José Carlos MariáteguiTerrorismVíctor Raúl Haya de la Torre

REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Vol. XLVIII San José, Costa Rica NO 13 1954 Jueves 15 de Marzo Año 34 No. 1158 Ricardo PALMA tradicionista pero no tradicionalista unas La ya famosa Editorial Aguilar de Por Pedro Rumichaca lista. Creo que Palma hundió la pluma Madrid acaba de lanzar una segunda edi(En Rep. Amer. en el pasado para luego blandirla en alto ción un volumen con tapas de cuero y y reírse de éll. Mariátegui comenta: cerca de mil finas páginas pulcramente impresas de la obra completa dei No hay nada de extraño ni de ilustre escritor limeño Ricardo Palma.
insólito que esta penetrante aclaraAgotada la primera y copiosa edición en ción del sentido y filiación de las un veloz, y por tanto sorprendente, suTradiciones venga de un escritor ceso de librería, Aguilar ha presentado que jamás ha oficiado de crítico lila segunda, corregida y aumentada.
terario. Para una interpretación pro. esta trae algunas novedades no inclufunda del espíritu de una literatura, sas en la primera; si bien lo medular de la mera erudición literaria no es su la obra de Palma sus inimitables Tra.
ficiente. Sirven más la sensibilidad diciones y sus reveladores Anales de la política y la clarividencia histórica.
Inquisición de Lima, amén de algunos Las Tradiciones de Palma tienen poartículos, notas y cuantas cartas lítica y socialmente una filiación deimportantes está ahí.
mocrática. Su burla roe risueñamenUna nieta de Palma, y sobrina por te el prestigio del Virreynato y de la ende de Angélica Palma, la hija del traaristocracia. Ensayos, dicionista, quien fue una fina escritora edic. pp. 190 191. de novelas, prologa obra. Es Edith Palma, mujer de buena pluma y certero juicio. Aunque falte en su proemio un el prólogo de la Edición Aguilar de poco más de la vida, y muy larga, del la Obra de Palma recapitula: Débese donoso abuelo: Sobre todo, de su jureconocer esta revalorización social de ventud de ardiente liberal, afiliado al tuts la obra de Palma a Víctor Raúl Haya famoso partido de este nombre que funde la Torre: El mismo punto de vista dó el prócer americano José Gálvez; a del escritor político lo adopta, más tarcuyas órdenes, y en un acto intrépido de, José Carlos Mariátegui al glosarlo Ricardo Palma que ha hecho leyenda limeña también, agudamente en su Ensayo sobre el Pro.
asaltó la casa de un dictador militar (Visto por Juan Carlos Huergo) ceso de la Literatura. Ambos escritores avezado en fusilamientos, y fracasó en coinciden, pues, en rescatar la figura de su intento. El déspota que había huído Palma, mejor dicho su obra. Ricardo en paños menores de los aguerridos asalPalma: Tradiciones Completas Aguilar tantes, se revolvió, como es del caso, Madrid 1952 XXV. encharretado y valientísimo, hubo de rendirse. El Cuerpo Diploma Palma fué un liberal firmísimo, de que estuvo seguro de que sus pretorianos tico en Lima amenazó con abandonar la una sola línea. Es curioso que como su habían ganado la partida. Gálvez y ciudad, y los asilados obtuvieron el sal rival literario una rivalidad acicateada Palma quien firmaba sus versos juve. voconducto salieron sanos y salvos.
por quienes pretendieron hacer de Pal niles como Manuel Ricardo pidieron Todo esto acontecía en diciembre de un tradicionalista Manuel Gálvez refugio diplomático en la Legación de 1860. Seis años más tarde, José Gálvez Prada, mantuvieran esa ejemplar conseChile. Un ministro de la buena estirpe iba a conducir victoriosamente la defen cuencia doctrinaria sin nunca apostator.
de los firmes y serenos palo gruesos sa del Callao contra la última agresión Ambos fueron enemigos del despotisno.
chilenos, Astaburraga, notificó al dicta. de la Escuadra Española cuando Perú, de los abusos sociales, del clericalismo dor, o a su canciller, que había concc Ecuador, Chile y Bolivia se unieron en del militarismo politiqueros. cada dido el asilo a los fallidos revoluciona fraterna alianza contra el invasor y uno a su manera y en su estilo tundienrios. cuando el enfurecido generalmurió en la acción cubierto de gloria. do Prada pinchando Palma, pero dispao mariscal respondió que aquellos dos 59 años más tarde del escape de Pal rando calando hondo uno y otro no eran asilados sino delincuentes co ma, debía ser conducido por su pueblo fueron irreconciliables con toda forma munes. asaltantes de su domicilio, cau en una grandiosa apoteosis al nicho de de injusticia. como los dos vivieron santes de centenares de muertes en la la fama. El escritor chileno Guillermo largo, y llegaron a una ancianidad glo.
refriega. vale decir terroristas. el Feliu Cruz en sus dos nutridos volúmeriosa, la juventud de América tiene en enterizo caballero araucano, sin convennes de una obra valiosa: En Torno a ellos los magistrales paradigmas de un ciones, entonces, sobre qué basarse, le Ricardo Palma, nos cuenta todo lo su par de viejos insobornables que no se hizo saber que el himno nacional de prasumarizado. Para que hoy recorde amedrentaron al aproximarse a la muer Chile tiene un verso que elice: mos que por el Derecho de Asilo, Chile te, ni, por tanto, claudicaron. Pues los le salvó a Perú al más grande de sus Chile, asilo contra la opresión dos a su manera desdeñaron a esos eshéroes y al más grande de sus hombres píritus febles que comienzan radicales y que no había tal delincuencia co. de letras.
rematan conservadores; que al sentirse mún acaso invocando el tiranicidio Edith Palma encomia una tesis de caducar se arrepienten, e intimidados, tomístico como posibilidad de defensa Haya de la Torre sobre Palma que Jose reniegan de todo lo que dijeron y ensecontra el opresorsino la voz chilena: Carlos Mariátegui reproduce y hace su ñaron. Palma y González Prada no canasilados.
ya en el Séptimo y el mejor de sus taron la palinodia; con el dicho popular El enfurecido dictador, que ya tenía orientadores y magníficos Ensayos sobre murieron en su ley. y ese es el más los fusilamientos por Corte Marcial y la Realidad Peruana: creo que Pal bello y firme trazo de sus armoniosos proceso sumarísimo, bien aparejados, ma fue tradicionista, pero no tradiciona etopeyas.
una vez ma Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica