Feminism

REPERTORIO AMERICANO 173 Invocación al insomnio Colaboración de Rigoberto CORDERO LEON EL GREMIO ANTONIO URBANO Yo he de cerrar mis ojos, de puro compromiso, para que me visites, viejo amigo, tú, el sabio autor de mis sentires!
Puede ser que en la noche taladrada de espinas, se amplie mi horizonte tenebroso de gritos.
TELEFONO 2157 APARTADO 480 Cerrando las ventanas de las posibles horas, abrirás boqueron profundo al infinito. será tu presencia, eminente de ausencias, rasgado violín de un silencio perdido.
Almacén de Abarrotes al por mayor San José Costa Rica comentarios Insomnio: padre amado y hermano de la música, dices en tus silencios mil verdades sonoras.
Un asombroso ensueño en tu esencia se cuaja y vuelas hacia el reino fatal de lo impreciso.
de CALIBAN (En El Tiempo de Bogotá)
Desnudaré yo mi alma de toda melodía.
Borraré de mi mente la simiente que piensa.
Sacudiré la horrible verdad de mi tragedia. tú serás entonces la única presencia. lloraré contigo la lágrima profunda que se queda prendida en la interna pupila.
Seré tan tenebroso como tu vida misma, como tu ser eterno, como tu cruel destino, como el agua de sombras que destila tu mano, como el alma sin alma que se duerme en tu simu.
Fannie Hurts, conocida escritora americana, especializada en cuestiones relacionadas con el feminismo, y cuyas opiniones tienen siempre el respaldo de una seria y completa información, nos cuenta en uno de sus últimos escritos como las muchachas americanas de la presente generación han vuelto al tipo ancestral de la mujer que no desea seguir una carrera, ni trabajar como empleada, sino tener un hogar, niños, jardín, seguridad. Lo mismo que sus abue.
las hace medio siglo. La señora Hurts entrevistó a muchísimas chicas entre los quince y los dieciocho años. Tú madre sigue una carrera, o trabaTú que quieres hacer de las noches auroras, encuentras que mi sombra no tiene otro camino.
ja?
Insomnio: luz devota que se incendia en lo obscuro; palimpsesto de imágenes, sagrario de ilusiones.
Pensamiento emotivo, palpitar del recuerdo, canción dormida o muerta sobre un tiempo sin horas.
Negra aurora del triste, sol obscuro del pobre.
Me dices la mentira que es mi verdad más intima.
Saludas en mi polvo la vida de las flores.
Tiñes en tu tiniebla la cuna de mi canto. me brindas dulzura, me regalas amores.
Insomnio: tú vigilas mi paso hacia el uoismo y sabes que mi historia nunca tuvo fulgores.
Quién pudiera llevarte, cual santo, a los altares; quién pudiera decir tu melodía.
Extraño ser que anidas todo un dolor hermoso.
Astrónomo que estudias la vida de los ojos, el nacer de lo interno y el sangrar de la herida. Sí, contestaron las interrogadas. tú quieres hacer lo mismo. No, dijeron todas. Muchas habían sido matriculadas para seguir la carrera de abogadas, dentistas, decoradoras, médicas, quí micas, o simplemente secretarias o empleadas. Otras recibían entrenamiento para hacerse cargo de los negocios de sus padres.
Todo ello implicaba la renunciación a la vida de hogar y la aceptación de matrimonios inestables. Pues bien. En la gran mayoría de los casos, las muchachas se retiraron de universidades, academias y colegios.
El ejemplo de la madres trabajadoras, que se ganaban la vida y parecían independientes y satisfechas de bastarse a sí mismas, no sedujo a sus hijas. Todo lo contrario.
Las disgusto. Todas aspiran a la intimidad del hogar. Al marido que sabe mandar, que es el jefe, pero también el compañero y protector. Las jóvenes de hoy quieren hijos, cuatro o cinco. Jardín, huerto, gallinas, y lo que aquí hemos calificado con el nombre de dulce de caspiroleta. Es decir, al tra.
bajo de la casa. Cuidar las flores, educar a los niños, mantener un hogar atractivo. Las mujeres se cansaron de ser libres. La igualdad con el hombre fué un espejismo, un engaño para la mujer. Lo igualó en trabajo, en fatigas, en necesidades, en desengaños, en neurastenia, en preocupaciones. ahora resolvió que había hecho un mal ne.
gocio. El regreso al hogar es una de las ca.
racterísticas de las teen ages de la era atómica. 15 VI 51)
Palpita en lo infinito de tu ser misterioso.
la vida de una estrella hecha negra pupila.
Yo te espero, mi amigo, el padre de mis días, con la lámpara obscura de mi pecho, encendida.
Te he de abrazar muy fuerte, te he de besar los labios, esos labios que tienen color indefinido.
Aqui, junto a la muerte y frente a lo profundo, sabrás, al fin que nace el átomo infinito.
Cuenca. Ecuador. 1951.
11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica