REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Tomo XLVII San José, Costa Rica 1951 Jueves 15 de Marzo NO Año XXXI. No. 1124 ANDERSEN, el abuelo de los cuentos La autobiografía que Andersen escribió y las historias que se han escrito alrededor de su persona y obra, forman otra novela dentro de los romances, poemas y cuentos de que fué autor; quizás la gran novela que anhelo escribir siempre, y que nunca le fué dado hacerlo.
No es menos interesante el mismo abuelo dinamarqués contador de encantadores ovillos de relatos que cualquiera de los personajes de esas obras que conmueven al mundo de la niñez.
Hay que empezar por decir que Hans Christian Andersen comenzó por fabricarse.
vestir y animar, un teatro de títeres, cuando ya a los once años, no pudiendo ir más a la escuela por la muerte de su padre, el buen zapatero remendón siempre enfermo, con quien vivía en el mismo cuartito, en la pequeña ciudad jardín de Odense, en la isla de Finen, una de las islas que por centenas forman a Dinamarca, tuvo que realizar sus propias ideas para seguir adelante. Lo extraordinario es que aquel chico interpretaba con sus fantoches dramas de Shakespeare, nada menos. Sus padres, tacha.
dos de demasiado indulgentes y supersticiosos, dejábanlo a falta de alimentos y comodidades pues su miseria era cruel, dar vuelo a su imaginación. Por, 1819 llegó para el chico la crisis vital: las gentes prácticas que no lo dejaban morir de hambre, resolvieron dedicarlo a sastre, en tanto que Hans empeñábase en cantar trozos de ópera. Del conflicto saltó el primer viaje a la capital danesa donde por ocho años deshilvano penosamente una bohemia misera, a pesar de contar entre amigos al director del teatro real, Jhonas Collins, a los grandes actores Weyse y Siboni, y al poeta Guldberg.
Faltóle la voz para tenor, y las piernas para bailarín, cuando le dieron oportunidades; devoro hambres dignas de Knut Hamsum, y al cabo de esta etapa, alcanzó, no se sabe cómo una pensión real para estudiar igramátical en Slagelse. Sus estudios en 1827. Elsinore, el castillo de Hamlet, produjeron al final de sus años el drama Ser o no ser. Esos fueron los rudos años de su vida, confiesa en su autobiografía; y por ello su primer libro en 1822, desenterraba espíritus de sus tumbas en Palma toke. Cierta vez, en el peor de esos tiempos juveniles, gastó la única moneda que poseía en comprar una de las novelas románticas de Walter Scott y leyéndola olvidó el hambre y el frío y se sintió feliz. los veinticuatro años comenzó a saborear las mieles del éxito. El sufrido muchacho excéntrico y vivaz, publicó dos libros que llamaron sobre él la atención: una Jornada a pie del Canal Holman a la Punta Este de Amager y un tomo de versos. Los libros se vendieron por su chisporroteo imaginativo, y cuatro años más tarde el poeta tuvo lo suficiente para lanzarse por los caminos de Europa. En los montes del Jura comenzaron a hablarle aquellos duendes y hadas, elfos y ondinas, que más tarde turbaron el seso a Heire y a Hoffmann. En 1834 volvió a tropezar con los fantasmas en Roma, mientras los filólogos Grimm, Bopp.
comenzaban a exhumar de raíz las primitivas historietas sánscritas, germanas, medioevales.
Por Humberto TEJERA (En El Nacional de México. Abril de 1950)
pléndidos interesantísimos cuentos, pues entonces se transformaba en un mago: todo se volvía encanto alrededor la admiración y el amor abrían sus corolas a su paso. Llegó tiempo en que todas las puertas se abrían para recibirlo con agrado, y en que los niños pe.
dían como premio oír al abuelo Hans.
El poeta se confesó a sí mismo en el cuen.
to del Patito Feo, aquel más feo de todos los patitos de la camada, que sufrió tantos desde nes y persecuciones durante su pequeñez, por que no se parecía a los otros; esto, precisamente, porque en vez de ser un pichón de pato, era un pichón de cisne. Así es la autobiografía de Andersen, que él supo con genial arte convertir en parábola que se lee en todas partes con emoción y dulce tristura. Muchos poetas patos se han acercado después a beber en la fuente donde moja de iris sus aletas desmanadas el patito feo.
Uno de los cuentos, o más bien de las parábolas magníficas, de Andersen, es la del Niño Lisiado. Erase el hogar de un jardinero y Hans Cristian Andersen su mujer, que tenían cinco hijos. El mayor, Hans, lisiado de nacimiento. Sufrían por ello los padres, excelentes campesinos, entregados a Pero Andersen no tomó el camino de la erudisu labor ancestral y con un amor inseparable ción, ni de las excavaciones científicas, sino al suelo que prosperaba con su sudor. En una de las navidades, los señores dueños de la man.
que apenas cabrilleaba en sus ojos una sugerencia ya tenía bastante para que funcionara el sión a que pertenecían, repartieron juguetes a prodigioso teatro de marionetas que llevaba en los niños. Al pequeño lisiado sólo le tocó un su ánimo, familiarizado con todo lo gentil, librito de cuentos, lo que los padres vieron con maravilloso y poético, desde que ensoñaba al malos ojos, ante los útiles y hermosos regalos ritmo del claveteo de zapatos de su padre.
que habían tocado en suerte a los demás chiEn adelante sus triunfos crecían con sus cuelos. No engordará mucho con este manojo libros, aun cuando él se empeñara siempre en de papel nuestro chamaco, pensaban los paconquistar un dominio literario que era para dres. Pero he aquí que la vida espiritual del otros, y ponía en segundo término las verdalisiadito se nutrió con este libro. Leyó él misderas musas que lo amaban: las Hadas. Publi. mo aquellos cuentos a sus padres, y comenzó có en 1835 la novela El Improvisador, y dos a humanizarlos. Más tarde, le hicieron otro años después otra. Sólo un Flautista, a las que regalo, aún menos costoso y útil, al chico: le siguieron otras más, y el Bazar del Poeta. Ya trajeron un pajarito en su jaula. Lo cuidaba en su país se le tomaba en cuenta; pero su faextremadamente el pequeño, mas cierto dia el ma mundial estalla a partir de 1838, con las gato metió la garra en la jaula. en supremo series de Cuentos de Hadas, continuadas en esfuerzo para salvarlo, Hans voló en su soco1845, y hasta vísperas de su muerte en 1872.
rro. pudo caminar en adelante. Estaba salAndersen abrió para los niños todos del vado! Este cuento ha sido interpretado por los mundo, y para las generaciones futuras, las críticos como el más profundo mensaje de fronteras del País de las Hadas. Derrochador Andersen a la humanidad.
espléndido de las opulencias de la fantasía, se Con la publicación de sus Cuentos de Hadesquitó como nadie de las tristezas y frialda das, el titiritero dinamarqués disfrutó de una des dolorosas de su niñez pobre, agravada por vasta fama y de la amistad de los grandes homser un infante carente de atractivos físicos, que bres de su tiempo. Cuando visitó a Inglaterra, por su educación en la promiscuidad del cuar Dickens fué a despedirlo hasta el muelle de emto único de un matrimonio proletario, tuvo barque. Viajó por 1863, por España, la tierra siempre la apariencia campesina y las maneras de romance en el confín de Europa. Incansadesmañadas. El profesor Wallace Knight, que blemente escribió, hasta el final de sus días, visitó la casita de Andersen en su pueblo na obras de teatro, novelas y poesías, aunque el tal, dice que la tradición local pinta al pobre mundo ha preferido simplemente sus cuentos grande hombre como un señor que provocaba a todo lo demás. Por esos relatos misteriosos.
risa en los mayores y miedo en los niños; esto imaginativos, conmovedores, su nombre se junera así hasta que comenzaba a relatar sus es ta con los de los grandes fabulistas Esopo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica