José Carlos Mariátegui

162 REPERTORIO AMERICANO La palabra clásica y la palabra romántica homenaje a uno de los grandes escritores de la Torre, José Carlos Mariátegui, José creándose en el primor de la palabra es.
del Continente, quien más exaltó nuestras María Eguren. Pertenecen al mundo ame crita. Ni en el siglo xvi ni en el xvii se da grandezas físicas e históricas, y reflejó ricano y, como tal, las trato. Añadamos a el tipo de orador que se da luego en el nuestras variantes psíquicas.
Flora Tristán y tendremos un cuadro com romanticismo del xix. Tampoco se da el soSerá un vasto capítulo de la vida hispa pleto. Lectores míos: pónganse en mi au fista, el diserto, ni el orador ateniense que noamericana. Los peruanos hemos tenido xilio, pronto. La cultura de América os es más bien el retórico, el rétor. Por la fortuna de contar con algunas importan quedará agradecida.
eso define a Quintiliano la retórica como el tísimas figuras literarias y políticas: el Inarte de bien decir, entendiendo el arte de ca Garcilazo, Ricardo Palma, Manuel Gon.
Luis Alberto SANCHEZ hablar oralmente bien. Era más bien arte zález Prada, Chocano, César Vallejo, Haya dialéctica, arte de persuadir, como ya se había definido, aunque Quintiliano reproduce las protestas contra este arte de en.
gañar, ya dadas en Georgias y el Fedro.
Pero el ateniense no se parece al vehemente y apasionado orador romano, al tribuno.
Colaboración de Pedro CABA Los discursos de Demóstenes parecen dicMe es muy difícil alcanzar a señalar qué clásica se resiste a la evocación de la me tado hablados para ser escritos. Los de últimas y decisivas diferencias hay entre moria. El recuerdo de la palabra hablada Cicerón fueron escritos para ser pronunla palabra hablada y la palabra escrita. es grabada a fuego. Por eso son más fuerciados desde la tribuna.
No basta decir que la palabra oral tiene tes y vivas las tradiciones orales en épo.
Es otro ritmo que da otra velocidad a más énfasis, una velocidad y un ritmo esen cas en que no se escribe, como en las Eda las palabras. La palabra veloz se agita, excial, puesto que sale envuelta en músicas, des Medias. esto nos lleva a que hay cita, estremece y sube en tropel sobre sí radiando el tono, el gesto y el timbre en hombres y épocas charlatanes y épocas y y sobre las demás encabritándose nerviosa el apóstrofe y la interpelación ej. ni hombres taciturnos, épocas y hombres que y caracoleante hasta alcanzar el tartamuque es palabra viva y caliente que se en. aspiran a escribir como hablan (así lo acon.
deo frenético del profeta, del apóstol, o la ciende con la interolución, con la presen seja Juan de Valdés en su Diálogo de la terrible elocuencia, también tartamuda, de cia de alguien a quién se dirige. No basta Lengua. y épocas y hombres que anhela ametralladora. La palabra lenta del clá.
todo esto y siempre nos queda el insosi lan hablar como escriben; así, el hombre sico es palabra soleada, tendida y recreago de no haber dicho lo decisivo de esa romántico, ante la mujer, parece recitar da en períodos lentos y corroborados. Es la diferencia, porque, además de la palabra siempre versos o representar un drama, anpalabra desbravada, bien dócil a las brisas escrita para ser leída, y la palabra habla tes escrito. sin embargo, la palabra rogramaticales, estirpada de fuegos y veheda para ser escuchada en vivo, hay la pa mántica parece perder radiaciones al en.
mencias, mientras la palabra romántica, labra que se escribe para ser hablada o re. friarse en el escrito, como la lava que es veloz, es apasionada, sin sosiego, toda imcitada y declamada, como hay la palabra de fuego se vuelve piedra. bien es palaprovisación, impetu y calentura, es un cenque se habla para ser escrita al dictado. bra escrita que gana al ser recitada; mientelleo de pensamiento mágico que no haHay quién da oratoria a la palabra escrita tras la del clásico no pierde tanto como Hla engrane posible en períodos medidos y como si estuviera ante un público inmen. palabra escrita, por la acción de tiempo, calculados. La palabra romántica es sonora so y congregado; o como si el autor orador pero resulta cansada y fatigosa para ser y luminosa, mana luces y músicas. La pase erigiera en auditor multitudinario de sí pronunciada por otras generaciones.
labra clásica es sabrosa y sosegada, escasa mismo; y hay quién habla oralmente pero aquí surge otra importante nota difede luces y de sonoridad. El discurso de con estilo escrito, como si estuviera escri.
rencial: el ritmo, que es lento y ancho en Don Quijote a los cabreros se ve que es biendo. Unamuno escribía como hablaba, un discurso escrito, ni elocuente, ni sono.
el clásico es célere y urgente en la pacomo si él mismo fuera recogiendo en noro, ni iluminado. Es palabra morosa y sin labra romántica que se excita, crina y cretas y luego repitiendo por escrito, lo que ardores, de un gusto a reposo, a lecturas ce entre balbuceos y tartamudeces. El hom.
antes había hablado. Valle Inclán, al rey a antigüedad.
bre clásico escribe saboreando lentitudes y vés, hablaba como escribía, como si él mis.
premiosidades, sin prisas y sin acaloros, re.
mo fuera aprendiéndose de memoria lo que Valencia, España, 1951.
ya tenía escrito. Los políticos oradores suelen escribir como si estuvieran hablan.
do ante multitudes; esa es la impresión que da la lectura de Castelar o García Sanchis. Pero hay quien habla con estilo de cróni.
ca o narración, como Galdós o de disertaColaboración de Román JUGO ción, como Don Juan Valera. Hay finan.
Sí. Yo sé que, de modo general, los caba aquello más que él mismo lo que era cieros que hablan como si redactaran car Hos no saben leer. sé también que, ya cierto me brindó la oportunidad de sustas, y burócratas que parecen hablar en toen lo particular, este caballo de mi cuen tituirlo. Se trataba de estudiar, sobre el te no de oficio y papel se! lado: Sírvase usto no ha de leer nunca lo que yo escribo. rreno, las pretensiones de un grupo de camted. Me es grato comunicarle. Por qué, entonces, insisto en rendirle pú pesinos, relacionadas con un asunto de tieMe gusta llamar a una, a la palabra que blico homenaje? La respuesta es bien sen rras. Deseaban ellos que un abogado fuera parece dictada para escrita, la palabra cla. cilla. Se trata, simplemente, de que este hasta allá, para exponerle debidamente el sica. y cognominar a la otra, a la que pa caballo merece el homenaje. se trata, asunto y pedirle que los representara. Pe.
rece oralmente pronunciada, palabra ro. también, de que, en todo homenaje parti. ro. esto es ya otra historia. La que me mántica. sólo porque me parece que repre cular, hay o debe haber una repercusión interesa es la del caballo. Voy, pues, a re.
sentan bastante bien a los dos tipos histó colectiva. Por eso, yo no escribo, en rea latar cómo lo conocí.
ricos: románticos y clásicos. Pero sin creer lidad, para que me lea el caballo. Escribo El tren me dejó en una pequeña y soli.
que por eso haya yo señalado, al fin, la úl.
para que este homenaje a un caballo sea taria estación, a mitad del camino de hie.
tima y más fina diferencia entre ambas cla. leído por todos los hombres. para ren rro que une a la capital con el puerto. Se ses de palabra. Es una distinción que me dir en él homenaje a todos los caballos. suponía que mis presuntos clientes me es.
resulta útil para caracterizar tiempos de la Sucedió hace mucho tiempo. En la épo taban esperando ahí. No había nadie. SóHistoria y tipos de hombre. Por de pron ca en que yo, con muy mediano éxito, lo había mucha soledad. mucho sol. So to, la palabra romántica parece encendida, hacía mis primeras armas como profesio bre todo, mucho sol. Un so! que no me hecha de la tela del fuego, en tanto que nal. Cuando todavía alentaba grandes ilu permitía alejarme del alero de la estación.
la clásica ya es en sí más duradera y con siones. Cuando creía en muchas cosas in Si yo, en aquel tiempo, hubiera aprendido signada a lo eterno, pues es más duradero cluyendo mi propia capacidad para triun ya a hablar solo, habría podido entrete.
y próximo a lo imperecedero el espíritu de far Alguien un colega había decidi. nerme haciéndolo. Pero, entonces, yo h2.
fuego que la palabra de piedra. Por de do rechazar una propuesta para acudir a blaba nada más que cuando tenía una perpronto, la palabra romántica es más apta un pueblo lejano donde se demandaban sus sona frente a mí. Ahora, en cambio. Pe.
para la transmisión oral, mientras que la servicios. Considerando que yo necesitaba ro no es de ahora, sino de entonces, que. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica