REPERTORIO AMERICANO 99 UNUTU tros propios orientadores fueron, en momento oportuno, europeizantes: Andrés Be.
llo, que desde Londres lanzó la declaración de nuestra independencia literaria, fué motejado de europeizante por los proscriptos argentinos veinte años después, cuando or.
ganizaba la cultura chilena; y los más violentos censores de Bello, de regreso en su patria, habían de emprender a su turno tareas de europeización, para que ahora se lo afeen los devotos del criollismo puro. recuerda desde las páginas de El descontento y la promesa.
El camino de la expresión original es uno solo: el afán de perfección, la cultura dada efectivamente a todos, limpia y pura, y el ideal de justicia, inseparable del ideal de cultura.
Estas fueron las bases, bases primordiales, esenciales, sobre las que afirmó su casa de prédica en busca de la Utopía de América como patria de la justicia, tendida hacia la unidad espiritual y hacia la unidad política: unidad no para crear entidad en el aislamiento, sino para ofrecer al mundo ejemplo de un nuevo mundo, una magna patria que realice la emancipación del brazo y de la inteligencia. esta casa de prédica no estaba edificada sobre ilusiones vagas o sobre vagos postulados: la ilusión está en creer decía Henríquez Ureña que la utopía de la magna patria puede ser realizada por el esfuerzo de unos pocos y en breve tiempo: antes, por lo contrario, es aspiración de larga mirada y crecido esfuerzo, pero es aspiración sana.
Cuando escribió La utopía de América creía firmemente en ella; ni el escaso número de oídos que escucharon ni los desasosiegos que después vinieron fueron estorbos para la integridad de su fe: como hombre puro, no hizo traición a sus ideales.
En el desconcierto mental de nuestra América de hoy, la lección de Pedro Henríquez Ureña es la que mejor puede guiarnos como ejemplo del buen americano, el que no ha renunciado a crear la patria de la justicia Prof. Juan Méndez Chaves Guillermo Gallardo Volio (1) Alfonso Reyes, Evocación de Pedro Henríquez Ureña, Letras de México, año IX, NO 125, julio de 1946. 2) Ensayos críticos, La Habana, 1905. 3) y (4) La utopía de América, Buenos Aires, 1925. 5) Seis ensayos en busca de nuestra expresión, Buenos Aires, 1928. 6) Palabras americanas en la despedida de un buen americano, Claridad, Buenos Aires (1940. Esta es la columna miliaria del Repertorio Americano.
En ella inscribimos los nombres de los suscritores y amigos que por años, hasta el final de sus días, lo recibieron, lo estimaron y colaboraron. Promotores de Cultura fueron!
La vocación hispánica y la filosofía Colaboración del Dr. José GAOS En los pueblos hispánicos vienen sucediéndose las manifestaciones del afán de llegar a tener una filosofía propia. Si no cupiera hacer remontar estas manifestaciones a las Ideas en que Alberdi trazó el programa de la filosofía propia de los pueblos americanos, no cabe duda de que se puede hacerlas remontar al programa, también, de una filosofía en que se lee el famoso yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. Hasta llegar a esta filosofía del mexicano que constituye la actualidad de la vida intelectual mexicana: los jóvenes agonistas de ella piensan que la filosofía del mexicano en el sentido de tomar a éste por objeto, es la más segura promesa de una filosofía del mexicano en el sentido de original de éste.
Es evidente que semejante afán tiene por supuesto este par de ideas: que los pueblos hispánicos aún no tienen una filosofía propia y que deben tenerla. Cada una de estas dos ideas implica a su vez otra: la primera, que los productos del género filosofía que no deja de haber en los pueblos hispánicos no alcanzan el valor de una fi.
losofía original; la segunda, que la filosofía es la flor o el fruto culminante de a cultura.
La falta de una filosofía original en los pueblos hispánicos no puede atribuírse sino a una falta de vocación de estos pueblos, en el doble sentido del interés y de la aptitud, para la filosofía tal cual se la ha concebido y hecho predominantemente a lo largo de su historia. Y, efectivamente, es una manera de pensar muy difundida la que viene a poner la vocación de los pueblos hispánicos en disciplinas o sectores de la cultura como la teología, en un extremo, y la literatura y el arte en otro, con exclusión expresa de la ciencia matemática y natural de la filosofía científica.
En medio de esta general ortodoxia no fal ta alguna singularidad heterodoxa, a pesar de deberse a personaje tan poco herético en todo lo demás como Menéndez Pelayo: quien dió alguna vez, por explicación de la decadencia de España, la falta de interés de los españoles por lo especulativo y abstracto, movidos exclusivamente del interés por lo concreto y práctico a que dan peculiar satisfacción las ciencias naturales más aplicables y aplicadas. Lo más real parece ser que a los hispánicos no les interesan suficientemente ciertos objetos, los puramente ideales y los naturales, ni ciertos métodos, los matemáticos y los experimentales, sino preferentemente otros objetos, los trascendentes y los humanos, y otros métodos, entre los cuales se encuentran al.
gunos que no son literarios o artísticos, sino tan intelectuales y discursivos, si no se quiere decir científicos, como los de la teología y el derecho.
Ahora bien, supuesta semejante vocación, se explica la falta de una filosofía original en los pueblos hispánicos, si, por otra parte, se toma en consideración la evolución de la filosofía a lo largo de los tiempos modernos: a lo largo de estos tiempos parece innegable el predominio de la coyun: da de la filosofía con las ciencias matemáticas y naturales y sus objetos (1. Mas he aquí que desde los comienzos mismos de la restauración de la filosofía en supera.
ción del positivismo, parece predominar, y crecientemente, un maridaje bien diverso de la filosofía: con las ciencias humanas y sus objetos, entre los cuales se encuentran los de los sectores de la cultura constitutivos de la vocación hispánica, desde los religiosos hasta los artísticos. Hasta lle.
gar al caso Sartre, que resulta de una importancia quizá no vista aún para este tema de las relaciones entre la vocación hispánica y la filosofía. Antes de este caso do.
minaban, sin dejar resquicio ni siquiera al atisbo y el conato contrarios, la idea y el sentimiento de la incompatibilidad psicológica y social del ejercicio y profesión filosóficos con los literarios. Razón muy fundamental y efectiva de la curiosa desvalorización, como literatura. de la producción filosófica de los máximos pensadores hispánicos, con quienes coinciden los máximos escritores de la lengua española desde los siglos de oro. Mas ahora, ante el caso Sartre. qué decir. qué pensar?
No es que El Ser y la Nada no sea menos filosófico que El Ser y el Tiempo; es que la novela y el teatro de Sartre tampoco son menos filosóficos que los opúsculos en que viene desgranándose el autor de El Ser y el Tiempo, pero en cambio son mucho más literarios y artísticos que incluso aquellos de los mentados opúsculos que versan sobre la poesía, y el arte. Va a haber que llegar no sólo a pensar, sino a decir que el Proteo es una filosofía de la vida, no en el sentido biológico de Bergson, sino en el sentido humano de la filosofía de la vida y de la existencialista, avant la lettre sin duda, pero por ello mismo tanto más original, valiosa, sorprendente, a la que el estar escrita tan literariamente como lo está no le perjudica nada, sino todo lo contrario, es lo único que le permite lograr la plenitud expresiva de su tema. cosas análogas, de otros pensadores desde el (1. la falta de participación digna de nota, salva la figura de Lulio, de la España cristiana en la filosofía medieval?
En la filosofía medieval como filosofía de los tiempos medievales, sí; en la filosofía medieval como filosofía al ser vicio de la teología del cristianismo y de la Cristiandad, la participación de la España cristiana tuvo lugar con retraso, pero con qué nota más digna: en los siglos XVI y XVII. El retraso podría explicarse por la singudar situación de España dentro de la Cristiandad en los tiempos medievales. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica