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190 REPERTORIO AMERICANO PUERTO RICO en su AMERICA Contra la situación colonial de Puerto Rico La Habana. Mayo 13 de 1950.
Señor Presidente de la Conferencia Interamericana Pro Democracia y Libertad.
Señor: En nombre de la Junta Nacional Cubanı pro Independencia de Puerto Rico, fundada en 1927 y que presidió hasta su muerte Enrique José Varona, tengo el honor de hacer llegar a los señores miembros de esa Conferencia la expresión de nuestra confianza de que sea abordado y sometido a estudio conclusiones el caso de la situación colonial que sufre, por obra y desgracia del imperialismo norteame.
ricano, el pueblo de Puerto Rico, despojado desde 1898, por la fuerza de las armas, en una guerra la hispano cubano americana en que no participó, de la condición de Nación autónoma que gozaba bajo España, y conver.
tida en mera colonia de Estados Unidos; ré gimen colonial que, al producir los lógicos efectos intrínsecos a una economía moldeada por el poder metropolitano imperial, con el fin exclusivo de servir sus intereses y necesidades, ha ocasionado la ruina, la depauperación, el hambre y la desmoralización del pue.
blo puertorriqueño.
Resulta evidentemente cosa absurda e inconcebible hablar, siquiera, en nuestro Continente, de democracia y libertad, y mucho más reunirse, como ahora, destacadas personalidades americanas para buscar los medios de fortalecer la democracia en América y lograr la cooperación del Continente en la paz mundial. sin que sea planteado el caso excepcional de una Nación americana: Puerto Rico, privada del disfrute de la democracia y la libertad por otra Nación americana: los Estados Unidos. no podrá lograrse paz, estable y justa, en América, mientras Puerto Rico no alcance su independencia, como paso previo indispen(En Rep. Amer. sable para gozar de democracia y libertad.
Desplazamiento de la lengua castellana e imposición del idioma inglés; tergiversación de la historia patria en beneficio de la metropoli imperial; caos educativo; conscripción militar forzosa; persecuciones, prisiones y asesinatos; implantación de leyes liberticidas o de la mordaza; transformación de la Isla en una enorme estación militar, naval y aérea norieamericana; desalojo en masa de los 11, 000 habitantes de su isla de Vieques, y amenaza de desalojos semejantes en otros municipios; agudísima crisis económica, que no tiene por cau.
sa la superpoblación, como aviesamente se ale ga, sino la superexplotación, por el régimen colonial imperialista norteamericano. tal es el cuadro, tan real como pavoroso, que presenta la Nación de Puerto Rico, aherrojada por la dictadura totalitaria de una Nación extraña, basada exclusivamente en su poderío económi.
co y militar. este cuadro sirve de fondo la farsa tragicomica de un parlamento y gobernador elegidos en comicios coloniales, sometido el primero a la última instancia del Congreso de los Estados Unidos, que puede anular sus decisiones, y controlado el segundo por el Coordina.
dor de Asuntos Insulares, designado por el Presidente, verdadero Supergobernador.
La Junta Nacional Cubana pro Independencia de Puerto Rico tiene de todos estos he.
chos abundantísimas pruebas, que pone a la disposición de esa Conferencia.
Respalda esta demanda que formulamos, ei imperativo mandato que a todos los cubanos confió la Asamblea Constituyente, reunida en 1940, autora de la vigente Constitución de nuestra República, al acordar interpretando la manera de pensar y sentir del pueblo cubano, hacer público su anhelo vivísimo de que el pueblo puertorriqueño vea satisfechas en breve plazo sus aspiraciones nacionalistas de independencia y libertad. es también razón no desdeñable para que esa Conferencia trate el caso puertorriqueño, la resolución adoptada por la Comisión Americana de Territorios Dependientes, que sesionó en La Habana el pasado año, de que. dada la actual situación económica, política y social de Puerto Rico, hace votos porque esa Nación tenga la oportunidad de manifestarse, expresa y libremente, a fin de decidir su propio destino. constituyendo lo más relevante de ese acuerdo el reconocimiento de Nación sometida a coloniaje, y por lo tanto, privada de democracia y libertad, que en él se hace sobre Puerto Rico. la única forma de que esa voluntad de ser independientes resulte efctiva, es la celebración de una Convención Constituyente, auspiciada por los Estados Unidos y supervisado el proceso electoral por un Comité designado al efecto por la Organización de los Estados Americanos, eliminándose todo perío.
do de transición entre la intervención militar y la nueva República y regulándose las relaciones de todo orden, no por el funesto pro cedimiento seguido con Cuba en 1901, sino por tratados entre ambas Naciones, una vez constituída Puerto Rico en República.
Es inadmisible, por último, el llamado proceso plebiscitario, porque no procede conforme a derecho, ya que Puerto Rico era Nación autónoma en la fecha de la intervención y, desvinculada de España sólo cabe el reconocimiento de su independencia; y además porque únicamente una Nación libre puede tomar resoluciones libremente, y no bajo una intervención militar extranjera.
Con el testimonio de mi distinguida consideración, me suscribo de usted atentamente, Emilio ROIG de LEUCHSENRING, Presidente de la Junta Nacional Cubana Pro Independencia de Puerto Rico.
Recreo sobre Los Monarcas Por Alfredo CARDONA PENA (En Rep. Amer. Reyes ahora, sólo en el ajedrez y con ja sería una grande librería todo lo que está fueque. Pero antes. Tengo ante mí, como una ra del conocimiento de los más sabios en el curiosidad inofensiva, el Tratado de los Mo. mundo. Hay algunos que saben poco, y saben narcas, de Nicolas Causino, con un pie que mal, que se hacen peritos en su ciencia; ellos dice: En Madrid, en la imprenta de Gabriel parlan como los arroyuelos; pero los ríos granRamírez, Criado de la Reyna Viuda nueftra des se pasan callando. también: DemeSeñora, Calle de Atocha. Año de 1750. Me trio Phalareo aconsejaba a los reyes, que se bice de este librito en el convento de Chalma, ejercitasen mucho en la leyenda, porque en cuando entré en una sala que había sido bi ella se aprende de los muertos, lo que no se blioteca y es ahora la sede universal del polvo. puede alcanzar de los vivos. De donde sacaCausino hace estudios sobre David, Salomon mos en consecuencia que este Nicolás Causino, y Constantino. El libro está vestido en piel de escritor de monarcas, fué pensador de siervos.
cabra y huele a remotidad. No viene al caso de que, cuando menos lo pensamos, salta contar todas las cosas en el contenidas, con la liebre de un rincón y nos suspende.
excepción de unos conceptos tan bellos que Siento por este librito una atracción imno tengo más remedio que citar, corrigiendo posible de definir; de Causino no sé nada, sal de paso la vieja ortografía: vo que escribió este tomito sobre los corona Es querer calentarse en la memoria del dos más famosos, tomito que corresponde al fuego, el pensar ser sabio por sólo leer los li número siete de su obra titulada La corte sanbros. este otro, mayor y más hondo: La ta, escrita en francés cuando era confesor del ciencia, que hincha los espíritus vanos, humi rey Luis XIII de Francia, y tradutida después Ila los macizos, porque con la fuerza de apren al castellano por don Pedro González de Goder lo que sabemos, aprendemos nuestra ig doy. Cómo vino a parar a Chalma? Probanorancia, y conocemos por experiencia, que blemente a golpe de mula, entre el bagaje de algún fraile que gustaba de los aderezos literarios. Llegó de la vieja España en aquellos navíos que perdían la derrota a cada veleidad de los vientos y tenían la sentina a medio abrir. Desembarcó en la Nueva, y estuvo luengos años olvidado en un rincón. Tal vez lo sacó de allí alguna mano reverenda para matar los ocios y suspirar, momentos que el pobrecillo aprovechó para desentumecerse y recibir el beneficio de la luz. Luego, cuando la fundación del convento más escondido de México, marchó por montes y collados, atravesando las montañas de la Sierra Madre, esas montañas que penetré una vez, hasta dar con Chalma y su cueva de calaveras. Allí, en aquellas remotidades, lo descubrí y robé lícitamente, pues a nadie ofende la inocencia de apropiarse un libro sin dueño, lleno de moho y tomado del hollín de los siglos. La mente, sin voluntad, recorre la travesura del tiempo y echa a volar la fantasía ante un libro como éste, cuyo hallazgo fué tan providencial, y al mismo tiempo tan ingenuo, que no hay más que ver. Lo tomo por la noche, lo huelo a veces, lo repaso y margino con notas algún día aprovechables. Tiene, por uno de sus lo.
mos, una huella como de quemadura de cigarro, lo cual me parece improbable pues los Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica