HitlerViolence

58 REPERTORIO AMERICANO Romance del Romancero Gitano pobres.
abraza con el monte. Envio de la autora. San Salvador. El Salvador, enero de 1937 Eulalia Sola Madre, cuando yo me muera Vencedor siendo vencido, Preciosa rompió en el aire que lo sepan los señores, modernisimo San Jorge, Por telegramas azules su pandero de colores, que vayan del Sur al Norte.
estatua de gallardia, y su sollozo de niña Federico García Lorca arcángel de alas veloces no lograba ser conforme.
que en el azul presintiera Llegó Soledad Montoya, Fué en su Granada de siglos, camino de resplandores.
por senderos que conoce, erguida en múltiples torres, trayendo su Pena Negra y cantada en voces altas Una descarga cerrada y un recado de los de cristales y de bronces.
arrojó, de un solo golpe, La Casada Infiel, espiaba, Fué en el campo silencioso lluvia de plomo en la entraña que donde la vida esconde.
desde remotos balcones, y con la espantada pupila entra en la ciudad morisca la muerte, compañera.
llena de vivos rencores.
con un delantal de flores.
en su regazo le acoge, Fué una golondrina errante cuando el dia naciente y venda la herida oscura lloró lágrima salobre, suelta rojos pabellones, con vendas que no se romper.
y contó la historia horrible y los últimos luceros fingen lejanos faroles.
Quiso el vergel ofrecerle por el Sur y por el Norte.
En hora larga de angustia, suave almohadilla de olores, Duerme el poeta en el sueño oyendo los ecos dobles pero revuelo de balas que trenzaban en el viento quebraba tallos temblones, que vuelve a los hombres dioses.
gemidos de corazones.
y no habían clavellinas, Sobre su carne gitana ni nardos, ni girasoles.
ya revientan frescos brotes.
Entre saña de fusiles, Labios gitanos gritaban Queda su gracia y su fuerza, mirando hacia el horizonte, lamento de unidas voces, en estas horas de noche, iba, valiente y sereno, y escribían en el suelo, germinando en la oscurana sin doblar el cuerpo joven, con sangre tibia su nombre.
como semilla de soles, Clau i a Lars Una mañana no volvió más estaba temerosa de que un incendio atrate sudorosa, sus ojos y sus labios eran ascuas sara con todo.
Llegó el silencio, y la abuela no lo dejó pasar. se desató en exclamaciones, dijo y dijo, hasta que le faltó la voz.
Ud. puede defenderse señora, busque sus testigos y preséntese de nuevo xplicó el funcionario. Así lo hicieron, pero el pícaro trashumante sabía más que la humilde campesina, y ella se consideró muy dichosa cuando la ley justa y protectora le permitió conservar y alimentar a los tres hijos de su al נוח Alicia Castro Argüello. Envio de la autora. Costa Rica y diciembre de 1936 Dichosa sí, por joven, por hermosa y por cientes para ayudar a sus infelices hijitos. Ah, sencilla, nada ambicionaba su humildad de pero entonces sería un esclavo, dominado por campesina limpia. Llegó el amor y le trajo esa mujer y esas criaturas, que acabarían por más ventura: la campanita de su risa fresca devorarlo. El mayorcito, qué inteligente e.
sonaba sin cesar como tiras de cristal gol ra, pero aquellas dos niñas, encantadoras peadas por el viento. De tierras adentro vino para los demás, eran para su padre antipátiun hombre apuesto y se enamoró de la rei cas, repulsivas. Si reclamara al muchacho y na del pueblo, la niña galana, ojos más lin desconociera a las hijas! Ya estaba dado el dos él nunca los viera. El antiguo novio ce primer paso. lo otro carecía de importancia, dió su lugar, se encontró tan simple al lado y se se dió a la tarea de buscar testigos falsos del otro, y hubo matrimonio al gusto de to para deshacerse de esas sanguijuelas: en su dos. La feliz pareja mostraba su dicha co imaginación enferma se levantaban como mo una maceta florida puesta en la venta monstruos horribles, las dos muñecas triguena.
ñas hijas de la más bella mujer que él coCuando nació el primer hijo, todo fueron nociera. Mucho trabajo le costó reclutar los fiestas, la vida es tan bella, hay tanta alegría malvados que mediante un perjurio hundien el hogar cuando se condensa en un niño el rían para siempre a una mujer virtuosa amor. Después eran tres hermanitos que apa relevarían a un miserable de sagradas obligagaron con sus llantos la vivacidad de la mu ciones, chacha, ahora siempre preocupada con las No existe el pecado, lo que pierde al munobligaciones de la casa. Cada vez llegaba do es la ignorancia dijeron los filósofos más tarde el marido, la gracia de otras moPor eso cuando la atribulada, compartiendo zas, la cantina. todo tenía más interés que esperanzas y temores, se llegó a la agencia, el hogar: allí estaban los chiquillos pidiendo murió a los veintidos años y sepultó ella la mujer acongojada, qué molesto resulta misma sus despojos, a medida que escuchaba ba aquello. Sus ambiciones eran muy otras, la lectura del pliego maldito presentado por nunca pensó convertirse en un pobre diablo el hombre al que un día, feliz y confiada encargado de familia, y al paso que iban, nada tregara su destino. Tuvo calma para oír hasse podía prometer. Una mañana salió como ta el fin. supo cómo se pretendía quitarle al de costumbre y no volvió más. Poco tiempo primogénito, sintió un frío intenso como si lloró la pobre abandonada, tenía que buscar las paredes del cuarto fueran de hielo, desla comida de sus hijos y y acudió a las autori pués le entró fiebre y sus ojos despedían ludades solicitando una pensión alimenticia. ces extrañas. Despreciar a las chiquitas, deDesde que el cruel y egoísta abandonó a los cir que no eran de él! eso lo aseguraban que antes llamara sus seres queridos para vi otros además de su marido. Si estaría sovir una existencia fácil halagüeña, se des ñando? Pero no, allí estaba su hijo junto a pojó de todo sentimiento elevado. Ahora la abuela y frente ella ese hombre inexpreque alguien se atrevía a perturbar su tranqui sivo que leía la resolución. Si le extrañaba lidad, se aprestó a defenderse a como hubie. la temperatura. hacía mucho frío, había ra lugar. No podia alegar enfermedad, go un calor sofocante? No podía precisarlo, su zaba de la mejor salud, tenía entradas sufi pañuelo estaba mojado de tanto ir a su frenSin libertad no hay existencia moral No olvidemos nunca que la gloria de la naturaleza humana es su libertad, sin ella no hay ninguna existencia moral: pero nadie sabe darle un valor más sincero, que aquellos que han sufrido perseguimientos, humillaciones. prisiones. y otras experiencias, que dejan huellas para toda una vida, en épocas de dictaduras.
de barbarie y de desprecio.
América, desde hace muchos años. ve malogrado su destino por fuerzas de violencia y ultraje, en un espec táculo continuo de tiranuelos que llenan de desgarramientos a la humanidad que organiza una cultura y crea una raza en el continente de Bolivar. Juan Filartigas, Arandu. Montevideo, 1936. Correspondencia (Carta fragmento del Cuzco, Perú. al edit. del Rep. Am. El Repertorio es la única revista mediante la cual estamos al tanto de la tragedia por que pasa España.
pues los periódicos de ésta no publican sino noticias telegráficas, pues otra clase de articulos e informaciones están prohibidos. Repertorio con el claro timbre de su tradición se ha puesto a favor de la República y contra la revolución fascista. Ni podía ser de otra manera Nos enorguellece que en sus páginas tremole bien alto la bandera de los milicianos heroicos que están defendiendo a España, palmo a palmo. contra los cavernícolas amamantados con la leche de Hitler y Mussolini. Este es mi deseo como escritor y como hombre.
Luis Velazco Aragón