86 REPERTORIO AMERICANO JOHN KEITH, SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL Balanzas TOLEDO (Toledo Scale Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. Duplicador GESTETNER (Gestetner Ltd. Londres)
to que se traduce en el deseo de orgía morbo6a, da paso a la celebración del maridaje, que be oficiará según los ritos más remotos en el origen de los pueblos, cual es el rapto violento de la novia. Popula, la reina raptada, la condenada a ser eternamente virgen por su pueblo, lleva en sí una doble figuración simbólica.
Por una parte es el elemento puro, intocado, jamás hollada por el deseo de los suyos y a su vez incapacitada para palpar ni siquiera ver, la realidad circundante. Su ceguera y su claubura es un arcano felizmente señalado por el poeta. Es, pues, el elemento único que puede señalarse como señal de victoria al poseerla.
En la duplicidad de su símbolo podemos apreciar también que su situación virginal defendida tan fuertemente por las icamiabas, representa un gesto de decadencia por parte de sus guardadores. El maridaje Orellana Popula, entre el vencedor de los selvaticos vencidos de sus fuerzas y la reina virgen intocable, es algo así como el Adán y Eva del gran mestizaje.
Edgardo Ubaldo Genta merece el más calido homenaje por su acierto poemático. Aún, todavía, en la cuarta y última jornada, en superación creciente, los símbolos adquieren la más alta calidad. La escena se ha trasladado finalmente al delta del río de las Amazonas.
En un amanecer, los españoles abitos ya de gozar el fruto de su rapto colectivo comienzan a escuchar la voz de la conciencia nacional en la figura de fray Gaspar de Carvajal. La voz que todo el pueblo guerrero escucha con amor y arrepentimiento. Pero, uno solo, único, el capitán Francisco de Orellana no escucha el decreto de la consciencia porque aún goza y seguirá gozando eternamente en los brazos de la reina Popula, mancillada por él y al mismo tiempo salvada. Sin embargo, el maridaje conbumado aún requiere de un acto final que, en rito catedralicio, algo se sacrifique para sancionar jurídicamente el nuevo matrimonio. La aparición en escena del rey Blanco y la reina Toa, la reina estéril, con todo el pueblo suyo en masa, comienza a legalizarlo.
El sacrificio necesario toca a la reina Toa, por algo es estéril; declarando su amor al capitán, asesinando a su hermana Popula y ofreciéndose al pater para ser incrustada en la cruz cristiana y darle vida, la suya, la aborigen, la americana. La que fué estéril se hace parturienta en la gran matriz de América: el delta del río de las Amazonas. De su entrega trágica nace el primer mestizo espiritual que animará hasta hoy y por siempre el mañana de América. Sólo el español supo que había hecho una cristiana de la india, y que su hijo sería cristiano y súbdito del rey. Estas palabras de Waldo Frank, resumen la idea central de la epopeya de Genta. Sólo que, considero yo, se manifiesta bondadosamente al considerar al español una situación consciente de su labor histórica. El autor de la epopeya simboliza la verdad con más luz al expresar en sus personajes fray Gaspar y particularmente en el piloto Alonso de Robles, como opositores y fiscales sobre el atropello cometido en las vírgenes amazonas. La representación de la iglesia y del pueblo sano español, simbolizados en ambos personajes, no aprueban el dictado de la historia, del ilustre americanista norteamericano.
La razón de ser del hecho histórico y su pura trascendencia es un acontecer a posteriori. De aquí que la epopeya del gran poeta soldado esté acertadísima y plena de conocimientos. En el origen de cualquier suceso histórico la verdad de su cometido se expone nebulosamente, sin esta claridad meridiana que hoy, después de cuatro y medio siglos, lo estamos expresando. Así y todo cabe la más ardua tarea en cuanto a la verdad intrínseca. No vale ni aun siquiera pertenecer a un pueblo neutral para opinar desinteresadamente. En este mismo escrito no dudo de expresarme como español y como tal pleno de parcialidades. Pedir perdón tampoco es sensato. Sería anular la propia opinión, que yo creo firme en mi razón. Volviendo a la obra de Genta, yo proclamo que su epopeya es, acaso, de las expresiones literarias más completas y más acertadas de cuantas conozco hasta hoy. En esa petición de entrega por parte de la reina Toa, para ser adherida a la cruz de Cristo, para vivificarla con su sangre indígena se muestra el rasgo capitalísimo que nos mostrará el mestizaje. En esa petición sublime, está totalmente definido el ser real del indio. Ese ser que pide sea investigado el ilustre profesor Lipschutz. Ese ser que habíamos definido, robando las líricas palabras de Gabriela Mistral, de hombre fruto. Ese nacer del hombre americano, del indio, como arboleda o como chorro de sus volcanes, complementa sobre la cruz cristiana, de seguro, el hecho más importante de la historia que nos ocupa.
De este ser y de la aportación española ya hablaremos otra vez. De la aportación española nos agrada compartir, en principio, de la opinión del profesor Lipschutz, con discrepancias someramente exteriores. Lo que él llama neofeudalismo. Hay mucho de medioevo en la aportación española, según la hora del descubrimiento. América. dice Edmundo Gorman aparece en el horizonte de la cultura cristiana precisamente en el momento en que al declinar la edad media, se quedaba sin Dios.
España retrasada humanísticamente aún todavía persistía por lo medioval y no es extraño, pues, la creencia del citado profesor.
Sevilla, España. 1949.
como Mosaico espiritual (En Rep. Amer. y a propósito del Artículo 67 de la Constitución)
Repasando la historia de Italia, me en encontrándose con extraordinarios poderes, de cuentro con aquella víctima de la intolerancia que ellos mismos se maravillan. Creen entony del fanatismo, una de las mayores figuras del ces que el Dios de su religión les ha concedimundo: a Giordano Bruno, quien había pro do tan gran favor y se figuran que no podría clamado la divinidad del hombre, diciendo que concederlo a lo fieles de otras religiones. Esta el espíritu humano es como el agua que busca mezquina idea es falsa. Dios no concede favosiempre su nivel y como procede de la Divini res a nadie. Esto sería una gran injusticia. Sidad, va el espíritu humano en pos de Dios, guiendo sus leyes se adquiere la inmortalidad.
que es la única fuente de vida.
Ni los secuaces de Buda, de Alá, de Jehová He aquí la verdadera religión: el ansia, la ni de Cristo tienen especial privilegio; todos aspiración del alma que quiere volver al seno los caminos sirven para llegar a la perfección, de donde emanó. Es el hombre un ser eminen cuando se adaptan a las leyes naturales y estemente religioso, que aunque se declare ateo, pirituales.
tiene siempre un ideal, que por rastrero que No hay religión que no tenga razón de sea, es lo que él adora, es su Dios. Cuando el ser. Ocupa su lugar según la época y las conideal se purifica y se eleva, culmina el concep diciones del pueblo para el cual fué destinada, to de la Divinidad. Pero no puede formarse pero no es ni puede ser inconmovible. Cuanidea exacta y comprenderla hasta que se haya do ya no se adapta a la evolución moral de realizado la unión, que ha sido y es el anhelo un pueblo, debe transformarse y dar sitio a de los místicos de todos los países. Este es el otra superior. Así pasó con el Paganismo.
fin de la religión.
No soy la persona llamada a juzgar, ilHay unas leyes eternas, por cuya obedien breme Dios de semejante cosa! Pero tenemos cia se perfecciona el hombre por el camino que que afirmar que existe mucha hipocresía en el conduce a Dios. En todas las religiones hay se mundo; hay mucha falsedad y ha llegado el res que siguen inconscientemente este camino, momento de llamar las cosas por su nombre. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica