REPERTORIO AMERICANO 67 vés de la inmensa extensión de los Estados colonial y cultural, he visto con profunda Unidos, en un solo diario y, hablo del cé tristeza, la nueva Caracas, cambiándose, lebre Literary Supplementº dominical de con rapidez diabólica, en Nueva York de New York Times, magnífico, pero trágica a cuatro reales. para servirme de la expremente aislado.
sión divinamente satírica de uno de los deY no basta con un eco tan complejo de fensores corajudos pero desesperados de la la actividad poética por medio de los perió preciosa cultura caraqueña contra la intrudicos publicados hasta en los más lejanos sión de la civilización mecánica. Cabe poca rincones del país venezolano. El interés duda de que, a los 10 o 20 años, ya no hapúblico y casi innato con que se encuentra brá, en la Plaza Bolivar de Caracas, tertula poesía, no se limita a los lectores de dia. lias de poetas líricos, ya que un público rios y revistas, sino que se manifiesta tam espíritu lírico, como he tratado de esbozarbién en el hombre de la calle que no siem lo a ustedes, no podrá sobrevivir el ataque pre sabe escribir correctamente, o quizás de la industrialización. Se morirá con los de ninguna manera. Yo mismo he partici animales y plantas en el Avila, y con los pado, durante esos tres meses de verano techos rojos, las lomas azules, la torre blan(o sea invierno. en una de las varias ca evocados por el poeta Pérez Bonalde.
tertulias que, noche tras noche, se reunen Mientras que y lo hago constar con sinen la Plaza Bolívar de Caracas. Dicha ter cera satisfacción se va levantando visi.
tulia, lejos de constar de hombres académi biemente el nivel público de higiene y ecocos, se componía de unos pequeños comer nomía, se abolirá sin reparo la importanciantes, unos empleados de ministerio re cia pública de cosas como lo es la poesía, chazados por el gobierno actual, un chofer, paso a paso. Desde tal punto de vista, la unos bohemios muy simpáticos. ¿de qué tarea de investigar la poesía venezolana, hablaron tales amigos holgazanes? De mu. antes de que se acabe su papel público denchos asuntos y no siempre en la forma más tro de la vida espiritual del pais, cobra imselecta. Pero hablaron también de literatu portancia.
tura, de poesía, de crítica estética. Hubo entre ellos el viejo poeta Luis FragaIII chán, recordado y querido amigo mío. Dicho trovador, una noche, comenzó a reci Al zarpar de Toronto, en junio, pensé altar un interminable poema romántico, si go ligeramente que la tarea asumida, si no no me equivoco, de Amado Nervo, de 42 cómoda, no seria sobremanera difícil, 10estrofas de a alejandrinos, o sea de 168 mando en cuenta mi estrecho contacto con largas líneas. Lo recitó vibrante de emo poetas y poesía venezolanas en un pasado ción anímica y estética. todo el círculo no tan lejano. Al zarpar de Maracaibo, en de contertulios, viejos y jóvenes, le oye setiembre, me encontré cargado, para mi ron con atención perfecta, sin interrum propia sorpresa, de notas apuntadas dupirlo con una sílaba, sin mofarse, sin abu rante docenas de entrevistas con poetisas rrirse. Al terminar el viejo poeta, hubo y poetas, críticos y escritores, en sú mayoaplauso y crítica. Que se me muestre, en ría desconocidos para mí hasta la fecha; nuestros países de business, una prueba tan jóvenes y viejos, aislados y agrupados, claevidente por ingenua, de la cultura litera sicistas, progresistas, vanguardistas, regioria arraigada en la mentalidad de la na nalistas, herméticos y abiertos, de Caracas ción! menciono, además, a los trovadores y de varias provincias del interior del país.
populares anónimos, improvisadores de Había repartido un cuestionario de 13 propoesía que ellos mismos acompañan de su blemas a poco menos que 100 poetas y crí.
música, bien sea por las competencias pú ticos, elaborado con gran cuidado y no sin blicas, o cantando, de noche, delante de la consejos experimentados, y que para de reja de la amada. Menciono a los colectores cir la verdad han contestado siete nada de los autobuses de viaje en el interior del más hasta la fecha. Ojalá se decida el resto país, colocados peligrosamente en el estri a mandarme aún sus contestaciones, básibo de su carro, pasándose las largas horas, cas para mi trabajo! Había recogido libros para ellos y para los viajeros, cantando y y revistas en parte rarísimas, copias perso.
tocando el cuatro, fuente de la rica poesía nales de poesía aún no publicada, en el tofolklórica venezolana, ya recogida en más tal un Chimborazo de impresos y manusde una colección, y a la cual alla se consa critos. Todo este material puede llamarse gra una revista universitaria recién fun. símbolo de la ancha ramificación, la poldada. Como en tiempos de reconocimiento lateralidad y flexibilidad de un conjunto y romanticismo europeos, no son los comer poco conocido fuera de los límites del país ciantes y políticos solos, más bien son los de su origen y llamado poesía venezolana.
escritores y poetas los que se mandan al Tiene viveza, sensibilidad, expresividad, exterior para representar, de cónsules y hasta profundidad; merece estudiarse coagregados culturales de embajadas, lo que mo se estudia la prosa venezolana, interhasta la fecha todavía allá se considera pú nacionalmente conocida.
blicamente importante, y quiero decir, la Déjenme dar breve cuenta de lo que he vida espiritual de su nación.
sabido de las corrientes de dicho movimienSe vive allá en un ambiente casi inima to poético.
ginable en el norte. Hay en Caracas una Durante mi estancia en Venezuela de hapoetisa, Jean Aristeguieta, que lucha, en li ce años, me había afiliado como crítico, y bros y manifiestos, por la poesía, esencia con una exclusividad algo arbitraria, al del todo. eco, en plena época industrial, grupo poético entonces más destacado, llade las voces anheladas y entre nosotros ya mado Peña Viernes. fundado hacia 1937 casi extinguidas de un Hoelderlin o un por Angel Miguel Queremel, y abarcando Shelley. se saluda la gente en la calle, poetas entonces jóvenes como Vicente Gerademás de general. coronel y vate. basi, Luis Fernando Alvarez, Otto Sola.
de poeta. Los que así se saludan, no son, José Ramón Heredia, Pascual Venegas Fipor lo regular, ni generales ni poetas; lo lardo y otros. La Revista Viernes, editada que manifiesta tal denominación burlado por nosotros juntos, había logrado cierto ra y popular, es lo cercano que todavía se renombre dentro y fuera del país. Aun hoy, encuentra, en un tal país, el concepto de después de haber desaparecido el grupo cola poesía al corazón y la lengua del pue mo grupo desde hace 10 años, se consideblo.
ra el movimiento viernista como el más Todavía. Lo que he tratado de descri definitivamente poético en la historia de bir, es un ambiente del siglo xvIII. En la la poesía venezolana, una vez yoncido el estupenda diferencia entre la vida pública periodo del modernismo hacia 1930, e inivenezolana y la angloamericana o norteciándose el período surrealista que aún europea, no se trata solamente del talento sigue en vida, y cuyos representantes más poético más ingenuo en el pueblo neolati puros se reunieron en dicho grupo Vierno; se trata también del hecho de que hay nes. además de grupos afiliados en la procultura aquí y civilización (en el sentido vincia, como el Ateneo de Valencia spengleriano) allá. Murió la cultura estéti. roguayana de Ciudad Bolívar.
ca como asunto público las voces de Hoel Yo definiría el surrealismo poético venederin y Shelley en los países del norte, zolano como un neoromanticismo imbuído reemplazada por la civilización mecaniza de introversión hermética, reacción contra da. Vive todavía en Venezuela, pero ane la claridad y gracia ya vaciada de vida del nazada a morirse pronto, por lo menos en modernismo, herencia de Rubén Darío y Caracas, la cultura espiritual pública. Mien que, en prosa y verso, había dominado en tras que centros del interior, como Ciudad Venezuela, junto con el regionalismo, des.
Bolívar y Maracaibo, conservan su aspecto de comienzos del siglo en curso. Típico símbolo formal del nuevo movimiento era el verso libre, aun vivo en Venezuela aunque habiendo perdido en importancia, pero en aquel entonces expresión dinámica de la oposición a los metros regulares y rimas tradicionales románticos y modernistas. La versificación libre, creación francesa, instrumento de expresión tan inmediata como sublimada bajo la pluma de un poeta de vocación, se hace rutina sin vida y jugo bajo la de los imitadores oportunistas. Quiero hacer notar que la mayoría entre los mismos versolibristas de 1940 se han hecho poetas regulados en 1950; prueba de la fragilidad del precioso envase de expresión que es el verso libre hasta en las manos llamadas a manejarlo.
El representante más respetado del modernismo venezolano, Andrés Eloy Blanco, un verdadero poeta, sigue poetizando en el destierro en México, víctima de su amistad personal y política con Rómulo Gallegos.
Entretanto, como otros contemporáneos suyos, Roberto Moleiro, Luis Barrios Cruz, ha hecho el paso del modernismo al surrealismo aunque moderno. Su poema mayor más reciente, una elegia dirigida a la madre fallecida, admirado con buena razón en México como en Venezuela, reune la forma métrica clasicista a un estilo de me.
táforas, abstracciones e introversión, nás cercano del hermetismo viernista que de las pasadas poesías extrovertidas y populares del mismo Blanco.
Pero hay corrientes opuestas al subjetivismo político; y no datan ni de hoy ni de ayer, sino que ya hubo alrededor de 1940 un movimiento antiviernista, cuando en la ciudad de Maracay, no muy lejos de Caracas, el poeta clasicista y algo purista Luis Pastori fundó la Peña Lunes. con una revista efímera muy divertida, en la cual los editores se mofaron del exceso de subjetivismo y hermetismo de los poetas viernistas. Quiero hacer constar en paréntesis que la significación del nombre Viernes ha quedado misteriosa para mí y, creo, también para los otros. Cuando yo, recién lle.
gado, pregunté a Quemel, aún en vida, por qué su Peña se llamó Viernes. él me contestó: Porque nos reunimos los sábados.
Esto sí era la verdad. Además de Lunes. hubo también, ya a los de 1940, el grupo Suma encabezado por Juan Liscano, cou tendencia más concreta, muy antiviernista y de la cual tendré aun que hablar.
Tal oposición contra el neoromanticismo surrealista ha cuajado y fortificadose durante estos últimos diez años, por medio de una corriente cada vez más caudalosa de la actual poesía venezolana y que, bajo la denominación general de clasicis.
mo. abarca tendencias variadas. Descuidando los matices más sutiles en dicho mo.
vimiento tradicionalista y antihermético, me parece poderlo subsumir en tres intenciones fundamentales: una con anhe.
lo antes de todo formal; otra más bien personal; la tercera muy criolla. El pri.
mer grupo, en que descuellan Luis Pastori, ya mencionado, el elegante Juan Be.
roes y el erudito Luis Beltrán Guerrero. y puedo dar pocos pasos solamente. ve su ideal positivo en el renacimiento de un nuevo espíritu de objetivismo formal, claro y perspicuo en Pastori, sutil y mítico en Guerrero; cultivando los metros clásicos, sin querer por ello recaer en el modernismo. Nos encontramos con la terci.
na dantesca y con el soneto petrarquesco, manejados con notable virtuosismo, con todo su sistema de rimas. La antigua octa va real la encontré en un nuevo libro de la diestra poetisa uruguaya Dora Isella Russell. El segundo grupo lo caracterizaría por su anhelo hacia una objetividad sustancial, destacándose entre sus adherentes la poetisa Ana Enriqueta Terán, dinámica y mundana; y el cultivador de la décima, Carlos Arvelo Torrealba.
El tercer grupo llamaría regionalista más bien que clasicista; siendo su representante más destacado el folklorista y poeta Juan Liscano, intelectual de quilate y luchador imperterrito. Ya le encontramos como fundador del grupo antiviernista Suma. El y sus amigos pregonan como poesía legi.
timamente venezolana la evocación del tey Au Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica