338 REPERTORIO AMERICANO se había no con su Don paz blo, como es.
no Quijote.
nuestro no.
de otra er grati cio: en ese pascalino y hamlético ticia, por la sangre. Que sólo la Panza es el hombre a quien el tirse. un pueblo que lucha consilencio espantable de los espacios sangre es espíritu.
revolucionarios infinitos. El puecomer sueño engorda. Es el hom. tra ese fantasma infernal de su blo es la generación de Dios. Lo bre que se come los sueños de su mortal destino vive eternamente.
Todo lo demás es soledad. To Don Quijote y acaba por comerse Un pueblo que, que los místicos llamaron de ese do lo demás es como Sancho silencio. Los modo. La generación del hombre campos de soledad y de silencio no devorador que se Don Quijote mísmo, en ese sue Panza, no quiere morir, es un pue.
temporal en los espacios espanto de maravilloso silencio. de do al Caballero traga.
blo que no puede morir. Por eso sos de mundo. La lucha del bom bienaventurada soledad acaba por ali nuestro pueblo, como un niño, abre contra sus destinos históricos.
que mentarse de quijot smo. Por eso le prieta los puños contra la muerte: cruzaron con su anhelo venturoso vem La burla y pasión invisible de y aventurado, con su sueño pací muerte de Alonso Quijano, pro para no dormir: para que no le ante la muerte, la buena aprieta los puños para no morir o nuestro Don Quijote.
fico y justiciero, nuestros Don testar diciendo. Qué es de maten: para que no le suiciden.
Un pueblo que cumple, o quiere Quijote y Sancho Panza, son tie ser Don Quijote para morir? Para soñar acaso: cumplir, su destino histórico, es onterizas infernales regadas ¿Qué nueva insensatez es esa? Quijote, como su Sancho. en un pueblo muerto, o que quiere con sangre popular española, con Morirse es la mayor locura de ese puño en que aprieta silencioso morir, suicidarse. Como un hom sangre fertilizadora de nuestra vi todas.
su sueño heroico de vida, de bre que cumple su destino, acep da y esperanza. Pues si tanto de Porque lo que no quiere San. y de justicia, en que lo aprisiona tándolo, es un suicida. El pue. cimos de Don Quijote, no olvide cho es la muerte.
para perderlo, no dejarle escaDIO, el hombre mos a Sancho. Pensamos en Cerlo Los pueblos, decíamos, como los par: en ese puño enristra, aun sin cuando cumple su destino sino vantes, que quiso darnos, en el hombres, cuando cumplen sus des saberlo, la lanza invisible de Don cuando cumple su palabra: la pa. compañante inseparable del Caba tinos históricos se mueren, se suilabra, que es la libertad del hom lero, la afirmación material mis cidan. El destino histórico es mobre, contra el destino. Don Qui ma de las verdades de su fe, de jote levanta su voz popular, su su espíritu de la realidad verda.
LA OFRENDA DE HERMIONEO palabra, su grito, contra todos los dera de nuestra vida. De destinos históricos del hombre: sueño? Son Don Quijote y San El hombre piadoso, en efecto, es aquel que, habiendo adquirido juntos, los ante las puertas abiertas del Infier cho.
que expresan. conocimiento de los Dioses, ofrece, como homenaje el más perfecto.
con su presencia, la afirmación su propia perfección a aquellos que son causa de todos los bienes, lírica de un mismo sueño, de un La voz de Don Quijote es pose vuelve, en su celo, por adquirir esos bienes, hacia aquellos que por mismo amor, de una misma su naturaleza se encuentran en estado de procurárselos, y honra, ha.
pular y divina porque el pueblo peranza, de una misma verdad y es la generación divina del hom vida contra la mentira de la muerciéndose digno de recibir sus dones, a aquellos que incesantemente pueden otorgárselos. Todo hombre que se propone, bre por la palabra libertadora: su suerte te: contra la gran impostura de que por sí mismo, honrar a la divinidad, hace consistir esas hontas el orden revolu los muertos. El pensamiento cris reintegración en cionario de los cielos: de la justi. tiano de Cervantes fue éste. Por en una inútil profusión de ofrendas exteriores; no ofrece a Dios su cia eterna. Su renovación, en una eso es lírica y no trágica la verdad propia virtud, sino que, para consagrarle presentes, se sirve de lo palabra, por la sangre: por la li. viva que pertenece a las cosas de fuera. Un hombre honrado no tendría viva cervant Ina, Lirica y no épi. ni aún por agradabla recibir semejantes dones, a menos de ser beración de la sangre. por eso pudo decirse, efectivamente, que la cristianísima. La vida es comunión eso ca, ni dramática. Verdad cristiana, ficados con ellos por un corazón animado de excelente intención.
Ved, a propósito de esto, un nuevo oráculo de Apolo Pítico: Un voz popular es voz divina. Por de fe de amor y de esperanza. hombre que había inmolado una hecatombe sin el menor sentimien.
que es la voz libertadora la Sólo la muerte es incomunicable. to de piedad, queria saber cómo habia acogido su sacrificio. El Dios sangre por la palabra. La voz en como el sueño. en el sueño de ca le grito de nuestro Quijote, genio da uno, como en el de Segismundo, del muy ilustre Hermioneo. dando a entender de esta suerte que prefería a respondió: Si, he tenido poc agradable el grano grumoso popular español, creador popular de acaba de acaba por hacerse sueño la muerte tal magnificencia la más parva ofrenda, porque iba adornada de un nuestra España, es voz popular y misma cuando por ser o hacerse sentimiento de piedad divina. Con la piedad, en efecto, todo se hace divina por ser la palabra liberta sueño nuestra vida entra en eagradable e Dios, mientras que sin ella nada podría jamás llegar a sangre; la del Justo, lla, o por ella, como sueño tam que es la voz de la sangre ino bien la muerte: tan callada, como cente vertida, la voz de la justi. suele venir en la saeta; tan callan un tal Thessalos, refiere Portirio, De Abst. II, 14, 15, que ticia. La voz en grito justiciero de do como la vb llegar Jorge Man había ofrecido en sacrificio bueyes de cuernos dorados y hecatomDon Quijote a las puertas del In rique. Tan escondida que no se la bes y que interrogaba al oráculo acerca de cómo habían sido recifierno, no es más que ese grito, siente venir, como la bidas sus ofrendas, respondió la Pitia que más había agradado HerHumana por divina. nuestros líricos siempre, cuando mioneo, aún cuando sólo hubiese ofrecido una pulgarada de hariVoz en grito de amor, de fe, de taban el placer del morir que puena. Que no ofrezcamos los dioses, dice Persio, Sátira II, in fine, esperanza. La voz en grito de de volver dar la vida. Qué sue. lo que no pudiera ofrecerle en rica fuente la indigna raza del gran sangre popular inocente, derrama. ño placentero es éste. Es un sue. Mesala! Un alma igualmente justa y equitativa, una conciencia pu.
da. La voz puesta en el cielo coño que se come al hombre como ra en todos sus rincones, un corazón embebido de nobles sentimien.
mo un grito, un clamor de justi el de Don Quijote o Segismundo? tos. Encarguense de esta ofrenda, y un pastel de harina hará que cia y de verdad. Su voz es nues. Es un sueño que, por el contra yo sea favorablemente acogido. Cuando Pitágoras sacrificaba a tra voz: popular y divina. Su gri rio. le alimenta, como el de Santa los dioses, dice Porfirio, Vit. Pych. 36, no les ofrecía víctimas a to es nuestro grito. El de la jus. Teresa o Sancho Panza? Sancho montones, sino que los apluche los aplacaba con harina, incienso, mi rra, y nunca con animales vivos, salvo gallos blancos y cochinillos. Pitágoras, dice asimismo Diodoro de Sicilia, ESTA UD. PERFECCIONANDOSE?
de la Trad. Hoeter, enseñaba que, para ofrecer los dioses un sacri.
ficio que les fuese agradable, había que presentarse, no con magni Otras veces se sentia (Miss Night ngale) más contenta. Si miraba ficas ropas, sino con vestiduras decentes y limpias que no sólo el hacia atrás. se asombraba de ver cómo había mejorado la ciencia cuerpo debe estar puro de toda mácula, sino que el alma debe hadica, y todo el concepto de la salud pública, un progreso en que ella llarse en estado de perfecta pureza. Nada ofreceremos al sumo había tomado parte. Uno de sus admiradores de la India, el Aga Khan Dios, dice Porfirio en su Carta a Marcela, nada le consagrararemos vino a visitarla. Florencia le habló de los maravillosos adelantos que sea sensible. Porque no hay cosa material que no sea impura había alcanzado a ver; en la administración de hospitales, en la venti para el ser exento de todo contacto con la materia. Así, ni el discurtilación, y en higiene en general. Hubo luego una pausa: y de pronto: so que se expresa con palabras le conviene, ni siquiera el discurso. Está usted perfeccionándose. preguntó el Aga Khan. Florencia interior, si no está libre de la suciedad de las pasiones. Como se le se sorprendió y dijo. Qué quiere usted decir al hablar de perfec honra es con un silencio puro y con pensamientos castos. Es, cionarse. Quiero decir si cree más en Dios. Entonces ella se dió pues, preciso que, adhiriéndonos a él y formándonos a semejanza sucuenta de que diferían en asuntos religiosos. Un hombre muy inte ya, le ofrezcamos nuestro perfeccionamiento como un santo sacrificomentó después de la entrevista pero no se le puede en. cio que le glorifica y que nos salva señar higiene. En Pitágoras, Los Versos de Oro. Comentario de Hie. La cuenta Lytton Strachey en su libro Victorianos rocles. Notas de Mario Meunier. Nueva Bib. Filosófi.
eminentes. Ediciones Ercilla. Santiago de Chile. 1937. ca. Madrid. 1929. dora de la agradarle.
cantaron can esa voz.
galletas. fragm. pág. 259 resante