REPERTORIO AMERICANO 217 El único estilo de Eugenio Florit Antes de nuestro triste 1936 espa Por JUAN RAMON JIMENEZ miento, hacia el alto paraíso donde ñol, conocía yo algunos poemas bre Del excelente trimesuario Reta Cabana, habría de estar, sin duda para él, ves de Eugenio Florit, décimas, entre La Habana, abril. junio de 1937 aquella tarde, y la mujer de piedra otros, primorosas y lucientes, esbeltas conseguida se movía humanamente como palmeras en joya; algo distintas en su jardín terreno, y descendía a de la amanerada décima española franla paz suficiente de la arena, a la cesa actual. Décima, palmera, guajira, bastante eternidad. Eran amigos en un fino lado natural y peligroso en su hermosura interior y exterior estos lógica, del trópico; este trópico cubano dos poemas, y cada uno en su lugar, azul, gris y verde que sorprendí, horidaban el ejemplo, sin pensarlo. Los zonte de palmeras en fila sobre podos poemas, las dos figuras, Adán niente aguoso amarillo, la tarde de mi y Eva finales, el mártir de sangre, viaje de Santiago a la Habana.
que se convierte en feliz símbolo plásDías después de llegar oſ en un tico, y el símbolo plástico que hace acto público El Martirio de San Secorriente sonrisa feliz, expresaron bien, bastián. Al empezarlo el declamador mi icio, desde el primer día, los sobrepuesto ya en imagen recordada, mejores misterios, los que yo querría le dije a Camila Henríquez Ureña, ver seguidos, del arte poético de que estaba a mi lado: Annunzio, Eugenio Floril Eugenio Florit.
García Lorca. Empezó el poema: y (1937)
no, ni García Lorca ni Annunzio.
Dibujo de Mariach Tú, estatua blanca, rosa de alabastro, ni Alejandro Sakarof por fortuna para naciste para estar pura en la tierra.
Florit(para ellos tres) y especialmente Venid, que está mi frente con un dosel de ramas olorosas para todos los demás. Nada parecido ya limpia de metal para vuestra caricia.
y la pupila ciega bajo el cielo.
a cotra cosa, a pesar del posador que Ya, qué rio de tibias agujas celestiales!
No has de sentir como la Ine se mere figuraba, a lo Lorca, la alusión al bai Oui nieves me deslumbran el espiritu!
larin ambiguo que vió a Ida Rubins. Venid. Una tan sola de vosotras, palomas, sino por el color que en ti resbala tein, vanidosa bailarina internacional, para que anide dentro de mi pecho y el frio que se prende a tus rodillas en lo de Annunzio. Un noble poema himedas del silencio de la tarde.
me atraviese el alma con sus alas!
aislado, como un místico islote de Señor, ya voy por cauce de saetas.
Por la rama caida hasta tus hombros hermosura sola al redondo sol cenital Sólo una mas y quedaré dormido.
bajó el canto de un pájaro a besarte.
de la primavera poética, hermano nuevo, abajo y arriba, en fervor y apreEste largo morir despedazado, One serena ilusión lienes, estatua, cómo me ansenta del dolor.
de eternidad bajo la clara noche!
tura, de ciertos islotes del gran Cristo de Unamuno, esto más maduro, más Me quede contento. Hablé con Florit Esta poesía que busca su digna conceptuoso y más recio y lo de Florit de su San Sebastián y pronto conocí figura, su imagen excelsa, es decir, más tiernamente plástico, más sensual otros nuevos poemas suyos de diferente la poesía, no puede ser rápida; y sólo mente más familiarmente di sentido y otra perfección, poemas jus el verso rápido, el verso que no se vino.
tos y poemas arbitrarios, en el centro junta puede ser leído con rapidez.
Desde aquelinstante, Eugenio Florit de los cuales se me quedaba inaltera. Leíamos despacio Eugenio Florit y era para mí un verdadero; poeta de ble, con su claro movimiento natural yo las páginas más deseadas de su verdad, poeta que estaba en la verresuelto en fe de estatua de la plaza libro y hablábamos sobre él, frente dad, en posesión de su verdad. de la belleza, con su afirmación sin al mar picado del crepúsculo, que su verdad poética había entrado en réplica, aquel centro de una poesía nos daba su sentido poético y crítico, mí, poniéndome serio, con la hon juvenil. cuando repasé todo el libro su venero palpitante. Decíamos (refirada sorpresa con que entran las Doble Acento, le rogué a Florit que riéndome yo a esa baladronada de taverdades mejores, las de más presti. dejara en medio de las partes (dos les dinamistas marbiblicósmicos, etc. gio. Lei luego el poema con los ojos caminos, uno al presente y otro al de antemano; aquí, al lado del mar, inquisidores de la segunda conciencia, futuro. como centro, como alzado tan evidente) que el poema ha de ser y el poema me mantuvo su jerarquía, acento central, el Martirio. siempre uno, estático, aunque se mueva separado, uno, bello: ser poético acaLa mirada en el libro, caía fija mi como el mar, fijo siempre en su poder, riciado en hondo cuerpo y levantada atención sobre los poemas que se que el mar, aunque se dinamia: que alma, brazo por verso, herida por mi levantaban, señal inequívoca de ca no puede perder ni desviar su ola, su rada, ay por sonrisa, punzada por eflu lidad, de su hoja. Pronto se levantó abra así, no está partido ni desinte.
vio, como corresponde a un martirio. frente al San Sebastián una Estatua, grado nunca en su masa, su vida: Un ente de fuego concebido en cony me erguía su esbeltez en la tarde que siempre vuelve a sí mismo; que templación desde el poeta mártir. Un cubana de domingo tranquilo, desde el dinamismo del mar y del poema poema, en fin, de gracia y gloria.
una planta universal. La ideal pureza están en su armonía; que el mar es Ay, punta de coral, dguila, lirio de la figura de piedra correspondía, forma siempre encontrada; que el mar, de estremecidos pétalos! St. Tengo como en Venus de santo, a la talla símbolo tantas veces y ahora, con esa para vosotras, flechas, el corazón ardiente, de carne. El mártir humano se para moda de lo desproporcionado y lo pulso de anhelo, siends indefensas. lizaba divinamente, en su rico sufri informe, es siempre breve y exacto,