Communism

REPERTORIO AMERICANO 223 Llora no sé qué pena subterránea. No encontré palabras para decir tu nombre, innominada!
Tu nombre es inefable.
Está en todo lo que tienes de dulzura y de gracia.
En las gotas de miel de tus pupilas, donde vibran, como abejas afanosas, tus pestañas.
En los musgos y las rosas de tu piel y tu fragancia. Madera de Amighetti. En el cálido milagro de tus breves y redondas azucenas, prisioneras entre pétalos de nácar.
Crepúsculo de la innominada Es uno de los poemas del libro Evocación de Xande, por Fernando CENTENO En los vinos embriagantes y recónditos perfumes de tus cráteras.
en busca de algo que jamás alcanza. Quién ha encendido todas las lámparas. Quién ha soplado sobre esas llamas. Quién hizo de la tarde inversa aurora y quién su tornadiza rosa deslumbrada. En la lengua que los pájaros aprenden de las arpas?
En los pájaros dormidos a la sombra de tus brazos, y en tus manos, mariposas en un sueño de crisálidas. Cielo arriba, por el viento de la tarde, en dos triángulos con alas, hacia el Sur van los pájaros. En el tímido reclamo que repiten las palomas enceladas?
He aprendido a conocer tu nombre, innominada. He aprendido a pronunciar tu nombre más allá de las palabras. Amada, yo quisiera, mientras dura este crepúsculo y las aves emigran, hallar una palabra para decir tu nombre, joh innominada. En las voces proletarias de la hormiga y de la abeja. En el teléfono sutil de las arañas?
Por el viento retardado, cielo arriba, vuelan pájaros tardíos en geométricas bandadas. En esa voz, de espumas y distancias, gaviotas y tormentas, que en mis oídos llevo aprisionada?
Una palabra desconocida aún, y primitiva, y diáfana como todos los cantos y los himnos que, antes de ser el Tiempo, dijeron los bosques y las aguas.
El crepúsculo una a una va apagando sus lámparas. En qué cielo, vacío ya de ángeles, habitado solamente por sus alas. En qué húmedos países del Llanto. De la Dicha en qué mínimas comarcas. Consiga usted en librerías de esta ciudad Evocación de Xande. Precio: Exterior: dólar. En qué idioma de luz pudiera yo encontrarla. En el cándido lenguaje del alba. En la lengua suspirante del crepúsculo. En la ingenua voz de la mañana. En qué islas nocturnas del Sueño, pobladas de nombres y vidas fantásticas. En los signos y mensajes estelares que interpretan los astrólogos oscuros de la noche?
Amada, cuando apague el crepúsculo sus llamas, y la noche, con su brea, cubra el mundo, la blancura de tu cara la anémica existencia de los lirios y las aguas, brotará del silencio esa palabra.
La palabra de tu nombre. dónde hallarla. En las voces del viento, de las torres y los árboles colgadas. En esa voz de aire que en el aire solloza Se han quedado los árboles sin sombra. a qué país emigrará su sombra. peridad al campesino. No se llevaron a cabo tos. Luego, acudió al crédito en los Estados y España sigue siendo un país en que hay Unidos. Ahora, con la situación elevada a la un pequeño círculo que manda y una multi categoría de aguafuerte de Goya, se mueven tud. No hay una fuerte clase media. Es un país todos los resortes imaginables para reanudar empobrecido por la reacción, por la ineptitud unas relaciones fructuosas con los Estados Unioficial y por el desperdicio de la tierra y los dos. El New York Times concluye: Si nuesrecursos naturales.
tro gobierno y otros gobiernos reanudaran esDice en seguida el periódico cómo España, tas relaciones diplomáticas en toda su extenel país de los trigales y los olivares, tuvo que sión, esto parecería implicar que estuviéramos acudir a importar grano de la Argentina, has perdonando a Franco lo que hemos conside ta que la Argentina se prestó a abrirle crédi rado como una violación de los derechos civiles del pueblo español. Si le damos el trigo, también parecerá un acto de perdón. Pero no va a ser Franco quien se coma el trigo, sino el pueblo hambriento de España. Este es el dilema: si le prestamos dinero para que España tenga pan, daremos al sistema de Franco una mano para que viva por más tiempo. Si no le prestamos el dinero, restaremos a buena parte del pueblo español días de vida. No hay solución perfecta ni ideal. De lo que debemos estar seguros es que en nuestra oposición moral al comunismo no debemos ofrecer un apoyo a los dictadores de la derecha. así, mientras aquí se razona de esta manera y en Argentina se hace la indicación de que no está dispuesta a hacer un sacrificio por Madrid, en Moscú se redactan las minutas de un acuerdo comercial. El general Franco espera, listo para oír propuestas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica