12 REPERTORIO AMERICANO Entrevista con los hermanos Tharaud en su una especia de locutorio Fragmentos: traducidos de Candide. Paris. 10 de diciembre de 1936 Salamanca, vieja ciudad de iglesias y de la civilización cristiana occidental, y con conventos, como tantas en España, y de la ella la independencia nacional.
que se ha ido retirando la vida poco a poco.
Su misma Universidad, casi tan antigua como Unamuno. Insisto en lo de civilización la de París y su rival antaño, hoy si acaso occidental cristiana. Yo he sido quien ha tiene algunos centenares hares de estudiantes. Se caballado y puesto en circulación este dicho.
mina por calles estrechas, de piedras doradas.
que Franco repite ahora en todos sus discurdeliciosas su soledad y silencio, ambiente sos, y que se ha vuelto el santo y seña de la clesiástico revolución.
el que desentonan de manera extraña oficiales y El gobierno de Madrid me quitó soldados, marroquies y burgueses panzados, con gorras de policía, en del puesto de Rector de la Univer.
arreos de cuero nuevo, pues ahora en Esp sidad: con grandes elogios me vol.
todos se dan aires de guerreros y quien no está vió a poner el de Burgos. Enton crgulloso de su revólver a la cintura, tonces estaba verdaderamente aterrado por con el aspecto que tomaba esta espanmenos usa casquete de caucho. Hasta los sacerdotes tienen aire belicoso con su sombrero pe tosa guerra civil, fruto de una enferludo en cabeza desafiante y banda larga termedad mental colectiva, epidemia de ciada que alzan con el brazo en ademán deslocura con un substratum patológico.
envuelto.
Unamuno. Sí, sted, lo sabe, entre nosotros la higiene es deplorable.
De camino hacia la casa de Miguel de Una La sífilis ha hecho estragos en este desgrainuno, escritor ilustre y Rector de la Univer ciado país. Lo que explica bien las cosas. Se sidad de Salamanca. En el barrio más aristo habla siempre de lo psicológico, lo moral crático y conventual de la ciudad. llegué depero de lo que debiera también hablarse es lante de una casa sencilla de buena aparien de lo fisiológico.
cia. Una niña Ca.
me pasó Yo. En este furor sanguinario que de monástico, muy limpio, brillante y frío, tan extraño modo arrastra a España hay alcon sillas arrimadas a las paredes, un retrato go que relaciona con lo que ella tiene de del dueño de la casa, inspirado en la vieja árabe y de berebere.
Escuela española, y contra una ventana abier Unamuno. Es posible. Pero bay también ta a un patiecillo que sin el cielo tan azul de otra sangre en nuestras venas que a mi juiaquel día, habría sido muy triste, una me cio, tiene una importancia considerable, en sita redonda cubierta con un paño verde que la formación de nuestra raza y de nuestra caía hasta el suelo. Algunos minutos de mentalidad: es la de los gitanos. población espera y veo entrar a Unamuno, muy anicrrante de herreros, remiendan vasijas, venniado a pesar de sus setenta y dos años, den caballos, trenzan canastos, dicen la tupidos el cabello y la barba, anguloso el suerte; se los halla por todo el país, hasta en perfil, y detrás de los anteojos de acero, una las más pequeñas aldeas. Estos gitanos tiemirada inquieta. Nos sentamos a la mesa.
nen instintos primitivos, inhumanos, antisoLa niña que me había recibido volvió con ciales y estoy convencido de que por ellos brasero que puso debajo de la mesa, bajó con sobre todo se nos ha metido una cruel hecuidado el paño por nuestras rodillas y ya rencia con las piernas al calorcito, y en el aire frío Unamuno ba alzado la cabeza, se ha anima de la pieza. Unamuno y yo nos pusimos a do un instante, se inclina luego sobre la mesa conversar.
y reanuda su copia.
Lo primero que me dijo fué: El manifiesto. Sabe, be caído en desgracia.
En efecto, sí lo sabía. Los leales le habían Desde el punto de vista religioso, esta quitado el cargo de Rector de la Universidad guerra civil se debe a una profunda dede Salamanca, pero la junta de Burgos lo sesperación, característica del alma espaTestableció. Lo acababan de destituir los fac nola, que no llega a descubrir su fe, y ciosos por un discurso que pronunció en la también a cierto odio contra la inteliUniversidad a principios de octubre en una gencia, aparejado a un culto de la viosesión solemne en que se recordaba a Cris. iencia por la violencia.
tóbal Colón, que, como se sabe, antes de Yo. Cuál embarcarse en su esa profunda desesperaaventura mayor vino a Salamanca a consultar a los astrónomos céción del alma española de que Ud. habla?
Unamuno.
lebres. Usted conoce el sentido de Si, me han destituído, continuó Unanuestro vocablo desesperado. El desesperado es un hombre que en nada cree, ni en muno, por unas palabras muy inocentes de que Dios, ni en el prójimo, ni en él mismo no reniego. Decía yo. pero aguardese, es más sencillo. voy a buscar un manifiesto Somos un pueblo de desesperados. Lo que contra especialmente explica el odio breve que acabo de hacer y que expresa cuanras y frailes. Dos españoles hay, pero bien to pienso.
Luego dejó la mesa, salió y casi al instante vista la cosa, no hacen más que uno: el cre volvió con un papel en la mano.
yente, el católico que suele ser un paganu, No tengo copia, me dijo. si quiere, a idolatra de la Virgen y de los santos, para él.
tiempo que conversamos, yo se la saco, por ante todo, divinidades locales: el desesperado que me gustaría que se conociera.
que mata a los que tienen fe, celoso del tesoY se puso a copiar como un niño de es. ro que poseen y por odio a los sacerdotes que cuela. Véase el texto, interrumpido por las no han tenido éxito al comunicarle las certidumbre que tanto necesitan.
reflexiones que me hacía a medida que iba Yo. No cree Ud. que los españoles son escribiendo: sencillamente un pueblo apasionado, que Me adheri luego al general Franco pen cree con la misma fuerza lo que le dicen los sando que ante todo se proponía salvar curas o los oradores comunistas, y que tiende a realizar con violencia ciega las ideas elementales que han depositado en su alma?
Unamuno. No, créamelo que no, es otra cosa: lo que hay en esta palabra cargada de sentido, la vieja palabra desesperado, que Ud.
comprendería mejor si conociera nuestras vie.
jas crónicas.
Del manifiesto:. Es el régimen del terror. España, está. literalmente espantada de si misma. si no se recobra a tiempo, lle.
gará a las fronteras del suicidio moral.
Yo. Qué quiere Ud. decir con: España está espantada de sí misma?
Don Miguel me da una explicación muy larga, de la que he retenido esto: España lleva consigo terribles instintos que no aguardan más que las circunstancias para manifestarse. Lo sabe ella, y teme que se presenten tales circunstancias en un terreno en que no tenga las fuerzas necesarias para reprimir en ella todas sus potencias salvajes. propósito de un gobierno fuerte que dominara el temor: Unamuno. Uno de mis amigos me decía esta mañana: Los rojos matan a todos los blancos, y los blancos matan a todos los rojos. Si los rojos se enojan, anarquistas y comunistas se exterminarían. Si son los blancos, por el contrario, los enojados. no habrá también lucha entre blancos?
Estas palabras no hicieron sonreir a don Miguel, que buen español, no está para bromitas. La salida de mi amigo se explica en lo que dice luego el manifiesto: Se dijo al principio que ese movimiento no era de partidos, ni militares, sine de fondo popular y que en consecuencia, todos los antimarxistas debían olvidar diferencias y colocarse bajo un régimen militar, sin preocuparse del régimen político definitivo. Sin contactos, los partidos, sin embargo, han seguido apenas yuxtapuestos. Entre los que se han juntado contra el marxismo están los falangistas, partido políti.
co aún cuando lo niegan y que no es cosa que el fachismo italiano muy mal interpretado a.
muno entonces se detiene y dice: Ah, yo odio el fajismo. La Falange comienza a absorber a los otros partidos y pretende dictar el régimen futuro. yo, por haber manifestado el temor de que esta oposición de partidos aumente más el terror, esto es, ese miedo que España tiene de sí misma, y hace más difícil la paz verdadera: por haber dicho que vencer no es convencer, ni con.
quistar convertir, el fascismo español ha hecho que el gobierno de Burgos me destituya. sin darme explicación alguna, no obstante haberme restituido con elogios.
Sigue el manifiesto de don Miguel: España no debe someterse a nación alguna. Pero es lo cierto que estamos punto de dar en nuestro territorio nacional una guerra internacional; en estas circustancias es también un deber conseguir una paz de persuación y de conversión, y llegar a la unión moral de todos los españoles para rehacer esta patria que está a punto de quedarse exangüe, en ruinas, envenenada y em.
otra a mi juicio (Und es cu