REPERTORIO AMERICANO Responso lírico a la bienaventurada MEMORIA DEL POETA AZARIAS PALLAIS (En Rep. Amer. sus sobrinos Raoul y Moncho TER ENCE Presbo. Azarias Pallais El último poema de San Francisco Hasta mi retiro, en el campo, llegó la triste nueva de su enfermedad.
Señor, que no se apague su luz. que no se apague.
Que tu palabra sea para el como el ungüento de divinas prosapias que mata el sufrimiento.
Señor, que no se apague su luz. que no se apague.
Tú sabes de su altura como hombre y como siervo.
y has visto en tus jardines sus cultivos de rosas, le has sabido mmero de tus piedras preciosas.
Tú sabes de su altura como hombre y como sieru Señor, que no se vaya. Señor, que no se vaya.
Consérvanos el néctar de sus orfebrerías.
Que nos siga ofreciendo sus misas de armonías.
Señor, que no se vaya. Señor, que no se vaya.
Pues derrama a su paso tu Fe y en tu alabanza le arrebata a la vida sus estrellas mejores permitidle que siga su fiesta de colores pues derrama a su paso tu Fe y en tu alabanza.
La noticia de su muerte ilegó hasta mi Aventino.
Por fn. Lo sucedido. La noche abrió su muro.
Ya rompió la paloma su jaula de cristales y el silencio se llena de voces immortales.
Por fin. Lo sucedido. La noche abrió su muro.
Ah, éste Padre Azarías con sus filosofías. su sotana yerta mis recuerdos de niño hilvanan las espinas de luz de mi camino.
Ah, éste Padre Azarías con sus filosofías.
El corazón me salta, venado sorprendido y un viento de amargura mis sienes apuñala.
Porque vino la Muerte rabiosa con su tala el corazón me salta, venado sorprendido.
Cuando el trino desflora la miel de su palabra qué inverosimilmente su garrula figura las estampas del tiempo depura y transfigura cuando el trino desflora la miel de su palabra.
No era un santo: era un hombre. No era un hombre: era un santo.
Olían a casullas sus versos y sus prosas porque cortaba estrellas y se quemaba en rosas no era un santo. Era un hombre. No era un hombre.
Era un sanito.
Cuanto mar le inundaba las inquietas pupilas.
Cuanto amor le angustiaba las entrañas abiertas.
Cuanta fe le manaba de las manos despiertas.
Cuanto mar le inundaba las inquietas pupilas.
Por la montaña insomne, inaccesible y vasta su caballo de fuego relincha en voces de oro tascando un horizonte de pájaros en coro por la montaña insomne, inaccesible y vasta.
Padre Azarias. Padre del limo luminoso.
Señor de las mayúsculas floridas y devotas que llevas en el ala la luz de las gaviotas Padre Azarias. Padre del limo luminoso.
Por tus virtudes poéticas la verdad absoluta multiplica en sus savias la experiencia interior que en ti fuera perfume, verso, símbolo y flor por tus virtudes poéticas de verdad absoluta.
Descansa ya. La tierra te sea de amapolas.
Que mañanas lavadas te den leche y aromas.
Se quiebren, en tu gloria, las clásicas redomas. Descansa ya. La tierra te sea de amapolas.
Agenor Argüello.
Hacienda Santiago. Nicaragua, 10 Setbre, de 1954. En Rep. Amer. Goteados adjetivos en una increíble esmeralda singular, nombres de estrellas, de sol y de luna, de niños, de cielos, de tierra, de mar verbos, como deshojadas rosas de una feliz mañana primitiva, verbos lavados sin las mentirosas literaturas de la muerte viva.
Adjetivos, nombres, verbos, así en inocentes palabras sencillas, como cuando eran repetidos sí, los hermanitos de las Florecillas.
Azul, azul, azul geografía, por aquí sí que no pasó Voltaire, nuevos ojos para este nuevo día de tan claro y tan dulce amanecer.
Pues son casi dos vidas paralelas, la de Francisco de Asís en Umbría, y con las más rigurosas cautelas, aquella otra del Hijo de María.
Aquella otra del Hijo de María por los siglos de los siglos amén.
Justicia, Paz, Libertad, Alegria por los siglos de los aglos amén.
Ahora si quedó la casa ilena, saturado buen olor del ungüento, macerados en lirro y zucena, rosas, y nardos, cincuenta por ciento.
Así se llamaba la niña, Ciara, y deslumbrudera su claridal, reflejándose impiz cau a cara en los espejos de la cassiduil. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica