146 REPERTORIO AMERICANO hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive. sueña. ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Pasa a Méjico, Centroamérica llora porque tarda esa hora.
Desde el volcán de Fuego, al Cerro de Hule, al Irazú, al Santa Ana, al Momotombo de la erguida frente, he extendido su riego la fe republicana er todo corazón grande y valiente.
Termino este capítulo, dejando constancia de mi falta de competencia para agotar el tema apenas esbozado en el presente trabajo.
con la esperanza de que sea completado y mejorado por otro que respecto a mí, tenga mayor talento y cultura rubendariana; poniendo como digno remate los versos diamantinos y elocuentes de su augural y sentido Retorno. de gloria suma, de altas empresas dechado; suelo imperial, fecundado por sangre de Moctezuma.
Más adelante, agrega: través de las páginas fatales de la Historia, nuestra tierra está hecha de vigor y de gloria, nuestra tierra está hecha para la Humanidad.
Llega a Guatemala, y canta: aquí, cabe las ondas del Gran Lago, de sus auras sintiendo el dulce halago; aqui, viendo el talante del Mombacho arrogante, se tiene fe, se alienta y se sabe gritar: siempre adelante.
Quetzal vivo, tiende el ala.
Bajo el cielo azul resbala.
Simboliza en Guatemala Paz, Idea, Libertad.
Pueblo vibrante, fuerte, apasionado, altivo; pueblo que tiene la conciencia de ser vivo, y que reuniendo sus energías en un haz portentoso, a la Patria vigoroso demuestra que puede bravamente presentar en su diestra el acero de guerra o el olivo de paz. los diez y seis años de edad, en ocasión memorable, rinde su homenaje de cariño y gratitud a El Salvador, Cuando se trata de infundir ánimo, de in yectar coraje, de encender la sangre para el combate, él, que ama la paz y la compañía agregia de sus cisnes, hace sonar la trompa épica que enalteció Tirteo; y compone un Himno de Guerra. en el cual pide que II La Patria de Delgado, de Angulo y otros cien bravos campeones. América es el porvenir del mundo Ruda suene la trompa guerrera; cada libre que sea un león: Nicaragua señala altanera ese blanco y azul pabellón. así, su amor a todo lo americano, va dejando la estela luminosa de su inspiración: Colombia, bajo la aureola que a la gloria inflama, siempre será la tierra que derrama la savia de los grandes corazones. Montevideo, flor de ciudades, ciudad de flores, de cielos mágicos y tierra grata. a Chile da su Canto Epico, donde (la cita es de Contreras) muestra, a pesar de las obligadas reminiscencias antiguas, un sentimiento auténtico del mundo americano. Sin embargo, lo heroico no es su elemento y así lo vemos batir palmas porque la hidra feroz de la guerra no mora ya en Nicaragua. sino que el martillo de la fragua se escucha aquí en esta tierra.
Es por la voz excelsa de Darío que Nicaragua se hace oír ante la Tumba del Padre Hugo; y el Momotombo exclama. Oh, las antiguas ar pas de los troncos de las inmensas selvas primitivas, cuerdas sonantes y bordones roncos para músicas altas y expresivas.
Soy el viejo coloso que bajo el cielo brama; en el centro de América, atalaya avizor; Víctor Hugo ha cantado mi alto nombre y mi fama, y aquí estoy con mi tiara de sombras y de llama sintiendo en mis entrañas de la lava el hervor.
Si Rodó negó ayer a Rubén Darío el título de poeta de América. quién se atrevería a disputárselo ahora. pregunta Francisco Contreras, glosando el libro Cantos de Vida y Esperanza, al que califica de la obra más trascendental de Darío. Estoy muy de acuerdo con la opinión doblemente autorizada del gran escritor chileno; autorizada por ser la de un amigo y compañero de Darío por largos años, y autorizada por ser Contreras eximio miembro de la aristocracia del talento y profundo conocedor de la obra sublime del Padre y Maestro mágico del Modernismo.
Tras de Contreras, tenemos al argentino Ezequiel Martínez Estrada, quien en su Panorama de las Literaturas, reconoce en Darío que bu espíritu americano fué otro de sus rasgos dignos de respeto. a Alberto Ghiraldo, también argentino, sabedor de que el alma de América ha repercutido en el mundo a los sones portentosos de la lira de este admirable poeta. y a Vargas Vila, a cuyo conocimiento no se escapó que Darío creía asistir a la aurora de una literatura americana, y se empeñaba en revelarla a la Europa. por qué ignorar el reconocimiento general de la alegría de todos los triunfos y de una gloria unánime, como hasta entonces jamás había saludado el advenimiento de un poeta en América. de que nos habla Armando Donoso?
Veamos ahora su obra poética. De Norte a Sur, el poeta de América viene derramando sus versos sobre el vasto panorama del Continente de Colón; después de escribir su Medallón a Walt Whitman, sacerdote que alienta soplo divino. apostrofa a Roosevelt: La República Argentina es la musa soberbia del Canto. poema de gran aliento, personalísimo y vibrante que nos da una visión magnífica de la América Hispana; también le dedica Del Campo. cuyo es este cuarteto: Esta, la hermosa tierra del viejo Nicarao, con sus lagos do surca por el vapor la nao, con sus bosques do extiende su copa el guayacán.
Pradera feliz dia. Del regio Buenos Aires quedaron allá lejos el fuego y el hervor; hoy en tu verde triunfo tendrán mis sueños vida, respiraré tu aliento, me bañaré en tu sol. Desde la Pampa. donde hay tanto color, frescura y cariño, que parece ser la voz de un hijo del Plata la que saluda armoniosa y sinceramente Soneto Cívico. El Organillo. Brindis al señor Ministro Lainfesta y al Dr. don Rafael Zaldívar, En un colegio de Niñas. Musa Satírica. Tríptico a Nicaragua y tantos otros poemas dicen de la inquietud patriótica del Bardo Rey, la que llega hasta el fondo de lo popular, de lo anecdótico, hurgando en la tradición, en la leyenda nativa, como lo comprueba, entre otros tantos trabajos, su Cuadro Dramático La Cegua. Al encontrarse lejos de la Patria, se acuerda de ella frecuentemente para expresarle su devoción evocando el buey que vió en su niñez echando vaho un día bajo el nicaragüense sol de encendidos oros. vuelve a cantar al Momotombo, poniendo ante el ojo extasiado el panorama idílico desde el campo lleno de hojas y de luces cuya verde maravilla cruzan potros y avestruces, o la enorme vaca roja, o el rebaño gris, que a un tiempo luz y hoja busca y muerde, en el mágico ondular que simula el fresco y verde trebolar.
que se duplica en el armonioso espejo de un agua perla, esmeralda, col.
Mas la América nuestra, que tenía poetas desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl, que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco, que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió; que consultó los astros, que conoció la Atlántida cuyo nombre nos llega resonando en Platón, que desde los remotos momentos de su vida vive de luz, de fuego, de perfume, de amor, la América del grande Moctezuma, del Inca, la América fragante de Cristóbal Colón, la América católica, la América española, la América en que dijo el noble Guatemoc. Yo no estoy en un lecho de rosas. esa América que tiembla de huracanes y que vive de amor, Agua de un vario verde y de un gris tan cambiante, que discernir no deja su ópalo y su diamante, a la vasta llama tropical.
Momotombo se alzaba lírico y soberano, yo tenía quince años: una estrella en la mano. era en mi Nicaragua natal.
Su Oda a Mitre y otros poemas más, todos inspirados en motivos, personajes y cosas de su América, justifican amplia y sobradamente el lúcido y acertado pensamiento de Francisco Contreras, cuando reconoce que Darío penetrado de las sugestiones de la raza, de la tierra, del ambiente, realizó entonces el prodigio de hacer entrar en el verdadero arte, la vida, la naturaleza y la leyenda de América. si hay alguien que todavía quede con deseos de negar a Darío el justo título de poeta de América, le recomiendo que lea el monumental mirífico poema Tutecotzimí. la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica