290 REPERTORIO AMERICANO fines llo a del Ateneo y por תו al mismo estas ma que de tennis a la se hizo cación úno tentiempo secreleer.
sus si dice, poetas nuevos de que hubiera rápida evo a más al público, que se echaba a andar por la Madura el estilo y madura el alma; y tren o desde el automóvil en marcha, las ciudad en busca de una pieza para sus he aquí, en el Pero Galin, uno de los estaciones, las carreteras, las fronteras, las colecciones, o resistia una discusión di libros más mejicanos que se hayan es mezclas de pueblos, Los Angeles, Holplomática de dos horas sobre los dife crito. El hombre de Sinaloa, que llegó lywood, y mañana. Unos preferirán aquerentes olores morales del petróleo. esta justamente a Méjico allá por los a esto o viceversa; pero yo estoy con sólida balanza del gusto, que también los comienzos de la el autor en haber querido casar estas dos metafisica en general, debia sin duda el riqueza entrañable de la provincia, el quido ni fragor ninguno, por arte del a nuestra literatura la no enmohecerse nunca en medio de los sabor del condimento nacional, que siemgraves negocios del Estado. Sentimiento pre las capitales pierden y diluyen un sin sensibleria, razón sin dogmatismo, poco. lo que es mejor, esta obra tiene más de amistad que de otra cosa. Entre uno y otro polo (ecôté de chez Pero cordialidad sin empalago, rapidez sin tiempo una calidad humana côté de chez Lota. corren todos los andamos los mejicanos soñando empre general, un valor perceptible y traducible nerviosidad, alegria sin barullo.
matices intermedios del iris, y nuestro. con en cualquiera tierra. Porque Genaro ambiente queda así definido por sus dos de la rotundez espiritual, del Estrada era hombre de letras equilibrio en circulo. Cuán pocos las crisis terminales, y por aquella ondulaatento a los últimos libros y a las últimas ción dialéctica que va de la una a la otra.
Logran!
Yo acostumbraba decirle en bro ideas que llegaban de todas partes; y asi De las manos de Pero Galin a las de secreto de su aplomo estaba podrá un día sorprender en Méjico a Paul Lota Vera mana y fluye el tempo, me en sus bien contados cien kilos. Pero Morand, preguntándole sobre novedades jicano en en celeridad apreciable; y lo que este hombre gordo no era por eso muy de Francia que aun no habían llegado era erudita en antigualla en casa de Pero pacifico, como el ventero de Cervantes: a conocimiento de su huésped. Galin, llega a ser El Pero Galin es un libro que participa algo tenia de la abeja zumbona, algo a ser asunto decorativo ulde la ardilla y, en sus ratos de jugueteo, de la novela y del ensayo, donde han potramoderno entre las raquetas de de su joven amiga. Este libro sin pasión, hasta de la bailarina rusa.
dido caber injertos preciosos. muchos desarrollado en una serie de cuadros y Modesto muchacho crecido en las im pedazos de realidad y algunos hombres escenas encantadoras hasta prentas provincianas, vino a Méjico cuan que de veras existen, con su nombre pro sencillez campesina del agua clara, ofrece do el poeta Enrique González Martinez pio y sus oficios reales. Por todas sus pági entre sus pocas páginas tal trabazón de cargo de la Subsecretaria de Edu nas flota un buen aroma, que halaga y motivos mejicanos que se siente Pública; fue algún alienta a La precisión de idea y de for tado de publicarlo con notas explicativas tario de la Escuela Preparatoria, y desde ma causa una impresión de alivio. Hay en al pie y pequeñas disertaciones en el apenalli tomo las letras de la caneros Contactos con este libro dos aspectos bien discernibles: si no porque requiera exégesis, sino Hizo su aparición nos inclinamos a Pero, tendremos el mun por las muchas sugestiones que provoca.
de cetas do de los anticuarios y colonialistas, tra Además, al andar del tiempo, la vida peren ellas con una superada aún, insuMéjico no tado en una forma que nos hace suspirar sonal del autor había de encontrar ciertos acaso en el sentido en que una por la Guía del mejicanista que cauces que parecian ya ya previstos en su lo de exposición, de documentación, de cla Volador como tarde la como a su novela, una nueva sazón, ridad y de tino. Estrada estaba dispo cación del mercado Martinez de la Torre menos para sus amigos más cercanos.
niendo la escena, arreglando el el ambiente, en el estudio que precede al Diario de un escribiente de legación es una linda págiCuando Genaro Estrada llega a ser jefe antes de lanzar sus personajes.
de la mejicana, da a nuestra Entretanto, la pluma activa daba de si na, en la mejor tradición de los política internacional una figura armoniocolaboraciones dispersas: tal sabrosa tra enumerativos mejicanos, tradición que do miembros desarticulados ducción de Renard, o trabajos de diversa parte del mercado de Tenochtitlán pintado definiendo orientaciones. Su labor se caen que saciaba su apetito de por Cortés. Ahora, que si nos inclinamos racteriza por una ate una atención igual para tohombre del Renacimiento; estudios sobre a Lota, tendremos la visión actual, cine dos los problemas un tiempo, y por una los criaderos de perlas en la Baja Cali matográfica, rauda sin ser vertiginosa, del inspiración patriótica cuya profundidad fornia o sobre los ejemplares mejicano mundo entrevisto por la ventanilla del en los museos de Europa, las no puede apreciarse todavia, y que cuando se conozca en todo su alcance ha lidades en la América española, las ordede conmover a los hombres de mi pais.
nanzas de los gremios en la Nueva EsEl caso de Hampden Queda bautizada con su nombre la que paña; mil noticias de bibliografia literaria, el quiso llamar Doctrina mejicanas, soy, en medio de todo ello, un constante. Pero para que un impuestofuera acep bre la aceptación automática de todo goanhelo por el trabajo de todos, tado por los ingleses, no bastaba con que bierno que un pueblo amigo quiera darse, cuerdo fuese util: necesitaba ser votado por un en oposición a la teoria clásica, la cual con las present wisdenario Parlamento. Tal era la Carta de las liber. parece subordinar en este respecto la sode la Nueva España viene a ser como un tades inglesas, tal fue la tesis que sostu beranía de los pueblos al «visto bueno, Gaspar de la noche mejicano, y no creo vieron algunos ciudadanos, siendo el mos de las naciones extranjeras. Su manera poner ilustre John Hampden. El sheriff de de conciliar la realidad con el ideal, dua contribución, con mejor efecto, todos los temas y motivos de nuestra imagi beinta y un chelines seis, por otro veinte condado le pidió, por uno de sus dominios, rante toda su gestión, alcanzó a veces una nitidez mental y una delicadeza moneria colonial, de parsimoniosa Edad Media, llena de vi chelines de ship money (1637. El se negó, que no son frecuentes.
Salió de la Cancilleria para ser embaTreyes, frailes doctores, asuntos trans no por la suma (pues su fortuna era grande)
jador en España, donde, al mismo tiempo portados por a un ambiente, si vale sino por principio. Veinte chelines hubieatendia a los negocios habituales, pu decirlo, de disciplinada fantasia, de en ran arruinado a Hampden? No; pero el blicó una serie de cuadernos relativos a sueño con bridas.
pago de la mitad de esta suma, en las concuestiones de interés común entre ambos Funcionario en la Secretaria de Industria, habia contribuido eficazmente a la diciones en que le era pedida, convertialo países, y echó una redada por los archivos ex esclavos. Se dejó llevar ante todas las y museos, levantando inventarios de piereorganización de aquel departamento, y zas mejicanas y construyendo verdaderas comisionado para cierta feria de Milán jurisdicciones y si la Corte de la Tesoreria monografias, como las que dedicó a Las había hecho su primer viaje a Europa lo condend por fin, por siete votos contra conquista de Méjico (1920. Poco después pasó a prestar sus cinco, la opinión pública lo absolvió. Los in también hay algunas en el Museo Etnoservicios a la Secretaria de Relaciones gleses comenzaban a descubrir que el res gráfico de Buenos Aires. Las figuras meExteriores, donde fué ocupando cargos pelo de la ley puede llevar a grandes almas en el Museo Arqueológico cada vez más importantes, y por mucho a la rebelión.
de Madrid; y como el Genio y figura de tiempo desempeñó el de subsecretario o El arte mejicano en España, que encargado del despacho, en tanto que (De André Maurois, en Historia de Inglaterra, ha publicado más tarde. la colección llegaba a ser titular de la cartera.
Ediciones Erella, Santiago de Chile. 1937. de cuadernos de su embajada pertenecen cancilleria que antes de él se ral (de que jicanas de cor cera Picasso o