42 REPERTORIO AMERICANO Viene al caso citar aquí un soneto que publique después que apareció mi tercer libro (las malas lenguas decían que no era posible que yo escribiese mis versos) y que es una de las pocas cosas de acento y pies forzados que he escrito: Cuando me sonreí, con mi risa esparcida todo el aire invadí.
Si llegué a suspirar, mis suspiros tornaron más convulsa la mar.
El día que yo muera morirá mi figura, mas la esencia vertida quedará retenida, y mi alma victoriosa vibrará conmovida, al vibrar cada cosa.
Como dicen que soy una ignorante, todo el mundo comenta sin respeto, que sin duda ha de haber algún sujeto que pone mi pensar en consonante.
Debe de ser un tipo desbordante, ya que todo produce, hasta el soneto; por eso con mis libros lanzo un reto. burla burlando, van los tres delante.
Yo sólo pido que él siga cantando para mi fama y personal provecho, en tanto que yo vivo disfrutando blar de mí misma, y mis problemas personales son los mismos que mis problemas poéticos.
La interrogación fundamental de todo sér humano que siente que la vida y el pensamiento son sus responsabilidades máxinas. De dónde venimos. Qué somos. dónde vamos? Cuestiones éstas que, si bien es cierto pertenecen a la filosofía, y no pueden resolverlas sino las religiones, tratadas con lirismo, creo que llegan a ser la médula de la poesía pura.
Dentro de mis temas poéticos lo que cuenta menos es el mundo exterior; y no se diga ya el físico, mucho menos, el his.
tórico.
Detesto el uso de los nombres propios, creo no haber usado de las palabras con mayúsculas sino las veces que me he refe.
rido a Dios; pero aún he evitado, con más afán, el usar las intocables palabras de poesía, poeta, poetisa o sus equivalentes.
En cuanto a la forma, comencé guiándome únicamente por el ritmo y la rima, pero sentí que las formas clásicas se acoplaban a mi modo de sentir. Estas formas podrán haber tenido principio, pero una vez creadas me parecen eternas, siempre que el contenido sea lo esencial. Por lo demás, ésta es la posición que yo he tomado desde que empecé a escribir. El soneto, la décima, la lira, el terceto, en lugar de limitar mi expresión, me la facilitan, dejándome entonces la facultad de concen trarme en el contenido; y paradójicamente, le han servido a mi pensamiento para alcanzar una disciplina que juzgo indispensable, en el caso mío, para expresar mis intuiciones y mis abstracciones.
La primera vez que vi mis renglones publicados fué en la antologia Presente de la lírica mexicana, de Manuel Altolaguirre.
Poco tiempo después publicaba mi primer libro, Yo soy mi casa, en setiembre de 1946.
En abril de 1947, un segundo libro, Puerta Obstinada, y en enero de 1948, Círculo de angustia.
XIV ¡Qué tremendas las cosas no vividas!
Tienen más alma que las realizadas.
Nunca han sido, ni son, ni serán nada, y su aspecto de sombra proyectada, más que si fueran, las intensifica.
Si su fantasma no se justifica, razón tendrá para querer aislarse: que el no ser es también un realizarse, quizá de una manera más rotunda.
Si la sombra se aparta vagabunda, el abismo tendrá que consumarse.
de su talento sin ningún derecho. ojalá no se canse, sino cuando toda una biblioteca me haya hecho!
VII Mi cuarto es de cuatro metros.
Mi cuerpo mide uno y medio.
La caja que se me espera totalizará mi tedio.
La Editorial Stylo editó mis tres primeros libros en un volumen titulado Poesíus, en junio de 1948; después me editó Polvo, en mayo de 1949. Se agotó y se hizo una segunda edición económica. raíz de mi viaje a España, en 1950, se hizo en Madrid otra pequeña edición de Polvo. Mi último libro, Más allá de lo oscuro, se edita por primera vez junto con mis primeras obras.
Más allá de mí se juzgará mi poesía.
Por ahora, lo importante es lo que ella sig.
nifica para mí en lo personal. Mi necesidad de expresarme ha hallado un cauce legítimo. Siento que mi sér ha dado un fruto, y espero que mi espíritu vaya por un camino ascendente.
Guadalupe AMOR.
México, agosto 1951.
XII Que nunca nos falte Dios o lo que por Dios se entiende.
Oremos por encontrar de Dios el equivalente.
XV De mi vocabulario, lo que vale, mi lengua lo murmura torpemente, pues hay un torbellino que, latente, agitando mi sangre, nunca sale. Qué lenguaje tan mudo, qué insistente, el que mis venas con pudor sepultan!
En su sanguíneo laberinto ocultan un subterráneo oleaje persistente.
Lo que mi boca dice pobremente, es el eco de un eco mantenido por palabras que faltas de sonido, prisioneras, al mundo creen ausente. Señas de la autora: Duero 52 México, México.
Algunas poesias de Guadalupe Amor (Selección de la obra Poesías Completas (1946 1951. Aguilar, de Ediciones. Madrid. 1951. Del libro Yo soy mi casa. VII Todos hablan de mi vida.
algunos, de mis amores, nadie de mis sinsabores ni de mi pena escondida.
XII ¡Ay, Luna. tú no eres luna, Luna, tú estás más allá, demasiado luna eres para poder Luna estar. Ay, Luna, ven en mi ayuda que yo quiero descifrar, por qué siendo tú tan luna, Luna, tan extraña estás! (Del libro Puerta Obstinada. Del libro Círculo de Angustia. Escribo con el jugo de mis venas; cavidades les abre mi tortura: por ellas se desborda la amargura, libertándome el alma de cadenas.
En el líquido fuego van mis penas; ya han logrado romper su sepultura.
Una luz se proyecta en la negrura: radiante hueco alumbra mis condenas.
Mi sangre en el papel logré plasmarla, y en ella, al fin, he hallado compañía: mi letra ha conseguido reflejarla.
Cantando, mi dolor torné alegría; llegó el alba a mi noche y pude amarla: la fuerza de mi pena atrajo al día. (Del libro Polvo. Si yo a nadie recrimino y todo en todos tolero. por qué el mundo, en mi destino, pretende ser justiciero?
VIII No es que yo ame el sufrimiento ni que el placer me desboque, mi afán es que el alma toque senderos de redención.
VI Caminaba yo de frente y mi sombra iba detrás.
Yo pensé que la cubría, pero mi sombra tenía la potestad suficiente de tornarme transparente, y ocupando mi lugar, ella se filtró silente, y yo, su sombra. fuí atrás. Cada vez que lloré, con el llanto vertido a la tierra inundé.
Necesito en mi pasión bueno y malo amalgamado, tendré un camino lograd cuando mi vida y mi suerte, por haberse realizado, me hayan dado dicha y muerte.
Me envuelve el polvo, y me inquieta. Por qué vendrá de tan lejos?
y ¿cómo en residuos viejos mundos pasados sujeta. El polvo no tiene meta, ni principio habrá tenido. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica