REPERTORIO AMERICANO 95 Dr. García Carrillo CARDIOLOGIA (Radioscopía y Electrocardiografía. METABOLISMO, VENAS VARICOSAS.
Sus teléfonos: 1254 y 4328 mundial ha permitido observar la veracidad de estas conclusiones. Escapar al to rror de un bombardeo es haber adquirido el hábito de no suspender la lectura, la conversación, el trabajo, o substituir inmediatamente una de estas ocupaciones interrumpidas por otra análoga. Bomberos francos de servicio huían como cualquiera al stallido de los proyectiles; en su puesto, se sacrificaban hasta la muerte. Abnegación?
Si. pero por qué dividida? En el primer caso cedían al efecto inhibidor de la descarga emotiva, en el segundo, obligados por las circunstancias, se representaban el pe: ligro, ocupaban la atención con sus tareas y no dejaban que abolido el juego de la conciencia los trastornos emotivos se enseñorearan de ellos. La sangre fría descansa, pues, por entero en la preponderancia habitual de la percepción o el pensamiento sobre la emoción. La contraprueba nos la brinda el niño, que como corolario de la fragilidad y pobreza de su vida intelectual presenta necesariamente una gran emotivi.
dad.
II Así vemos que los reflejos condicionados son obtenidos tanto en el dominio de las funciones orgánicas como de las afectivas, y de elio podemos deducir la explicación de fenómenos que van de lo intrascendente a lo patológico. Una música de aire alegre puede provocar, contra la regla, una reacción negativa, de tristeza; un perfume, un ruido, cualquier objeto llevan a la euforia o al abatimiento y en los casos graves a las fobias, sin que racionalmente medie causa efectiva. luas, buceando en los recuerdos descubrimos que sin tener papel activo, estuvieron presentes, por ejemplo, en un momento de gran dolor o de intensa pasión y llegaron, por esa vía, a convertirse en estímulos condicionados.
De este modo las inhibiciones freudianas, los actos fallidos, los nudos afectivos, adquieren una nueva faz dejamos para su explicación la sublimación, la autodefensa del subconsciente, y con menos poesía y mayor criterio científico los ponemos en el camino de la comprobación experimental.
Esta, a su vez, nos muestra el aserto del antagonismo de la inteligencia y la emoción. La primera, al superar las reacciones reflejas, al descomponer con el análisis y la síntesis los factores que la mueven en sus decisiones, entorna las puertas al esta blecimiento de reflejos condicionados; la segunda de origen pura y exclusivamente orgánico. está a merced del estimulante condicionado y, por ello, incluso llega a adquirir en su expresión caracter antibiológico. La asinergia que viéramos al principio se resuelve, pues, en el choque dialéctico de esos contrarios que son inteli Si quiere suscribirse al Repertorio Americano diríjase a FAXON CO Subscription Agents 83 91 Francis Str.
Back Bay Boston, Mas.
gencia y emoción; la síntesis, el equilibrio, depende de la fuerza de cada uno de los contendientes, y ésta del esfuerzo individual para cultivar la razón o la sensibleria.
En Buenos Aires, Rep. Argentina, 29 de marzo de 1951.
Nueva presencia (En Rep. Amer. Venías de tan lejos como de algún recuerdo.
Nada dijiste. Nada. Me miraste los ojos. algo en mí, sin olvido, te fué reconociendo.
Desde una azul distancia me caminó las venas una antigua memoria de palabras y besos, Ahora bien, cuando la emoción se adue.
ña por completo del individuo, desaparece toda limitación entre lo subjetivo y lo objetivo; las impresiones orgánicas cenestésicas propio e interoceptivas que constituyen el substracto emocional, adquieren un predominio que liga a su manifestación cualquier signo objetivo, incluso las cualidades intrínsecas a la realidad. La sensibilidad se vuelve así confusa, global, indivisible, y adquiere un perfil que como en la caricatura permite reconocer al representado sin que sea precisamente, su imagen la que tenemos ante los ojos. Individualmente cada uno de los componentes de la emoción se vuelve entonces indiscernible y sólo cobra valor gracias a su fusión en el conjunto. Esta ausencia de partes distintas es lo que se denomina sincretismo. Como el pensamiento, la percepción también puede ser sincrética; en ambos casos se trata de un estadio primitivo, propio del niño, y que en el adulto cobra cuerpo en el trance emotivo, puesto que la sensibilidad de la emoción, profundamente subjetiva, aglutina de manera indisoluble todo lo que clirecta o accidentalmente participa en ella.
Así, el hecho más fortuito que los aconte.
cimientos puedan introducir en el proceso de una emoción se vuelve apto para representarla e incluso provocar un retorno de sus efectos.
Empero. cuál es el mecanismo por el que un hecho a veces circunstanciado re.
nueva los efectos de una emoción que, por sus características, poco o nada tiene que ver con él? Aquí debemos echar una mirn.
ra a los reflejos condicionados y tendremos la explicación. Pavlov describe bajo este nombre efectos análogos; toda reacción fisiológica está ligada a una excitación que la desencadena, a un estímulo propio, del que es ejemplo ya clásico la secreción salivar y la visión simultánea de un manjar.
Sin embargo, este estímulo incondicional o absoluto puede ser asociado a otro por completo ajeno a la función a excitar: un toque de campanilla o la visión de un color dado. La repetición conjunta de ambos estímulos cierto número de veces, y la suspensión del incondicionado trae por consecuencia que el estímulo asociado, el condicionado, provoque por su sola acción el reflejo.
y del fondo de un vago país entre la niebla retornaron canciones oídas en el sueño.
Mi corazón, temblando, te llamó por tu nombre.
Tú dijiste mi nombre y se detuvo el tiempo.
La tarde reclinaba su frente pensativa en las trémulas manos de los lirios abiertos, y a través de las nubes los pájaros errantes abrían sobre el campo la página del vuelo.
Con los hombros cargados de frutas y palomas interminablemente pasaba el mismo viento, y en el instante claro de los bronces, mi alma llena de ángelus era como un sitio del cielo.
Una vez, antes, yo te había perdido.
En la noche de estrellas, o en el alba de un verso.
Una vez. No sé dónde. el amor fué tan sólo ¡encontrarte de nuevo!
Meira DELMAR.
Barranquilla, Colombia, 1948. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica