REPERTORIO AMERICANO 11 Mi perro PAGINA LIRICA de Laura Da VINCI REVISTA IBEROAMERICANA (En Rep. Amer. Publicación dedicada Mi obra Las rosas blancas de mi vergel, al estudio y a la difusión de las letras adormecidas, se han inclinado para El castillo que formé con mis ilu mirar los pétalos des hojados de sus iberoamericanas.
siones, tuvo sus cimientos en tu cari. corolas de nácar, que danzas en el ño inexplicable; lo construyó mi pa agua con la música de mis sueños.
sión enardecida y sus sólidas paredes, fueron pedazos de mi alma Este atardecer azul de terciopelo, Director Literario: que fuí juntando con el alma tuya.
Arturo Torres Rioseco.
despierta en mi alma, reminiscencias de un pasado de amor que ya no exisY cuando lo hube edificado, al an te, y las gotas de lluvia, al llamar a Director Editor: sia de mi amor ardiente, cultivé verlos cristales de mi ventana, me han Alfredo Roggiano.
geles de rosas y claveles, que fueron hecho soñar con una sinfonía de increciendo bajo nuestra infinita pasión. vierno.
Allí te amé de verdad, en cuerpo y Pedidos a: alma. Erigí, con mi cariño, en su inMarshall Nason, terior, un pedestal para adorarte siem Echado en el quicio de mi puerta.
Secretario Ejecutivo.
pre.
Bajas sus dos largas y peludas orejas; UNIVERSITY OF NEW MEXICO.
El castillo que formé con mis ilu entornados sus ojos oscuros y soñadosiones, lo derribó tu olvido. mis res que me miran con infinita ternura.
Albuquerque, New Mexico.
lágrimas de desencanto, serán las úni Altivo, serio y gallardo como un cas que refresquen el vergel florido general.
que llevo en el alma de tu recuerdo. Si he salido esperándome está y corre a mi encuentro meneando la cola, Esas notas eran vida de tu vida, no Inolvidable lamiendo mis manos que le acarician las letras del papel con música pero suavemente.
si tu alma la que sollozaba e iluminaLa noche se ha metido ba con su canción de amor todo el ampor la Sin embargo, ayer le vi herido en oquebiente.
dad del horizonte, y en mi corazón una pata; ladrando se acercó a mi quimelancólico, la sombra de la congoja zas para contarme su pena y temblo Claro de luna en la noche en que por también transpasó la tela sutil del re rosa le curé. Un niño malvado le ha vez primera nos encontramos tú y yo cuerdo de amor.
bía arrojado una piedra.
en la senda del ensueño. es que no he vuelto a oír tu voz Echado en el quicio de mi puerta le Claro de luna en tu alma y en la mía. maravillosa, ni a contemplar el ful. vi de nuevo, cuando, el sol se ponía gor de tus oscuros ojos, remanso de de puntillas para mirar el horizonte, promesas sin fin.
y vi en sus ojos, en su mirada, un Tú, mi primer amor extraño lenguaje de gratitud. Estaré lejos de ti, muchos días y No sabía quién eras. Tú vivías en muchos años quizás, pero no habrá Claro de luna el castillo de mis ilusiones. No sabía distancias que logren borrar el recuertu nombre, lo ignoraba. Había llegado bendito de tu imagen, de mi cora Aquella noche, recuerdas? Cuando do a creer que eras alguna alucinazón, ni la remembranza feliz, que mitigó el profundo dolor, que tu separa escapar, tras un jirón de cielo, el di.
el firmamento color azul Intenso dejó ción en el sendero de mi vida.
ción causó en mi vida como un castigo. vino rostro de la luna y, que todo era No se de dónde llegaste, ni cómo apareciste al lado mío. Al principio, Te amaré siempre y en silencio silencio, en el salón lleno de luz, en cuando te encontré, eras un esbozo musitaré tu nombre adorado y cuando que por vez primera nos encontramos? que se traducía en mí en imperceptilas lágrimas surquen mi rostro, allí Tú, te sentaste frente al piano y tus ble inquietud: tu espíritu y tu cuerestará el recuerdo sacrosanto de tu suaves manos de artista arrancaron po no tenían precisión alguna.
amor como en un consuelo, en el sensonoras melodías del blanco teclado.
Mas empezaron nuestros diálogos dero de mi vida. Yo, desde un sillón, te contempla imcomprensibles, pero perfumados ba silenciosamente enternecida. Te por mi juventud, que pródiga se maSinfonía de invierno mía dejar escapar tu bella inspiración nifestó en suave aroma.
quería aprisionarla para mi sóla úniLlueve en este melancólico atarde camente, porque al oírla no sabía si saber que eras de pensamientos contraY pasaron los días. Además de cer invernal y el chasquido leve del soñaba o esas notas venían del Mas rios a los míos, empecé a soñar con el agua, al llamar a los cristales de mi Alla.
óvalo casi perfecto de tu rostro varo.
ventana, me ha hecho soñar con una sinfonía de invierno.
Los rayos tenues de la luz de la lu nil; con tu encantadora sonrisa y alna descendieron entonces del firma gunas veces, con las cualidades que Las gotas de lluvia parecen ejecu mento azulado y al transpasar los cris reunidas, agradaban tu alma.
tar, como en un sueño, una rara y tales de la ventana que estaba muy Las vibraciones de la inquietud que bella melodía: son los acordes de un cerca de nosotros, vinieron a posarse me producías, cuaudo estaba frente a piano que solloza o el arpegio dulce tiernamente, como una caricia, sobre ti, fueron acentúandose con lentitud de un violín que vibra y se estremece. el teclado del piano.
de día. Nuestros diálogos se sucedían Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica