Sacco y Vanzetti

REPERTORIO AMERICANO 133 Sinfonía de la silla eléctrica Lic. Aníbal Arias Por Manuel CRESPO Dr. García Carrillo (En Rep. Amer. Abogado y Notario Entre y minutos y y 11 minutos nueces en los jardines de la Casa Blanca.
de la noche del 19 de junio de 1953, ani. De pronto, se hizo al aire la voz. El Te.
Apartado 2352 versario 14 del matrimonio de Julius y fe de la Nación Más Poderosa de la Tierra San José. Costa Rica Ethel Rosenberg, murieron éstos quema anunciaba: dos en la silla eléctrica de la cárcel de Sing Los Rosenberg pueden haber conde.
Sing, Ossining, New York. Todo ocurrió nado a la muerte a decenas de millones para dar exactitud cronométrica y crono.
de personas del mundo entero. La ejeculógica al suceso. Los números hacían tem ción de dos seres humanos es un hecho blar el aire y la muerte venía. En otras grave. Pero mucho más grave es pensar partes del país, a las y de la noche y en los millones de personas cuya muerte a las y 11 de la noche del 19 de junio, podrá quizá atribuirse a lo que han he salían trenes de las estaciones o llegaban cho estos espías.
autobuses a los terminales. En Sing Sing, CARDIOLOGIA (Radioscopía y Elecla eficiencia mecánica y la eficiencia de Los números comenzaron a girar. Vo trocardiografía. METABOLISMO, Estado, juntas movían, con diferencia de laban, en la cárcel de Sing Sing, las poleas, VENAS VARICOSAS.
las bandas volaban. Las agujas eléctricas minutos, primero el vagón donde viajaba Julius Rosenberg y, luego, el más peque.
se agitaban locas.
ñito de Ethel Rosenberg, su esposa. Estos Exactamente minutos de comenzado Sus teléfonos: 1254 y 3754 vagones salían para la muerte. En aquellos el Sabbat, Julius Rosenberg primero, Ethel trenes o autobuses, John y Mary, Jack y Rosenberg luego, entraron a la Cámara de Peggy iban de week end a la playa, o arrila Muerte. Noche del 19 de junio de 1953, Ethel. El rabí Koslow la veía partir, y leía aniversario 14 de bodas. Los relojes de la baban, en viaje a las montañas.
La escarcha en los vagones donde via cárcel esperaron. Las agujas eléctricas esel salmo 15. La veía partir, y leía el salno 31.
jaban Julius y Ethel Rosenberg hacía cru.
peraon. En el vagón, Julius Rosenberg En tanto la mente de los hombres, en gir los ramos, mojaba los adioses, rasgaba esperaba. El instantero marcó: y niilos pueblos todos, devanábase entre la conlas plegarias que el mundo habíales man.
nutos de la noche. En otras partes del ciencia jurídica y la conciencia histórica, dado en el aniversario 14 de su boda.
país, trenes o autobuses, salían o llegaban, entre el es y lo que puede ser. en tanGritaban las maldiciones en el vagón de cargados de parejas, rumbo a la playa o to su corazón buscaba camino entre la noJulius Rosenberg. Gritaban las maldicio las montañas, o de regreso de ellas, a las che de la ley y la noche de la piedad, los nes en el vagón de Ethel. y minutos de la noche. En la cárcel de El espionaje les vaciaba, como sal, en Sing Sing, a orillas del Hudson, en cuya vagones de Julius y Ethel Rosenberg corrían, corrían, corrían, separados, por las las entrañas. El espionaje les cocía las en otra ribera los pequeños Michael y Robert rutas de la muerte. Una gorrita blanca le trañas.
Rosenberg pegados estaban a la radio, tres 1928. Sacco y Vanzetti. Entonces hubo descargas eléctricas de 000 voltios dooos protegía del frío a Ethel. Un chal de oraciones con hebreas letras cubría los hombombas. Explotaron bombas. Hubo miem dooos dooos movían el vagón en bros de Julius Rosenberg. La escarcha golbros desparramados en una calle de Bosque Julius Rosenberg partía hacia la muerpeaba los vidrios. Los ramos adentro, las ton. Esta vez no hubo bombas, hubo dite. El rabí Koslow lo veía partir, y leía el súplicas, los adioses, las plegarias crujían.
seños de bombas entregados al enemigo, salmo 15. Lo veía partir, y leía el salmo 31.
Los cohetes de las maldiciones estallaban Los números volaban vertiginosamente.
que no eta, que sería. Crimen de traición. en la noche.
se dijo. El Hoy gritaba: traición. Trai.
Pasados minutos de las y 4, a las El vagón de Julius, el vagón de Ethel, ción. traición. traición. gritaba el Ma. y 11 en punto de la noche, descargas corrían, corrían, corrían por las rutas de ñana. gritaba el Pasadomañana. Crimen de 000 voltios dooose a los segunla muerte.
perfecto, crimen tridimensional, de espa.
dos: dooos, a los 57: dooos, a los 57: dooos, cio y tiempo e historia.
a los 57: dooos, movían pesadamente, con Bogotá.
Los jueces. Los jueces eran dijeron: ser más ligero, el vagón donde viajaba Tercer domingo de junio de 1953. Muerte. dijeron. Que la Vida sea escuchada de nuevo! Un juez entre ellos, el juez Douglas, que había escalado el mon.
223 Christie Street te más alto de Turquía, en final recurso.
al Tribunal dijo: En estas cámaras falta (En Rep. Amer. aire y hace falta luz. Los jueces se reuTodas esas personas familiares con la pan y sopa por lo menos 300 personas en nieron. Tres veces los jueces se reunieron.
monstruosa ciudad de Nueva York estarán necesidad y en hambre. Aquí se cuida con Muerte. Vida. Muerte. Vida!
de acuerdo conmigo cuando le doy el ca amor a 45 personas de los miles que exis se oía en la sala de los jueces. Al otro la lificativo de monstruosa. Aún los neoyor. ten en el país más rico y próspero del mundo del mar, el Papa lloraba. este lado del kinos empedernidos, cuya vida cesaría si do, cuya civilización y vida comunal, egoísmar, Einstein, Sumo Sabio, decía. Cle.
se les forzara a vivir lejos del formidable ta, ha roto el balance tenue que mantiene mencia. Clemencia! resonaba entre los traqueteo del subway y del incógnito ab la mente y el espíritu sanos, y las ha conmuros de la Tierra. Los oídos de Julius y soluto en que viven en medio de esa gran vertido en desperdicios humanos. aquí Ethel Rosenberg no podían más. Ino masa de humanidad, que corre y corre, me también vive un grupo de cristianos catócentes. Malditos. Inocentes! Mal darán la razón de llamar a Nueva York la licos que predican y viven la pobreza voditos! Los pequeños Rosenberg, Michael ciudad monstruosa por excelencia.
luntaria a la San Francisco de Asís, y la y Robert, oían todo esto, veían todo esto, Pero aquí, a pesar de todas las cosas que práctica de la caridad y el servicio al popegados a la radio y al telón lumínico de la hacen sufrir y despedazan la sensibilidad bre a la San Vicente de Paul, como los úniTV, en su hogar, a la otra orilla del Hud humana, milagros increíbles siguen a las cos medios de obtener la paz. Esa paz de son, cuyas aguas, al frente, lamen las ro maravillas materiales de este siglo de cien la que mi generación no ha gozado nunca.
cas de la cárcel de Sing Sing.
cia y tecnología. en 223 Chrystie Street Mi primer contacto con el Catholic WorkLos números estremecían el aire y la uno de esos milagros se ha estado desarro er Movement, como es conocido este grumuerte se venía.
llando desde hace 20 años en medio de la po por estos lados, la tuve a través de la Los espías Rosenberg, detrás de las ha suciedad y del desperdicio humano de la autobiografía de su líder, Dorothy Day.
rras, repetían. Somos inocentes. So. cultura neoyorkina.
Más tarde, gracias al énfasis dado en Havermos inocentes. Somos inocentes ante 223 Chrystie Street, conocida por los bo ford College, en donde acabo de obtener Dios y los hombres!
rrachines de la Bowery por el nombre de mi título de Master of Art in Social and Se hizo el silencio. El mundo se apegó Saint Joseph Hospitality House. en don. Technical Assistance, de poner en contaca las radios, ajustose los audífonos. es de a diario, a pesar de la inmensa prospe to personal a los estudiantes con las persoperó. Sobre la Casa Blanca revoloteaban ridad con que la guerra ha regalado a los las palomas de junio, las ardillas cascaban Estados Unidos, hacen línea para recibir The Long Loneliness, by Dorothy Day. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica