Socialism

290 REPERTORIO AMERICANO nes os referíais, uno de los más populares y leídos el primero, y uno de nuestros clásicos y más admirados estilistas el segundo, me pareció extraordinariamente gracioso. Si éste, decíais del primero, tenía la inocencia y la frescura de las criadas recién llegadas del campo, el otro tiene la zafia inventiva de la sirvienta que con escasa inteligencia se ha enterado de las marrullerías del gremio.
Pero no os habéis ocupado solamente de literatura. Vuestras Divagaciones Filológicas, que yo me atrevería a llamar el más atractivo de vuestros libros por la manera.
amena, liberal, en ocasiones picante, que ha sido la vuestra para acercaros a los temas áridos y comprometedores, le abren al ingenio muy amplias perspectivas y le ofrecen a la curiosidad buen alimento. Os habéis complacido en soñar acerca del porvenir del castellano en relatar jugosas anéc.
dotas, explicativas de muchos cambios, de muchas adiciones y de muchas anomalías, como aquella respuesta de Luis XIV al cortesano que tímidamente se atrevió a decirle: Señor! Carroza es femenino. Será en adelante masculino. como ha continuado siéndolo desde el lejano día.
Cuánto complace hallar informaciones, aunque para muchos no sean sino confirmaciones, de que viene del árabe la palabra Sin título (Dos poemitas en el Rep. Amer. defensor de su memoria.
Años después os pusisteis en contacto con otro predestinado. Fué vuestro amigo.
Se llamó vuestro discípulo. Dialogó con vos en incontables ocasiones, en diferentes épo.
cas, hasta abriros en la Ciudad Fecunda las puertas de su casa, convidaros a pasar en su compañía estimulante y maravillosa largas épocas, y morir, casi ante vuestros ojos, en una agonía en que lo seguimos, estremecidos de dolor, ungidos de lágrimas, en toda la república. Era Guillermo Valencia. De él supísteis decir, lo mismo que de Silva, muchas cosas trascendentales. Pero a mí siempre me suenan en los oídos y en la mente los armoniosos golpes de esta anunciación: Tenía un espíritu preparado para iecibir en labor tumultuosa las nuevas ideas de su tiempo y para reflejarlas en una olera poética donde hay páginas que devuelven el brillo de las antorchas con que fue anunciada nace treinta años una buena. veva.
Me he detenido en esos dos predilectos, tanto porque me hago la ilusión de que se hallan presentes en la sombra para participar en esta fiesta de admiradores y de amigos, con ocasión de un aniversario que a todos nos alboroza, como para contradecir a quien se atrevió a expresar torpe.
mente que no érais un crítico colombiano porque os ocupábais sólo en el estudio de autores y libros extranjeros. Cómoda y a un tiempo peligrosa manera de cambiar la nacionalidad. dijísteis con una le.
ve sonrisa. os extendísteis en el prólogo de una de vuestras más apreciadas obras a explicar cómo había mayor imparcialidad, mayor facilidad, mayor independencia y mayor justicia, o sea, en conjunto, mayor acierto, en la labor que se os reconocía como exclusiva.
Pero no es exclusiva. Me atrevo a ase.
gurar, con la autoridad que me da el haber sido reconocido por vos, en ese mismo prólogo de Crítica y Arte, como uno de los colombianos más dedicados a analizar las obras de compatriotas muertos y vivos, que son pocos los que aquí pueden rivalizaros en la misma tarea que en forma tan ligera se os desconoce. Tenéis ante todo un libro bautizado Letras Colombianas, en el que no contrapusísteis sino asociásteis el método de Taine y el método de Brandes para juzgar a los cultivadores de las le.
tras en nuestra literatura derivada. dividida en seis etapas, desde la fuente española y colonia! de aspecto clásico y de tendencia histórica, mística o burlesca. hasta Diego Uribe, José Eustasia Rivera, Ismael Enrique Arciniegas, Víctor Lon.
doño, Eduardo Castillo, Porfirio Barba Ja.
cob y Tomás Carrasquilla, para citarlos en el orden en que todos esos caballeros del espíritu fueron desapareciendo.
Hay muchos, además, a quienes habéis contemplado en artículos consagradores o de valioso estímulo o de crítica agridulce desde Camilo Antonio Echeverri, Antonio Vargas Vega, Fidel Cano, José Ignacio Escobar, Juan de Dios Uribe, Antonio José Restrepo, Luis Eduardo Villegas, hasta los que para fortuna de la patria aún viven, como Cornelio Hispano, Armando Solano, Rafael Maya, Germán Arciniegas, Hernando Téllez, Jaime Posada, y me atrevería a decir que docenas de jóvenes poetas, autores de cuentos, ensayistas, pichones de historiadores, que os han dejado un libro para vuestro deleite o han ido a consulta roslo. Lo más duro que de vos he leído, Maestro, por la clase de escritores a quie.
Sumergido en el pozo se halla el tiempo.
No hay baldadas, también duerme el aguador.
ojalá, que la linda soprano Graziano, de Bucarest, encontraba digna de ser considerada como la más encantadora de todo el castellano. Satisface reconocer, basada en el uso de Colombia, México y la Argentina, la expresión dejar constancia que, a pesar de nuestras cámaras, se ha empeñado en echar a la espalda la Academia Española. como es de bien que conste, como lo habéis hecho, que es en las imprentas donde no nos dejan usar el dativo plural les, porque el corrector de pruebas siempre borrará la s, en expresiones como les dije. aunque se refiera a varios.
Lo dicho de vuestras excursiones y de vuestras vendimias en el campo de la gramática y de la filología es susceptible de aplicárseles a las matemáticas, las ciencias naturales, la psicología, la sociología, la política, la economía, el gobierno, todo lo que en el arte o en la ciencia se relacione con el hombre y con la vida. Nada habéis descuidado. Muy pocos entre nuestros compatriotas pueden haber hecho suyo, como vos, el verso de Terencio. Así, nada de lo humano os ha sido ni os podrá ser extraño. vuestra curiosidad ha ido desde el infusorio hasta la energía nuclear, desde el salvaje hasta el sabio, desde la palabra canoa y el cayuco del indio hasta la Gioconda y hasta esas canteras evaporadas y esas parálisis del viento que, según Juan Lozano, son las catedrales góticas. todo lo habéis hecho con una gran sencillez, sin vanagloria, recorriendo el vasto mundo, estableciendo comercio intelectual lleno de curiosidad sobre los peque.
ños, como sobre disciplinados batallones de hormigas. Os habéis dejado llevar. Siendo de naturaleza y hábitos sedentarios, casi inmueble. decís, es quedáis donde os ponen y os dejáis llevar a donde os impul san los acontecimientos. Pero el viento ha sido propicio y habéis ido muy lejos: lo mismo sobre la superficie terrestre que en los campos del conocimiento: No habéis tenido miedo de ninguna idea como idea. La habéis examinado, pesado, medido, analizado, para acogerla o para desecharla, y habéis practicado, esperando lo mismo en cambio, la más exquisita tolerancia. Gentes del fascio y de la horca, del cuchillo y de las flechas, se han escandalizado porque habéis dicho que es interesante como experiencia humana la gran revolución de Rusia. se han asustado de que en un artículo sobre Bernard Shaw y el sentido común hubiérais escrito bellamente: El socialismo no es ni una novedad ni una abominación disolvente. Ni siquiera es un partido político. Es una aspiración del corazón humano y una interpretación nueva de ciertos hechos económicos.
Frente a vuestra actitud vuelvo a Sócra.
tes. No es verdad, decía él, que eso que la generalidad llama templanza, esto es el no dejarse uno arrastrar de las pasiones sino mirarlas con desdén y mantenerse con moderación, no es verdad que conviene sólo a los que más despego muestran del cuerpo y viven dedicados a la filosofía? Habéis sido, Maestro, más que por vuestras palabras, por vuestra actitud, una enseñanza. Nos habéis enseñado a todos a vivir con moderación y a pensar sin miedo. a levantar la protesta, para que los déspotas nacionales o internacionales no vayan a decir: ese hombre tiembla! en este vertiginoso correr de los sucesos, cuando un progreso llega sobre otro progreso como una ola sobre otra ola en el mar; cuando las costumbres se van moTú danzas en lo obscuro, cada gesto es un pliegue en la noche.
Hay aromas rodeandote y un solo silencio que abrasa tu nombre ¿Atisbas tras la abierta ventana?
Pero había una ventana abierta y sobre la luz cabalgabas sombra invisible!
Cederán las pupilas su mirar Florecerán los sueños en la ciudad dormida.
No estábamos tan solos!
Tú rondabas la noche y tejías en las sangres nueva vida.
Eras el viento narrador de verdores a las hojas caídas.
Aún no es el día y sin embargo todo está tan claro.
Olga KOCHEN Costa Rica. Abril de 1952. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica