José Carlos Mariátegui

REPERTORIO AMERICANO los ritos de esta solemne fiesta continental del espíritu; y, para llegar limpios al Templo de la Gratitud y la Reverencia, van antes a sumergir el corazón desnudo en el mar ora revuelto y a veces límpido de la pasión martiana. Días de turbulencia pesan sobre el mundo, y la América no está exenta de la fatalidad histórica del presente; también la embarga el ecuménico desconcierto, y contempla también con estupor cómo tienden a desquiciarse las instituciones, cómo declinan las virtudes cardinales de los pueblos y cómo se bambolean los principios intemporales que son ariete de las genuinas revoluciones y que alimentaron desde la cuna hasta el Tabor el espíritu eminentemente revolucionario de Martí. Los estadistas, los poetas, los pensadores, los tribunos, los maestros de escuela sienten el peso de esta específica responsabilidad sobre los hombros; y hasta los déspotas, hasta los pillos con mando están dispuestos, a buen seguro, a rendir al Gran Arquitecto de la Conducta Ciudadana el tributo de su hipocresía; porque es ley de la vida que los redentores sirvan de antifaz a los apóstatas y de pantalla a los impostores. La efigie de Martí, el austero Doctor de la Probidad y el Desprendimiento, lucirá el día de su centenario en la solapa de los ladrones y de los demagogos. cómo no, entonces, habría de lucir también y con más venturosa legitimidad en el pecho de la gente sencilla y de los hombres honestos, feligreses mayoritarios de su culto?
Los pueblos del Istmo Centroamericano también han aprendido a venerar la figura multánime de José Martí: al corazón de las multitudes istmeñas van llegando en dosis cada vez más substanciales y por tan diáfano conducto el pan de la dignidad humana del que han hambre y el vino de un futuro de justicia, del que han sed.
Quieren estos pueblos aprestarse, guiados desde luego por la devoción de sus moni.
tores espirituales, a saludar jubilosamente el alba del 28 de nero de 1953 con la enoción más honda y los más altos anhelos.
Será ese día para ellos el de la Sacra Na tividad de la Esperanza, en que los corazones honrados deben vestir de gala y comulgar frente al ara del Culto Patrio con la hostia de la solidaridad, que Martí elaboró agonísticamente para los hombres libres. Son pueblos buenos los centroamericanos, permeables a las ideologías de superación, ávidos de la verdad que del error los levante, y saben a estas horas que ese varón de luz es ya mito inmortal para la América y ofrece en sus enseñanzas una biblia fundamental con escalones para las multitudes que esperan en el valle el camino y la señal de la escensión.
Guatemala ama a José Martí de una manera inefable y tiene particulares motivos para ello: bajo este cielo vió medrar el Apóstol el árbol de su sagrada inquietud; aquí soño, aquí enseñó, aquí sufrió, aqui abrió las puertas de su entraña generosa al llamamiento ineluctable del amor. Nos legó en un folleto de cálidas, dulces y expresivas páginas el testimonio de su comunión con nuestras cosas queridas; y lue.
go, a costa de un íntimo dolor, nos forjo ese símbolo hermoso y perdurable de La Niña de Guatemala; y Guatemala, cuando Martí vino a esconder en ella su angustia y su desasosiego, no era más que una niña susceptible de entrar de noche en el río y morirse de amor, afín al romanticismo del joven apolonida. los hijos de América que no lo son de Cuba, pero que están identificados con ella en el culto martiano, a los centroamericanos principalmente, y muy en particular a los guatemaltecos, va dirigida esta ferviente exhortación del Comité Nacional Pro Centenario de José Martí, la cual se funda en el deber indeclinable en que estamos todos, sin salvedad ninguna, de no dejar hacer del centenario del Héroe Pocta el efímero recurso de una festividad cívica superficial. Esa magna efemérides se rá de por sí en el tiempo nada más que la flor de un día; pero preciso es y necesario que el sol de ese día único deje caer en el surco de las masas populares una semilla imperecedera y fecunda de ambición generosa, de esforzado decoro y de responsabilidad permanente, y por eso los que tienen voz y acento deben apresurarse desde ahora a limpiar de nube el fanal, a desvelar la herencia, a esclarecer el evangelio, a avivar, en fin, la magnífica llama de esa zarza perennemente encendida que lleva el nombre mil veces glorioso del Cubano Inmortal.
Si vivieran aún, cómo harían la exalta ción de esta preclara figura, cómo magnificarían al Apóstol Excelso, cómo retratarían al Genio Polifacético las plumas de José Enrique Rodó, Almafuerte, Rubén Darío, Carlos Mariátegui, César Vallejo, Roberto Brenes Mesén, Alberto Masferrer, Pedro Henríquez Ureña, Enrique González Martínez. Cómo lo exaltarán otros grandes adalides del pensamiento que están vivos, y cómo lo elevarán en alas de sus odas flamígeras otros grandes poetas que no han muerto. Que el maestro de escuela, pues, lo reedifique, vivo y puro, en el alma de sus discípulos; que acierte a proyectarlo el orador en sus épicos contornos de gloria mericana ante auditorios emotivos; que acentúe el periodista los trazos de su sin igual conducta para reconstruir de esa manera la insigne ejemplaridad de aquel rector de la justicia; y que la juventud no empedernida tome como cartilla educacional y como cimiento de su personalidad promisora los natemas, los true.
nos, los salmos y las profecías de este gran liuminado, Juan de candente verbo, bautizador de espíritus en el Jordán del deber patrio y del culto a la humanidad.
No se intenta en manera alguna lanzar desde el presente manifiesto una excitativa a las Universidades, ni hacer un llamamiento a las asociaciones científicas, artísticas y culturales, puesto que, ora por virtud de la autoridad rectora de las primeras, bien por la sensibilidad indefectible de las otras.
espérase de contado que todas ellas, en forma espontánea, digna y solemne; con el énfasis, el tono y la vibración que corresponde a tan excepcional pronuncia.
miento, sabrán responder a esta instancia imperativa de la Conciencia Continental, en el más alto plano de la consagración apoteósica de quien, en genio y espíritu, por manera tan conspicua y luminosa, ocupó sitial de prioridad jerárquica en la República de las Letras, en el Reino de la Poesía y en el Mundo de las Humanidades.
En todo caso, el Comité Nacional Pro Centenario de José Martí demanda a las dichas entidades sus doctas luces y sus valiosas asistencias, que acatará y acogerá con muy particular reconocimiento.
Guatemaltecos, centroamericanos, honbres dignos de la América Indolatina: Donde quiera y como quiera que os encontréis, uníos en un credo superior y común y preparaos a hacer del centenario de José Martí un motivo de meditación profunda, una refrendación de esperanzas fraternas, un inventario de bienes culturales y una consolidación de aspiraciones cívicas. Medid a la luz sidérea de este trascendental suceso histórico la dimensión de la Patria con la vara de vuestra más intima integridad; ayunad en vuestras conciencia la víspera de esta laica eucaristía para merecerla con pureza ciudadana. en la solemnidad de ese día sacro, desde que empiece a ascender el Astro hasta que se hunda en el horizonte, y todavía más allá de las horas, reflexionad en que el término de un ciclo de tal magnitud espiritual sólo una vez en su vida lo podrán contemplar los ojos del hombre libre del Continente y del hombre que en el Continente aspira aún al bien de la libertad, y que por lo tanto deben ellos esculpirlo para siempre en su corazón.
Guatemala, 10 de noviembre de 1952.
Alberto Velázquez, Manuel Galich, Juan José Orozco Posadas, Enrique Chaluleu Gálvez, Leopoldo Castellanos Carrillo, David Vela, Carlos Martinez Durán, Arturo Aroch, María Albertina Gálvez, Otto Guzmán, Humberto Hernández Cobos, Julia de Jiménez, Elvia Escobar Eduardo Conde Horacio Rodríguez, Rigoberto Cordón Irving Aguilar Fuentes, Jaime Díaz Rozzoto, Enrique Parinello, Brígido Cabrera Meza. Siguen más firmas. Fondo de Cultura Económica (Panuco 63, México 5, se anuncia con estas ediciones y reedicones, del mayor interés para los amigos del estudio. Aguila o Sol. colección Tezontle. Introducción a la teoría monetaria, Es una colección de poemas en prosa por Lester Chandler. 3a edición.
del notable poeta mexicano Octavio 240 pp. Dls. 30.
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Conceptos e imágenes en pensadoReligión y Ciencia, por Bertrand res de lengua española. Por Vera YaRussell. 160 pp. Dis. 75.
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edición.
276 pp. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica