TrotskyYolanda Oreamuno

REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXIII San José, Costa Rica 1937 Sábado de enero Num. Año XVIII No. 785 SUMARIO rada española Trotsky en México Saber es poder 400 sobre cero René Jiménez Malaret Poemas Métodos imposibles El caso de don Miguel de Unamuno y la militaJuan del Camino Alberto Nin Frias Yolanda Oreamuno Isabel Cuchi Coll René Jiménez Malaret Joaquin Quijano Mantilla André Salmon. Ylia Ehrenburgh, Nieto Caballero, Acción de Montevideo, los hermanos Tharaud y Carleton Beals.
Hernández Segura Olivares Figueroa Maria Rosa Lida Lawrence Fernsworth Acerca de una apreciación errada Poemas El elefante Asesinato es asesinato. aber es poder No existe riqueza comparable zón sencillo y fuerte del Califa.
con la sabiduría ni cabe mejor Así amaba él retirarse a menudo piedra de toque para conocer a un Un episodio de la vida de Harum Al Rashid a su real cámara, fingir que dorhombre, que el probar la cultura mía y luego huir de palacio sólo de su espíritu. Qué gloria puede Por ALBERTO NIN FRIAS o con algún esclavo, amigo o concomprarse a la que procuran el Envio del autor. Santa Fe. República Argentina sejero de su predilección, por uno estudio y el conocimiento?
de los tántos pazadisos secretos y De esa suerte reflexionaba HaA Garcia Monge, su amigo que le recuerda a lo largo de treinta años de amistad ininterrumpida.
ganar a toda prisa las callejuelas run Al Rashid, el poderoso jefe de la ciudad, santa y única. Se de los creyentes, mientras sentado bremente por los espacios libres consejeros y los cortesanos por disfrazaba Harun a fin de no ser en una de las salientes de la venta de los jardines y de los cortiles. adulación que le tributaban los reconocido y, de esa suerte obserna de su alcoba, tendía la vista Este magnífico despliegue de otra, no habían logrado jamás sa vaba con sus propios ojos lo que fuera del recinto de su regio alcá lujo por un lado, y la perpetua tisfacer las secretas ansias del cora el pueblo hacía y pensaba. Era és zar, que resplandecía soberbio al ta una costumbre muy suya y que ello sol poniente, realzándose con siempre le reservaba alguna sorprelos infinitos matices de sus azulesa agradable e inesperada. bien jos. Escudriñaba la maravillo necesitaba de este estímulo quien sa Bagdad, capital de su Califacomo éste déspota esclarecido, nunto y ella le parecía hermosísima ca encontraba resistencia al más con sus centenares de minaretes, insignificante de sus deseos.
torres, cúpulas que sobresalían soAcontecióle un día el vagar so.
bre la humilde negrura del caselo por las interminables callejuelas río. Bagdad obedecía ciegamente de Bagdad y, a fin de que su exal Califa generoso, instruido y trana aventura fuera todo lo más elocuente: le reconocía como su acabada posible, vistióse el de soberano porque sabía ejercer el mendigo. De esta suerte se paseo poder con magnanimidad. Harun por los barrios peor frecuentados constituía el genio de la celebéde su dominio. La fatalidad, únirrima ciudad, la cual por su corca soberana del mundo, según las dura, por su sagacidad y presenmáximas de Mahoma, quiso que cia de ánimo. dilataba anchurofuera a parar Harun, sin cuenta de ello, a una taberna, tesamente su fama por el mundo nebroso escondrijo de una fiera de aquel entonces. El palacio calibanda de ladrones. Prestaba él fal que abarcaba hectárea sobre hectárea era, malgrado su ampupreferente atención a cuanto aquelosa extensión, una especie de cár.
llos discurrían, cuando uno de los fascinerosos le increpó de improvicel, pues estaba aquél cercado de espesos muros. En su interior so de ser un espía. Acto continuo cabía cuanto pudiera concebir coel bandida je le cayó encima y le mo bello la mente humana. Hamolieron a palos hasta dejarlo sin bía en el patios numerosísimos sentido. Luego, dándole por muercon pisos de mármoles multicoloto, lo arrojaron a la via pública.
res: estanques recubiertos de azuComo el soberano no había juzlejos de los más varios dibujos: gado a nadie con injusta dureza galerías sostenidas por columnas en el curso de su vida. encontró tan esbeltas como compensación, quien le tenque antes que consdiera la mano en este apurado truídas por manos de un escultor trance. Atinó a pasar por estos semejaban enredaderas de piedra.
apartados lugares un estudiante Las estancias del recinto palaciego sumaban millares, a cual más hermozo Abul Ala y tropezó con mosas; exquisitos tapices cubrían el cuerpo magullado y doliente del las paredes de las mismas. De treCalifa. Como Abul era tierno bueno, tenía el corazón abierto acho en trecho se hallaban surtidofablemente a las necesidades del res de agua artísticamente dispuesprójimo: echose el herido al homtos entre céspedes, plantas y flores a objeto de mantener viva la deild bro, llevoselo a su hogar y le baño frescura del ambiente. Aves de tolas heridas con agua fresca. CuanLa princesa Palizada do Harun volvió en sí, grandísidas las especies. palomas. faisa(En las Mil y Una Noches)
nes y pavos reales, se paseaban lima fué su sorpresa al contemplar Madera de Emilia Prieto su menesteroso salvador, tradarse