REPERTORIO AMERICANO 329 CARLOS LUIS SÁENZ en Veraguas Por CHANGMARIN. En el Rep. Amer. EL HOMBRE tienen un perfume, una esencia, una calidad.
El fondo de la poesía de Carlos Luis Sáenz es sencillamente positivo. Expone su amor a la humanidad, a la naturaleza.
No se maltrata en el dolor. Su poesía es para servir. Para vivificar el corazón, para sentir gusto por la vida y no para amargarse en la amargura.
Nos dice en Clave de Pasión: Puedo decirle a la piedra que se abra en flor; que se me quede en el pecho le puedo decir al sol.
Encontramos en este trozo una fuente inagotable de alegría por la vida. En Destino: Nos llegó de San José de Costa Rica, un día cualquiera. Uno de esos escolares, verde, frescos y acuarelados con trajes blancos de normalistas.
No preguntamos quién era ni de dónde venía. Lo supimos después. Sus ya plateados cabellos, cabellos fértiles, sobre la ubérrima cabeza: como la campiña dorada sobre el terreno feraz; nos hizo parecer un poeta o un pintor; algo de lo uno o de lo otro. Le miramos, primeramente fugaz, raudo entre la multitud de escolares: ligero, bajo la noche constelada, y suave, compenetrándose de un mundo muy parecido al suyo.
Después nos dió su palabra precisa, borbotante, rica y sencilla. Un día nos habló de su Patria. Allí le escuchábamos alum.
nos y profesores. No brotó de sus labios una ofensa, una muestra de dolor, una tristeza, ni nada. Traía el corazón herido, y cualquiera pensaría que estaba alegre, como ahonda nuestra copla popular. Un místico de la revolución en pleno exilio nos relataba asuntos de familia vecina, de allí no más, sin que sus músculos superciliares trazaren sobre su frente la arruga del dolor. Antes que todo, la Patria. antes que todo, ser un hombre. Un hombre al servicio de la causa revolucionaria. Con un espíritu materializado en la lucha; probado en el dolor, vivifieante en la desgracia; exuberante en la sequía. Hombre delgado, ágil, fugaz, poeta y maestro. Qué buen hombre es Carlos Luis!
En la entraña inextrañable hay una música mía: por desentrañarla vivo en mi trance de agonía.
Suena y resuena en mi noche, suena y resuena en mi dia y de no darla a los hombres me moriría.
Carlos Luis Sáenz Y esto lo canta Carlos Luis Sáenz, porque ha sido a través de su vida, su destino: darse por entero a la humanidad, no pertenecerse. El canto de nuestro poeta continúa así su entrega gratuita a la Tierra, a la Gente.
Es la sensación que nos traduce lo que de él conocemos. Así lo dice en su Canción: doro Valle publicó en el Indice de la Poesía Centroamericana.
El mismo Carlos Luis no está a gusto con ellos. Lo cierto es que más tarde escuchamos su voz presente, su poesía. Nos sabe el verso de Sáenz, dulce, místico, descriptivo y cívico. Desarrolla los temas con una sencillez encantadora. No hay la preocupación de obscurecer el pensamiento. La poesía crece brillante como el sol campesino en la llanura. Silvestre. Hemos leído y escuchado algunas de sus composiciones y EL POETA Fué nuestro amigo el escritor Nicolás de Caballero, quien una vez recitó los versos de Carlos Luis Sáenz que Rafae! HelioYo tengo un corazón con tres alas abiertas. qué plurales raices extendidas por toda la tierra.
mo, las características, reconoceréis como yo que nos encontramos en presencia de una obra de la más alta calidad, y que sólo an poeta auténtico podía concebirla y lle.
varla a buen término.
Luego de escuchar tales juicios, Carre.
ra Andrade puede tener la egurid de haber acertado en una obra tan difícil.
tarea de esta clase, sobre todo en las condiciones de Carrera Andrade: Cincuenta y cinco autores de tendencias varias, de escuelas diversas, de momentos diferentes y, por lo mismo, de dificultades multiplicadas. se necesitaba no solamente el talento de un poeta de la alta categoría de Carre.
ra Andrade, sino además un profundo conocimiento de los dos idiomas, de la historia literaria y hasta de la psicología de los poetas traducidos. Sólo así pudo haber res.
petado en sus traduciones la fidelidad al poema original en la forma y en el vocabulario tan vario y personal, así como el estilo intransferible de cada autor, según sus escuelas, y hasta la exacta expresión de la imagen en el espíritu mismo de la creación poética.
nes de Carrera Andrade. En la importante revista Hommes et Mondes, Francis de Miomandre anota lo siguiente. De desear sería que ciertas antologías que han aparecido aun en Francia y en nuestra lengua, fuesen tan completas y, diría, tan equitativas, tan despojadas de todo prejuicio extra literario. En esta colección, el señor Carrera Andrade, poeta ecua.
toriano de gran valor, nos prueba una imparcialidad que se alía admirablemente con el más sincero fervor y también lo que en este caso en nada menoscaba, sino por el contrario) con un maravilloso talento de traductor. Hay que decir lo que esto representa, como por desgracia sucede tan a menudo, no una selección prematura y sin fundamento, sino una serie de arranques de comunión con los autores interpretados. Puedo afirmar que esta colección da.
rá a todos los que de lengua españolase interesan en la poesía, el cuadro el más perfecto y el más completo de nuestra líri.
ca francesa moderna. si se añade a esto que la fidelidad de la transcripción es absoluta, que salva a la vez el sentido, el ritHay, sin embargo, algo mucho más importante en la obra que comentamos y qui.
siéramos referirnos a ello.
Muchas personas que visitan París (ilo cual no es conocer Francia. aunque no sea al estilo turista que llega, recorre unos días, unas semanas de una parte a otra de la ciudad; va por las noches a unos cuantos cabarets y cree por ello conocer París, muchas personas aunque pasan va.
rios meses no llegan sin embargo, a penetrar en la vida misma de la ciudad, en el pensamiento propio del pueblo francés, en la riqueza profunda de lo que tiene de más noble y esencial. Nada extraño que tales Cuál haya sido el éxito en esta difícil realización, de la que ya con razón Fray Luis de León ponderaba la dificultad en el prólogo de sus poesías completas, juzgo que nadie mejor calificado, ningún juez más competente que la misma crítica francesa que ha apreciado altamente las traduccio Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica