Individualism

162 REPERTORIO AMERICANO Dr. GARCIA CARRILLO la buena disposición es la primera condición de la vida moral. Qué significa eso?
Kant trata de dar una definición: consiste en averiguar antes de cada acto, todo lo indispensable para actuar en cada situación en la mejor forma posible. Freud se inclinó a esa idea que le decía algo. Daba ella la contestación a la pregunta, cómo vencer las malas pasiones. Las doctrinas morales de los Estoicos y también Descartes en cerraban una idea idéntica: Las pasiones inquietan y destruyen, hay que saber disciplinarlas. Tenía razón Baruch Spinoza, cuando decía que una cosa deseamos todos: la paz equilibrada en nuestro interior. Sí, esta paz interna detuvo la atención de Freud. Pero. cómo conseguirla? agui Especialista en enfermedades Cardio Vasculares (Registro del Colegio de Médicos)
Metabolismo Basal necesidades y la posibilidad de satisfacer.
las. Esa idea individualista abrió nuevos horizontes al joven pensador.
Así buscaba Freud sus propios caminos que le parecían buenos y justos, en el teso.
ro intelectual de los eminentes creadores de doctrinas filosóficas. Buscaba teorías en las que el espíritu antiguo, revisado y reformado, pudiera unirse al humanitarismo contemporáneo. De todas las doctrinas sacaba la esencia para poder, al cabo de años de experimentación, llevar a la gente que sufre, la ayuda consistente en su propio método analítico que presenta su nueva ra.
ma de la ciencia moderna: el Psicoanálisis.
175 varas al sur de Plaza de Artillería aprendió de Holbach, que la satisfacción consiste en la completa armonía entre las México, 1953.
Página de la joven poesía peruana Envío de Oscar Acosta, Secretario de la Legación de Honduras en el Perú.
ESPOSA SEPULTADA EL DARDO Encerrado en tu sombra, en tu santa sombra, con el agua en las rodillas, te pregunto, es el peso del manzano, claveteado de estrellas, sobre mi corazón oscuro, o eres tú, cabeza fugitiva de las horas, novia mía enterrada, la que arrastras tu cabellera incesante como una botella rota, por entre mi sangre?
Yo no sé, señora mía, luto de mi amor, si eres tú la que reinas sobre tanta ceniza, o si es sólo tu sombra, tu velo de novia en el aire. poblado de perlas, naves y calaverasel que inunda mi alcoba, igual que un océano.
El río sensible como cuello de mujer al peso de las joyas nocturnas.
El lujo terrenal de las tinieblas sobre los muros vegetales.
La inclinada mitad de la tierra que se ilumina al paso de una (pantera.
La luna de encrespadas cañas en las heladas orillas fluviales.
La melancólica continuidad de las olas desplegadas con silencioso impacto en la distancia.
Los lechos murmurantes de la luz en el follaje último del cielo.
El país amurallado por el lápiz tenaz de los planetas.
La habitación, los alimentos henchidos de una mortal palidez.
La mano que gira las invisibles poleas del sueño.
La pluma en que no corre sino la sombra del mundo.
El ojo humano, el frío humano, la captación del olvido.
Jorge EIELSON.
Javier SOLOGUREN.
HABITACION EN LLAM AS REMORDIMIENTO EN ALGUNA CALLE Es preciso que combata ahora contra ti, que huya o me defienda, pero que no caiga atravesado por tu rayo, vencido por las plumas de que están hechos tus golpes.
Perdido en un negro vals, oh siempre, siempre entre mi sombra y la terrible limpieza de los astros, toco el centro de un relámpago de seda, clamo entre las grandes flores vivas, ruedo entre las patas de los bueyes, embriagado. Oh círculos de cieno, abismos materialse. he de prenderos fuego un día, he de borrar el sol del cielo, el mar del agua. he de llorar acaso ante los fríos cielos naturales, como ante un ciego, vasto, inútil teléfono descolgado?
Estoy en alguna calle de Lima y huele a frito pobre, a lámpara de aceite, y puede tomarme por sorpresa, mientras silbo, tu violenta caricia que impide florecer joven, que impide amor y libertad con su pesada sombra de recuerdos.
Jorge EIELSON.
POEMA Bien, estoy dispuesto a combatir contigo.
Sé que estarás armado con mis debilidades, mi caminar de noche, mis vasos de vino, la mujer que tiernamente me llamó enano y el derroche de éste o aquel dinero que no era mío.
Arbol que eres un penoso relámpago, viento que arrebatas una ardiente materia, bosques de rayos entre el agua nocturna. he de decirles que para mí se está formando una pesada joya en mi corazón, una hoja que hiende como una estrella el refugio de la sangre?
Canta en mí, soberbio, hunde tus agudas garras en mi vergüenza, pues estoy en alguna calle de Lima y me siento indefenso como los reyes destronados, como los viejos que se han prolongado demasiado, como no sé qué cosa antiquísima.
Ignor otra mirada que no sea como un vuelo reposado y profundo, ignoro otro paso lejano, ola que fuese más clara que la vida en mi pecho.
En fin, nadie está libre de remordimiento.
Sebastián SALAZAR BONDY.
Sepan que estoy viviendo, nubes, sepan que canto, bajo la gloria confusa de la tarde, solitario.
LAS HORAS VACIAS Sepan que estoy viviendo, que me aprieta el cielo, que mi frente ha de caer como lámpara vacía a los pies de una estatua que vela tenazmente.
Me has dejado este fruto tardío, esta opaca luciérnaga entre la bruma, esta dádiva inútil, para encender mi corazón.
Javier SOLOGUREN.
11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica