8 REPERTORIO AMERICANO Elegía en cuatro tiempos Fernando Centeno Por Isberto MONTENEGRO (En Rep. Amer. Tres obras de excepcional valor poéti y océanos lunares, co acaba de presentar al público el hondo poe. tu cuerpo ta Fernando Centeno. Un nombre amplia. flor primera de carnemente conocido en las letras patrias, y más allá y tu vida de ellas. Son estas obras: Signo y Mensaje, y tu sangre.
Rapsodia de Aglae y Evocación de Xande.
sucesión de poemas esta última que en con Para el poeta en Ella se atesora todo el mundo de las cosas: los sueños, la esperanza.
junto plasman una maravillosa elegía en cua.
la belleza, el ritmo, la medida, la armonía y tro tiempos de una subyugante hermosura.
Evocación de Xande, es en realidad un so.
un todo supremo: el amor, suma de todas las lo poema sutilmente dividido en cuatro perío.
sumas generosas y generatrices del ser.
El hombre entonces no tiene aún idea de dos: Preludio. Advenimiento. Partida. y Presencia, que en conjunto encierran el todo la muerte. Es la época cuando él es todo poder de creación. Es fuerza, vigor, simiente de otras creado de una impresionante concepción sen.
vidas.
timental que le trasmite a la obra, en su inte gridad, un irrefutable carácter de permanencia Sobre la tierra aún no ha florecido la muerte.
en el tiempo y el espacio de lo maravilloso.
El hombre todavía ignora su mensaje.
El poeta Centeno se revela en su obra.
Transcurren las horas en que palpita en o vuelve a revelarse en ella, en toda la mag.
la naturaleza el milagro de la vida. Dios mis.
nitud y brillantez de su estro. Mejor aún, en mo está entrañado en ese ser y sin saberlo qui.
toda la madurez de su sensibilidad poética. zá, el hombre se acerca a El en su poder de liega de esta manera a una especie de sublimacreación.
ción en las aladas formas de sus versos en Todo aquel amanecer, ese primer amanesazón y evocadores de un recuerdo del alma cer, es una redención de la vida y ésta trae con.
que no tiene finitud; de un recuerdo que llesigo, en su entraña de milagro, el principio de ga a convertirse, se podría decir, en la fuerza ella misma.
suprema de todas las fuerzas del espíritu, en ¿No es esto acaso lo eterno. La eternidad la fuerza inextinguible y todopoderosa del en la fuerza del amor?
amor.
Maravillosamente, como todo lo que brota Yo comprendo el génesis del mundo de la inspiración creada y creadora de las alcuando empieza tu cuerpo a despertarse.
mas poseídas de lo poético profundo, el poe. El mito adámico está presente en el pri.
ma en realidad no sólo aparece, sino que pue mer instante de todos los seres de la humana de afirmarse, que surge como si, en un momen creación. Entra el hombre solo a la vida y ésta to de sorpresa, aflorase de un génesis. de un le ofrece su paraíso. Mas este paraiso ha de ser génesis evocador del primer amanecer de un sacrificado al designio del mismo derecho a ia mundo excepcional, de un mundo de fantasía.
vida. Está en esos conceptos el dolor simbóli. No es acaso el génesis de un nuevo munco de la primera caída, del primer sacrificio do el nacimiento de cada ser?
y la evidencia de que no se puede producir la ¿Cómo empieza a desarrollarse el poema? vida sin el dolor.
El poeta duda, como han dudado todos En el principio de las cosas, el ansia de vi.
los poetas y filósofos y santos y héroes al ini.
da tiene hondas interrogaciones para el homciar su canto, su doctrina, su hazaña o su ba.
bre. talla. La duda precede siempre todas las grandes realizaciones del espíritu o de la materia. En qué cielo recóndito de lunas distantes ¿Cómo? Es la incógnita tremenda siempre.
te ocultas, oh presentida?
Mas al fin, en el poema de Centeno, sur. Pero ha de venir y no ha de ser buscada ge ese mundo esperado como si de pronto se aquella que se espera? No. El hombre, como produjese un inmenso y cegante resplandor de agente de la vida, va en busca de Ella, la otra creación.
parte adámica de la existencia. Dónde está?
El poeta dice: En un ideal que el amor vuelve más hermoso cada vez: Es el alba primera del mundo.
En todo lo que tiene celestes claridades: Y, ciertamente, como en el primer amane en la luz invertida de los astros, cer del mundo; como en el primer alumbraen el vuelo invisible y callado de los ángeles.
miento del sol; en el primero de todos los as la búsqueda ha de ser perpetua: tros y de todas las estrellas; del mar; de las flores; de las aves; del canto; del ritmo y del Mi amor sigue buscándote, buscándote color, todo diríase que se anima y se enciende y le pregunta al fino oído de las corzas en iris. Todo inicia su ritmo y su canto. El si puede, en la distancia, adivinarte.
verbo, la vida, el hombre, y el árbol y el inMas en el alma que busca, ya se ha prosecto y la estrella y el agua. Todo, la Naducido su advenimiento. un día ella vendrá, turaleza en su poderoso esplendor.
en su forma corpórea, sensible, inspiradora, en ese génesis una nueva existencia.
creadora también.
Mientras en el cielo florece la rosa de las Vendrá, porque así lo pide el designio aves. el poeta evoca su advenimiento. Ella.
inexorable de la vida.
ella la amada.
El poema ejecuta un preludio. Hay una Vendrás a mi: mi corazón te aguarda.
florescencia maravillosa. Es el primer brillo Vendrás a mí, desde el fondo del tiempo, de aquella luz que irradia de Ella. Es como por senderos de lunas y de agua.
una primera emoción del ser. la orilla del mar, Ella ha nacido.
sobre la playa, Fué nacido tu cuerpo.
saludaré tu presencia Entre ríos de miel y diré tu nombre con grandes palabras.
Los mares abren siempre distancias y las ldnas soleadas añorantes. La esperanza se columpia entre esas dos dimensiones del ensueño. Ella llegará, llega siempre y cuando ha.
ya llegado: Detrás de nosotros quedará el mundo y nuestras huellas juntasque lentamente irá borrando el agua.
Volvamos al poeta: habrá entonces atardeceres de adoración: Porque tú has venido, ungida de astros y de lumbre, para bañar en claridad mis días; porque tú, en el ara de tu pecho, inmolaste dos alondras de blancura y el corazón callado del silencio.
Habrá también ritos de amor: Porque un dios te hizo con la diáfana sustancia de los ángeles. mas ella es la mujer, la hembra también, y la especie por los siglos de los siglos ha sido, es y será siempre, una ley. Desnuda brilla tu imagen en lunas de claro espejo y aromas vienen del mar en la rosa de tu cuerpo El deseo se adormece luego en su plenitud exhausta. surge otra vez una pregunta extraña. Lo entiendes?
Amada, yo quisiera, mientras dura este crepúsculo y las aves emigran, hallar una palabra para decir tu nombre, oh innominada ¿Cuál es ese nombre singular que el poeta busca. No encontré palabras para decir tu nombre, innominada.
Tu nombre es inefable.
Está en todo lo que tienes de dulzura y de gracia. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica