REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA Tomo XLVI San José, Costa Rica 1950 Viernes 20 de Enero No. Afio XXX No. 1102 Una revelación literaria DELIA FIALLO Por Félix LISAZO (En el Rep. Amer. Delia Fiallo Cualquiera que sea el criterio que tengamos de los certámenes literarios y es oportuno recordar que el criterio negativo tuvo en Varona un firme mantenedor no cabe duda de que es en ocasiones, oportunidad de revelación gracias a la cual valores que de otro modo hubieran tardado en conocerse llegan en un instante al dominio público. Triunfos que de otro modo hubieran significado años de esfuerzo, se consiguen sólo en horas gracias a un concurso en que el premio alcanzado y proclamado a todos los vientos, constituye el rápido renombre.
Este es el caso de la joven escritora que triunfó de modo absoluto y unánime en el último concurso del Premio Hernández Catá.
Pocos conocían la obra silenciosa, pero perseverante, de la joven autora. Aunque Delia Fiallo, según ella nos confesó después, era desde muy niña incansable en llenar cuartillas, pocas veces quedaba satisfecha de su obra y el destino de sus elucubraciones era casi siempre el mismo: el cesto de los papeles. Esta inconformidad es un síntoma revelador y magnífico. Creemos, como Barrés, que poca confianza inspiran los jóvenes que no comienzan su carrera con una rotunda inconformidad. esa inconformidad ha de comenzar por sí mismo, por la propia obra. Como el personaje de Heine que, siempre descontento de su mismo esfuerzo, echaba al fuego obras que le habían significado años de investigación y de trabajo, Delia Fiallo obraba de modo similar con las concepciones de su mente. El síntoma es, repetimos, esperanzador: de quien castiga de tal modo sus propias creaciones, hay que esperar un momento en que la propia exigencia rinda sus mejores frutos. Este ha sido el caso de este brillante inicio literario.
Como miembro del jurado que fuimos, podemos hacer alguna pequeña revelación. Ninguno de nosotros, excepto el compañero RaiBACARD. Ymx. mundo Lazo, conocía a la autora que desde el principio se barajaba entre los tres o cuatro posibles premios. Por eliminación nos habíamos quedado con unos pocos cuentos, en los que sobresalían méritos diversos, pero a los que también les apuntábamos puntos débiles: decadencia del interés, extensión excesiva de escenas que perdían vigor, puntos muertos que rompían el ritmo creciente del logro. Para estar bien seguros de que procedíamos con la relativa justicia que en materia de gustos es posible esperar, decidimos la lectura en alta voz de los trabajos que consideramos mejores.
El cuento de Delia Fiallo fué aclamado de modo unánime como el que se realizaba con una técnica más perfecta, en la que el elemento sorpresa se presentaba con toda elegancia y maestría. Su dominio de la expresión y de los caracteres nos pareció admirable. Pero. quién era Delia Fiallo?
Fué entonces cuando Raimundo Lazo nos explicó que había sido discípula suya, discipula muy inteligente y bien preparada. Pero él mismo ignoraba que tuviera tales condiciones de escritora.
Sellamos un pacto para no revelar el premio hasta pasados algunos días, en cumplimiento de alguna exigencia del concurso. nos olvidamos hasta del nombre de la autora premiada.
Cuál no sería nuestra sorpresa cuando, días después, al llegar a la Dirección de Cultura, encontramos un regocijo extraordinario por el triunfo de una compañera. Era el triunfo de Delia Fiallo, que acababa de recibir la noticia. Entonces fué cuando nos dimos cuenta de que a la triunfadora, trabajando cerca de nosotros, no la habíamos identificado como la autora de El Otro.
Quisimos conocer detalles de su dedicación literaria. Una serie de preguntas salieron al encuentro de su caso. Ella nos contestaba con naturalidad, aunque la sorpresa del triunfo la tenía realmente emocionada. Parecía comprender que comenzaba una responsabilidad para ella, que ya todo lo que hiciera tenía que responder al éxito que coronaba sus comienzos. lo primero que quisimos saber, como BRIXES La Habana. Junio 27, 1949. Acto en honor de Delia Fiallo, en la Barra Bacardi. Miembros del Jurado que le otorgó el Premio Hernández Catá: De izquierda a derecha: Raimundo Lazo, Félix Lisazo, Antonio Barreras, Fernando Campoamor y el Director de Cultura, Dr. Raúl Roa. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica