justa y verdadera, lo es en el caso de Xavier Villaurrutia que se ha marchado de la vida cuando en plena madurez su poesía ofrecía sus mejores frutos. Con la obsesión de la muerte ha de dicado sus mejores versos a evocar a la sombra que había de llevárselo en la ma ñana de Navidad del año que acabamos de despedir Villaurrutia lo conocí y lo traté desde que era un adolescente. Se incorporo muy joven al grupo que en torno a Vas.
concelos realizaba la más importante obra educativa que se ha planeado en los últimos tiempos. Después formó parte del grupo de Contemporáneos.
Fué por los años de veintiséis o veinti ocho. Nos veíamos todos los días en un Departamento de Salubridad que se habia convertido gracias al interés de Bernardo Gastelum en refugio de hombres de letras: Jaime Torres Bodet en la Secretaría particular. Enrique González Rojo, Ber: nardo Ortiz de Montellano, José Gorostiza y Xavier Villaurrutia en la Biblioteca, yo en el Jurídico. Se discutia de versos, de prosas, de teatro, se planeaban antologias, se cerraba el círculo que había de pasar a la historia literaria de México con el nombre de la revista que por esos tiempos se inició. Por entonces, 1926, Xavier Villaurrtua publica su primer libro de ver.
sos Reflejos. De él se dijo que inconforme con el juego simple de formas externas no constituye su poesía con materiales ruidosos claxons, radio, tumulto. no es el parnasiano de los mármoles fríos o el poeta sensual de los colores. La plástica de su poesía se ajusta mejor al equilibrio de las formas, al dibujo de los objetos, a la calidad de la materia empleada, a la estática de las actividades. Esta función del tacto y de la vista, hace de Villaurrutia un espejo cóncavo, convexo necesariamente endurecida el agua de su superfi cie, que sólo a ratos parece quebrarse, temblar, desbordarse al paso de otra poesia de influencia reconocida por el poeta. Pero Xavier Villa urrutia Después las aventuras del Teatro de Ulises nos unieron en el mismo afán de crear un espectáculo de arte. Ahí fué Xavier actor, crítico y director. Interpreto un personaje en la obra de Charles Vi! drac Simili con justeza, elegancia y distin.
ción y otro en el Orfeo de Jean Cocteau. Sul madurez de juicio, su buen gusto, su finu ra espiritual se destacaron en esa labor como prenda de lo que había de ser más tarde en el teatro. Puede afirmarse que el arte dramático constituyó la pasión de su vida. No le bastaba expresar su pensamiento a través de versos de una hondura diftcilmente alcanzada por un lírico mexicano, le era menester hacer vivir en las ta blas personajes que encarnaran su conceto de la vida y de la muerte. Así pudo revivir en el teatro problemas planteados desde la antigüedad clásica con pulso tan seguro como el de Giraudoux por ejemplo.
La Hiedra es una de las obras que quedará en el repertorio del teatro mexicano. propósito de ello, pocos días, escasamente un mes antes de morir, me incitaba a insistir en la necesidad de que se formase este repertorio del teatro mexicano. Hay por lo menos veinte obras de autores nuestros que han pasado con éxito la prueba de las tablas. Por qué no intentar su representación nuevamente para ver cuáles han adquirido ya esa perdurabilidad que las hace dignas de incorporarse a un repertorio que existe en todos los ten tros del mundo? Vale la pena insistir en la obligación que tienen nuestros Instititos oficiales de crear ese repertorio que vendrá a demostrar que el teatro no se ini.
cia con la obra mexicana de éxito más reciente, sino que tiene ya una tradición que lo hace respetable. se disponía a la obra cuando la amada le cerró los ojos para siempre.
Dibujo de Carlos Orozco Romero no es frialdad de temperamento sino contención, endurecimiento superficial del agua para formar el necesario espejo de reflejos. Este juicio que apareció en la Antologia de Jorge Cuesta, una de las más importantes empresas del grupo, constituyó la definición más acertada de lo que es la poesía de Xavier al lado de la opinión de Federico de Onís que acompaña la selección de la Antología de la Poesia Española del ilustre salmantino: la poe.
sía de su único libro (hasta entonces) es perfecta desde su nacimiento, por ser su naturaleza y aspiración única la exaciltud. Su temperamento intelectual y científico, su agudeza de visión y su buen gusto frío y contenido le han permitido dar plasticidad y exactitud poética a los estados de ánimo más sutiles, vagos e incoercibles.
Julio JIMENEZ RUEDA México, Enero de 1951.
recordándoles que él era un personaje de hechos y la trama no respondían suficienDoña Bárbara.
temente a la realidad. Dominado por ese Importa poco que para desfigurarles, el pensamiento la rehizo totalmente y la denovelista haga algunos retoques a los per jó dormir, para sacarla de nuevo, retorsonajes, que los hechos velados estén siem nando casi íntegramente a la forma origi.
pre añadidos de pinceladas imaginativas nal, cambiando sin embargo el estilo. En (en ello reside la creación artística, la in esta obra, el autor da mayor importancia vención, tan cara a Ulrich Leo. porque a los movimientos anímicos de los perso en la tierra donde se mueven, en el trozo najes; profundiza en las reacciones de éstos de paisaje recortado a una realidad encont y en sus motivaciones. Por ello el ambientrarán su vinculación a nuestro pueblo y te físico sólo actúa como incitador de una expresarán modos de ser nuestros, que in. conducta, haciendo innecesaria la descripcorporados a la creación novelistica, a to ción minuciosa, por lo cual, cuando se le que en ésta hay de invención poética, le presenta se dan únicamente los elementos dan fuerza y vigor y la convierten en fru esenciales. De allí la diferencia con sus to de la tierra madurado en sazón.
otras obras, ya que el paisaje no se introduce a la manera de un personaje. Unos Una obra distinta, donde lo psico de los pocos elementos telúricos personilógico predomina sobre lo telúrico ficados en El Forastero, que lo es el río, a través de toda la obra, no actúa por preEl Forastero, penúltima de las novelas sencia, sino como reminiscencia o como publicadas de Gollegos, fué escrita con an recuerdo de bienestar perdido, como inciterioridad a Doña Bárbara. Sus originales tador intelectual de una necesidad sentida.
durmieron más de veinte años en una ga. veta, porque Gallegos llegó a considerar, El estilo de El Forastero como en su preocupación porque sus obras sean apología de la reticencia el reflejo de situaciones vitales, que los El estilo de El Forastero, con mucho de guión cinematográfico y algo de teatro moderno, se emparenta con el que algunos autores contemporáneos están poniendo a la orden del día. La obra a veces es des concertante. La maraña política, que constituye su esencia, como ya hemos dicho, menos asequible a la gran masa, se va tejiendo y destejiendo a través de personajes que entran y salen de la novela por sus propios pasos, que actúan por su cuenta y en armonía con su psicología propia, sin una sola contradicción.
Ulrich Leo, antes citado, encuentra en la expresión artística de El Forastero una forma nueva, fresca, prometedora y que bautiza: estilo y composición elusiva, por.
que más que decirlo todo se alude a los asuntos intentados. Julio Planchart, que leyó los originales de la última versión de la novela, como había leído las otras dos versiones, certeramente dijo, en una conversación con el autor, que esa podria llamarse la novela de las reticencias. Efectivamente, en la pirotecnia de lenguaje cor.
tante e incisivo que utilizan Basilio Daza, Guaviare, el Padre Romero, Marcos Roger. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica