Carmen LyraOmar Dengo

20 REPERTORIO AMERICANO SEMBRADORES DE. CARDOS. ría. para mis dientes. de cavilar y cavilar.
pasó a los hechos!
ponerle su collar fuerte, pues rompía fácilmente los otros y su buena cadena.
Soporta estoicamente su esclavitud porque sabe que a cierta hora se le pone en liLeitad pero. golpe de martillo, mentira sobre mentira, calumnia sobre calumnia, metió en la cabeza de los pollos la idea de revolverse. Por qué solamente los gallos cantan en lo alto y sólo ellos defienden y enamoran las gallinas?
No puede perdurar el dominio de los vieJos y es cuento lo de la experiencia y el saber, que un joven con arrestos puede aventajar a un viejo. iy a muchos! veces siente deseos de ser ciudadano libre y es entonces cuando con paciencia y maia se quita la cadena y sale brincando por el campo. Cómo se la desprende? No lo sé, pero supongo que, como cualquier hombre que anheJa ser libre, saca del fondo de su cerebro, sin aspavientos ni gritos inútiles, la forma de lograr la ansiada libertad. como lo hace Tex.
Bueno, jes cierto también que hay perros más hombres que los hombres y hombres más perros que los perros. Sangrantes los pies y el espíritu destruído por aquel camino iba.
Delante de mí las huellas rojas de otros caminantes me iluminaron que no estaba solo en el calvario. la vera del sendero lloraban algunos.
otros meditaban.
En un grito al Cielo exclamé. Por qué, oh Dios de las alturas, hay cardos que hieren la carne y hacen sangrar las almas?
Hay sembradores de cardos, seres malditos y perversos que colocan en las rutas de las vidas las espinas de su envidia, de su perversidad, de su afán demoníaco de hacer mal.
y fué entonces que pensé: lo que falta al mundo son hombres que se dediquen a destruir esas espinas. si no puedes alfombrar de rosas mino de la vida. por lo menos quita de él esas mortificantes espinas que otros sembraron. así, aunque sangren tus manos sentirás que eres, en la vida, sedante para las penas de rus hermanos.
INSECTOS ZUMBADORES caEn estos días, con motivo del verano, las abejas y otros insectos revolotean constanteInente.
Ya aparacen algunos zánganos, y cosa curiosa, ellos que poca labor hacen y nada de niel traen. izumban exageradamente!
Muchos otros hay por allí que cumplen su función haciendo ruido pero. desgraciadamente se van en vicio.
El campesino dice irse en vicio. crecer mucho y. no dar nada!
El mundo actual se encuentra pletórico y fastidiado de tanto ruido, zumbido y los productos o menos o peores. INSANIA EGOLATRA PONZONA DE ALACRANES Mientras tal acontecía iba la zorra aprovechando descuidillos y querellas y sus gatras y sus dientes no descansaron.
Reía a solas de la estúpida vanidad de los pollos con ansias de ser gallos. iy comía, comía! sucedió al fin lo que debía suceder. una raposa llena, que había engordado ya bastante, unos pollos convencidos de lo vano de sus pretensiones y un gallinero en ruinas!
Raposas hay que con falsas promesas y aspecto de reformadores y amantes de libertades y justicia solamente andan buscando.
llenar sus panzas a costa de los otros y siembran el odio, la ambición, la cizaña para el mejor logro de sus propósitos! lo peor: ipollos estultos que gritando y aclamando son instrumento de la zorril malicia!
OH, INEFABLE CASIANO!
El pobre Casiano. vivió de esperanzas pero pasó tantas hambres, que casi había olvidado comer.
Sus tres guilas, panzas llenas de lombrices, huesos de goma elástica y sangre que era agua, vivían por uno de esos milagros patentes de la naturaleza madre, que para ellos fué inadrastra sin entrañas. la mujer. ini qué decir!
Cadáver que trabajaba por ley de inercia nada más.
La situación empeoraba: el hambre se hacía insoportable.
Pensó Casiano en sembrar algo, producir alguna cosa y nada mejor que unos árboles de aguacate.
Se venden bien y se puede hacer plata.
Manos a la obra.
Germinaron las semillas, crecieron los árboles un poquito cada año y. pasaban los años.
Murieron todos de hambre y de miseria.
las esperanzas poco nutren.
Pasaron más años, muchos años. Oh Casiano. No sé dónde naciste ni dónde mal viviste y dónde tu miserable vida concluyó pero. iqué bien te resultaría para completar el cuadro haber sido hijo de esta tierra en la cual. florecen las esperanzas que a veces parecen flores de muerto en cementerio abandonado. Oh inefable Casiano!
Hace unos días sentí en mi mano el efec10 del veneno de los alacranes.
Hay muchos, abundan en los campos, casas y árboles.
Si por casualidad, sin intención se les toca, clavan al punto su garfio e inyectan el Andamos sueltos, por la vía y mereceríamos estar encerrados en el manicomio!
Porque nos ha invadido la egolatria y centramos el mundo en nuestra minúscula personalidad, ignorando que son otros los constructores, los benefactores, los buenos y nos otros. al saborear la fruta que aquél sembrara. olvidamos. olvidamos.
Es Dios quien hace brillar el sol y caer la lluvia, nacer y morir las criaturas. y nosotros olvidamos. olvidamos. el rodar eterno de las esferas con su canto de vida y su trueno de transformación es Obra Suprema, pero yo, el insano ególatra.
olvido. olvido. minúsculo ser que apenas vive. cree que es el centro mismo del Cosmos!
La insania ególatra me ha elevado, y esa es la verdad. a merecer el manicomio y, a ratos, la camisa de fuerza. Juan CARAZO.
Costa Rica. 1949.
veneno.
Parece ser que su función en la vida es acumular ponzoña para inyectarla a los demás: sin motivo ni finalidad. bien dolorosa es la herida, mas no tanto como la producida por alacranes humanos que pululan listos siempre a. cumplir su función que les ha deparado el destino. envenenar!
Cómo conocí a CARMEN LYRA (Atención de la autora, en San José de Costa Rica, noviembre de 1949. Recuerdos.
LO QUE VEO EN LA NATURALEZA ¡Enseñanza. aprovechable!
1922. Eramos estudiantes en la Escuela Normal de Costa Rica. Aquella Escuela Normal de García Monge y Omar Dengo!
Un día me llamó la profesora de literatura y me dijo. Mire, muchachita, si usted quiere puede pasar a mi casa todas las semanas por el Repertorio Americano; yo se lo puedo regalar después de que lo haya leído.
Yo me puse roja, roja de vergüenza; comprendi que la profesora me había visto durante el recreo, curioseando los papeles que ella dejara sobre el escritorio del aula de clase. aquella mañana, cuyo recuerdo llena de sol los amplios corredores, las aulas y jardines de la Normal, salí entre el barullo estudiantil, sola, con paso ligero, apretando en mi corazón, como un secreto, la emoción que las sencillas palabras de la profesora encendieron en mi espíritu de muchacha adolescente, a quien por primera vez, alguien le ofrecía una revista Iteraria: el Repertorio Americano. Dónde viviría la señorita profesora. Cómo sería su casa. qué hora sería más conveniente ir a visitarla. si en ese momento estuviera escribiendo alguna pieza lietraria, no se podría enojar. Iría yo sola o contaría el secreto a alguna de mis compañeras?
Mi madre dispuso que fuera acompañada de uno de mis hermanitos. Es muy lejos, tenés que atravesar toda la ciudad, desde el Pacífico hasta el barrio de Amón; no podés ir sola, además, ni siquiera sabemos quién es psa gente a donde vas a ir por primera vez. por primera vez, una tarde de 1922, quién sabe qué día y en qué fecha, sali con mi hermanito de la mano, a buscar en el bairio de Amón la casa de Carmen Lyra, mi profesora de literatura. Cuántas puertas enfiladas a lo largo de Mi noble perro policía, Tex, ya es persona seria y piensa con la cabeza.
Bueno, yo no sé, exactamente, si los animales piensan o no, pero lo cierto es que lo parece.
Para que tamaño animal no cometa un atentado, hubimos de construirle una perrera. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica