REPERTORIO AMERICANO 181 No deja de ser sumamente extraño que esas acusaciones absurdas hayan salido de Londres al día siguiente de haber advertido la Cancillería guatemalteca que las concesiones otorgadas por el gobierno ionglés a favor de firmas norteamericanas para exploraciones y explotación petroleras en Belice, eran nulas y sujetas a las consecuencias de la controversia que se sostiene entre Guatemala y la gran potencia occidental para reivindicar los derechos de la primera a la posesión de ese territorio.
Bien se ve que la denuncia calumniosa en referencia hecha por Londres, es la respuesta a la enérgica protesta guatemalteca.
La promesa de Winston Churchill, de levantar y extender el decadente imperio británico, amenazan, por lo visto, en forma crecien te a todos los países de nuestra raza en América.
San Salvador. 1950.
Algunos fundamentos del Historicismo Custodio Vargas Villalta (En Rep. Amer.
y 50 Esta es la columna miliaria del Repertorio Americano.
En ella inscribimos los nombres de los suscritores y amigos que por años, hasta el final de sus días, lo recibieron, lo estimaron y colaboraron.
Promotores de Cultura fueron!
Descartes fué quien planteó al mundo el problema de la duda durante el siglo XVII.
El pensamiento medieval abominó de la incertidumbre, y la Iglesia, al resolver con el apoyo de su autoridad los enigmas todos de la vida cerró las puertas a los interrogantes que todavía inquietan al hombre. Los sistemas lógicos de Aristóteles, las teorías matemáticas de Euclides y la noción geocéntrica de la astro.
nomía, señalaron límites inconmovibles a la interpretación de la vida, en las épocas de gestación que comprende la edad media. La misma economía en esas épocas ignoró el movi.
miento, el cambio, la transacción. Apenas alcanzó un carácter autárquico. Es evidente que un hombre colocado ante una perspectiva como esa, siéntese poseído de seguridad y ja.
más experimenta la congoja de lo inextricable o de lo misterioso. Pero, la vida estática no es ni puede ser la que corresponde al ente creador, que es el ser humano. Un espíritu equili.
brado y sensato, con Descartes, dirá: Hay que tener plena confianza en sí mismo y dudar de todo, ponerlo todo en tela de discusión y de juicio. La obra del pensador francés fué completada por Bacon, cuando éste abrió el camino al método experimental.
La atmósfera anterior explica con meridiana claridad, los portentosos descubrimientos astronómicos que se inician en el siglo XVII.
La sistematización del pensamiento matemático natural consigue su más apropiado enfoque en el sistema inductivo, en virtud del cual las leyes se desprenden de los caracteres comunes que se perciben en medio de la variedad de los casos singulares. El hallazgo de que se ufanó el espíritu científico de los tiempos modernos fué el de la teoría de la causalidad mecánica, con la cual hubo de pensarse el mundo físico como un enlace determinado desde afuera, de causas y efectos sucesivos. Tan hondo fué el regocijo de haber alcanzado semejante concepto, que en vez de aplicarlo exclusivamente en el análisis del orden mecánico o físico del universo, se le empleó como procedimiento interpretativo de la vida social e histórica, y aun, del mismo plano de la conciencia individual. Grave error fué este, sin duda!
La naturaleza física, externa a nuestra propia naturaleza, y mesurable, puede abarcarse con un ente de razón, como lo es la teoría de la causalidad, hoy impropia hasta para interpretar los conceptos de la física moderna. Pero, esa teoría nunca jamás lograría trasplantarse, con éxito cabal a la dimensión histórico social, en la cual brotan los valores y los fines como un mundo de cualidades, surgido desde lo interior, en palpitaciones inmanentes, cual impulsos creadores que van articulándose en diversas formas de vida, en el reino nunca concluído de la historia.
Al historicismo le ha correspondido la trascendental misión de rectificar el error que apuntamos antes. Por él sabemos que frente al determinismo de la causalidad mecánica, aparece la dependencia creadora que explica el fondo mismo del desenvolvimiento de lo social.
La teoría de la causalidad dió nacimiento a la escuela histórica, que no debe confundirse con el historicismo. Este estudia la interna conexión de los hechos humanos en el proceso histórico, y relaciona esta conexión con la estructura intima del hombre, que es la fuente de donde esos hechos han surgido. La escuela histórica apenas ha concatenado el abundante material que ha tenido ante sí, como si esos datos fuesen objetos físicos que se colocaran en series determinadas por las sucesivas relaciones de causas y efectos. La escuela histórica no contempla el crecimiento de la vida como es, como un verdadero progreso, o como una curva siempre abierta, o como una línea que constantemente está ensanchándose.
Alejandro AGUILAR MACHADO.
Costa Rica. Mayo de 1950.
La abuela se dirigió al fogón a encender bu cigarro; de paso echó una mirada al lavadero, para ver si aún estaba allí sa hija, y no había peligro de que oyera. No por nada, pero para no renovarle el dolor, ahora que ya está más tranquila.
Se sentaron las dos viejas en la banca de la cocina, y mientras el nene daba gritillos de alegría y jugaba con un abejón que no lograba escaparsele, la abuela comenzó el relato. Tal vez usted se acuerda cuando se casó Manuela. Sí, sí. Hace alrededor de dos años. Casi tres. Se fué a vivir a la montaña.
Allá adentro, muy adentro, donde hay unos bosques de caoba. El sacaba madera para un gringo que era dueño de esas tierras, y que vivía en el pueblo, como a tres horas del rancho de mi hija. Allí comenzó muy feliz su vida de casada. El hombre era rudo, inculto, pero la quería. Se preocupaba porque no le faltara nada, y estaba pendiente de todos los antojos que ella pudiera tener. Pasaron unos meses, y un día llegó mi yerno a llevarme, diciendo que Manuela estaba enferma. usted se fué. la pura montaña. Claro que me fuí! Donde estuviera mi bija era bueno para mí, y además, me anunciaban un nieto. Ah. Me fuí con él. decirle verdad, yo lo notaba raro. Tenía algo en la mirada que me inquieto. de su conversación se me quedaron grabadas unas palabras de amenaza que no podía explicarme: Si Manuela me traicionara, la mataba. Por qué me hablaba de traición? Mi hija era incapaz. además, allá metida. Pues. bueno, sí. También eso. Cuando llegué me encontré que la muchacha estaba perfectamente bien de salud, y que no me esperaba. Se llevó la gran sorpresa cuando me vió, y yo más sorprendida aún, cavilando por qué me había faltado a la verdad el muchacho, y por qué me llevó a la casa, si en realidad yo no hacía falta allí. Cuando se fué al trabajo y nos quedamos solas, Manuela me fué enterando. fuerza de celos su marido le hacía la vida imposible. Celos. Por qué, de quién?
Celos Es un cuento de Ermida CANOSSA MORA (En Rep. Amer. El chiquitín era regordete, de piernas encorvadas, no muy limpias, y andaba medio desnudo, como todos los chiquillos de campo.
Apenas cancaneando sus primeros pasos, con un perrito de trapo trataba de asustar a las dos señoras que conversaban. Ya sabía decir unas cuantas palabras y era feliz imitando a conversar. Huy, huy. El tigue, el tigue. Qué dice. preguntó la visita, una de esas campesinas entrometidas y creyenceras. La está asustando con el tigre. Con el tigre. qué sabe del tigre este güila. Mmm. saber, nada sabe. Pero yo tengo la idea de que por boca de este inocente, nos revela Dios la forma en que murió su tata. Mató el tigre al tata. Eso creemos. Yo nunca le he contado. No? Si supiera usted lo que sufrimos la Manuela y yo. No. nunca me ha contado. cómo fué. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica