REPERTORIO AMERICANO 359 QUÉ HORA ES. ENTÉRESE Lecturas para maestros: Nuevos hechos, nuevas ideas, sugestiones, incitaciones, perspectivas y cumbos, noticias.
revisiones, antipedagogia.
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La Escuela y la Vida Por Luis de ZULUETA. En El Tiempo de Bogotá, junio 11 del 52)
Muchas veces la opinión común, lo que es poco internacional y se opone fuertetodos oímos y repetimos, no coincide con mente al New Deal y a las medidas sociala realidad. Sí. Todo el mundo lo dice, pe lizantes del gobierno.
ro los hechos dicen otra cosa. Por eso con También afirma el vulgo que el College vendría revisar, a la luz de una observación con su libertad de enseñanza entibia las reflexiva, esas opiniones corrientes. Vox creencias religiosas. De hecho, no ocurre populi, vox Dei? No siempre. En ocasiones así. La encuesta nos revela que los graduala voz popular dista mucho de ser la voz de dos católicos conservan intacta su fe; que la verdad, que es la voz divina.
la de los protestantes vacila un poco, muy Ahora tenemos una confirmación de ello.
poco, y que los judíos mantienen su intimo Recuerdo haber visto hace ya tiempo en el agnosticismo. Cuatro de cada cinco gra.
semanario Time una curiosa encuesta rea duados católicos concurren a la iglesia los lizada entre millares de graduados en dis domingos.
tintos colleges y centros de estudios suPor lo común, cree la gente en los Estaperiores de los Estados Unidos. Comparan. dos Unidos que la vida universitaria, sobre do sus ideas y sentimientos, su éxito en la todo en los centros en que muchachos y vida, con los datos análogos de los otros muchachas se educan juntos, es propicia ciudadanos que no alcanzaron el mismo al. al matrimonio. Error. El tanto por ciento to nivel de educación, se podía llegar a con de solteros es más del doble entre los graclusiones interesantes sobre las consecuen: duados que entre las otras personas de su cias prácticas de la enseñanza superior misma edad.
Veríamos lo que dan de sí en el mundo los otro error todavía. Se dice comúnmen.
frutos del árbol de la ciencia.
te que el número de los hijos es menor en Los resultados de aquella encuesta apa. los hogares ricos que en las familias de los recen ahora en un libro titulado They went pobres. Resulta, sin embargo que, entre los to College y firmado por Ernest Havemann graduados, la abundancia de la prole está y Patricia Salter West. Ahora bien: los crí. en razón directa de la riqueza.
ticos y, en general, los lectores, descubren Mucho habría que decir acerca de estos con cierta sorpresa que los que fueron al y otros datos recogidos en las páginas de College. los que recibieron una elevada They went to College. Se ha observado que instrucción en facultades universitarias o en esa comparación de los graduados con institutos superiores, muestran luego, en los no graduados, es decir, con la masa todiversos aspectos de su vida que, en efec. tal de la población, es muy difícil distin to, la realidad es muy distinta de lo que guir, en las características atribuídas a los supone la opinión del vulgo.
primeros, cuáles provienen efectivamente Ante todo, en cuanto al éxito. La gente de su paso por las aulas y cuáles, por el piensa que los mejores alumnos, esos que contrario, se deben a las condiciones socia descuellan en las clases y obtienen los más les, económicas o intelectuales, propias de ambicionados títulos y diplomas, o aquellos los muchachos que, de hecho, pueden se.
otros que sobresalen en el campo de de guir los estudios superiores.
portes, son los que después triunfan en la mi ver, lo que principalmente se de vida y conquistan los puestos más lucrati duce de la encuesta es la escasa influencia vos. Sin embargo, no es así. El éxito, el que ejerce el College, el establecimiento de éxito económico se entiende, no tiene nada enseñanza, en el alma y en la vida de los que ver con el nivel de la cultura académi.
escolares. En esto sí que la realidad difie.
ca. Más bien depende de los medios mone re de la opinión general, llena de fe en la tarios de que ya disponía el estudiante, y pedagogía.
de otras muy varias condiciones.
Ni para bien, ni para mal, altera en gran Por cierto que una distinguida escrito cosa el College la intima naturaleza o la ra americana, Doris Grumbach, se lamenta, externa posición del estudiante. Una vez a este propósito, de que el éxito sea medido graduado, tiene o no tiene éxito, gana en escala económica, sin tener en cuenta gana dinero por razones independientes de factores morales, como la interior satisfac sus lauros académicos; sigue con las mis.
ción, el desarrollo de la propia personali. mas ideas políticas de su familia, por lo dad o la reputación lograda en algunas pro común acomodada; continúa fiel a la reli.
fesiones tan nobles como mal retribuídas. gión que heredó de sus padres y, en cuan Pero estos factores espirituales, añadiría. to al matrimonio y los hijos, si bien se dife mos nosotros, no son cantidades sino cali. rencia de la masa total del país, creo yo dades; no tienen precio sino valor; no pue. que el graduado o la graduada se parecerán den ser reducidos a cifras, ni captados en mucho a los hombres y las mujeres de sus las estadísticas.
mismo grupo social y su misma posición Mas veamos otra discrepancia entre la económica que no hayan recibido una en: opinión corriente y la realidad comprobada. señanza colegial.
Juzga aquella que los graduados y univer. Entonces la educación no sirve de na.
sitarios suelen ser, en política, radicales, da? Sería insensato llegar a esta concluavanzados, izquierdistas. En Norteamérica sinón. Sin afirmar, con Kant, que la edu.
ocurre lo contrario. La gran mayoría de cación todo lo puede, tenemos derecho a aquéllos figura en el partido republicano, sostener que la educación puede algo, y a veces mucho. Pero hay que distinguir en tre la educación y el College.
La vida educa y educa la escuela. Si lla mamos escuela a la influencia ejercida por los establecimientos de enseñanza, des.
de el Kindergarten hasta la Universidad, y damos el nombre de vida a lo que en el niño o en el joven influyen el ambiente general, la sociedad, el hogar, la iglesia, la política, el amor, los amigos, las amigas, el periódico, las lecturas espontáneas, el deporte, la calle, los viajes, el teatro, el cine, la radiofonía. y ponemos en un plati llo de la balanza la educación de la escue.
la, y en el otro la de la vida, aquél pesará mucho, y vale la pena de atenderlo, pero éste otro, el de la vida, pesará seguramente más.
Insisto en que debemos hacer cuanto po damos por mejorar, extender y dignificar la escuela. Pero, al mismo tiempo, sepamos que el College no contrapesa a la educa ción de la vida. Para mal o para bien, la ciudad influye más en la escuela que la escuela en la ciudad. Harto lo sabrá el viejo Platón, que soñó con hacer de la ciudad, de la república, un inmenso establecinien to educativo consagrado a la realización del supremo ideal moral!
El siglo XIX fué el siglo de la pedagogía. Transformó la escuela. Pero no trans formó la vida. En general, puede decirse que en los Estados Unidos, lo mismo que en Francia, en Inglaterra, o en Alemania, la escuela es hoy buena, buenos son los colegios y las universidades. La escuela es buena, pero la vida, la educación de la vi.
da, debe ser tan mala que ha llevado al mundo a la catástrofe.
Por eso, si el siglo XIX fué el de la re.
forma de la escuela, los idaelistas de este siglo XX piensan, sobre todo, en la refor ma de la sociedad. De la sociedad en cada nación y de la sociedad internacional. Aspiran a tener mejores escuelas, sí, pero en un mundo mejor. En un mundo que va lore y aprecie la labor intelectual, el esfuerzo espiritual realizado por los que fue.
ron al College.
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